El precursor que el crimen organizado importa desde China para introducirlo ilegalmente a Estados Unidos ha dejado una estela de muerte y adicción
El Cártel de Sinaloa construyó un verdadero imperio de la cocaína que se tradujo, según la DEA, en el envío de más de un millón de kilogramos a Estados Unidos.
Sin embargo, con el paso de los años lo que fue cambiando fue la demanda de los clientes, quienes ya no se conformaron con las drogas que se popularizaron en los años setenta, ochenta y noventa; y ahora pidieron fármacos más potentes que terminaron renovando los catálogos, pero al mismo tiempo los terminaron haciendo mucho más peligrosos por su escasa documentación científica.
Los cárteles mexicanos, fieles a la rúbrica de ‘darle al cliente lo que pida’, modificaron su estructura en pro de estas nuevas drogas que al día se cobran en promedio 64 muertes por sobredosis en EEUU. Esto se pudo evidenciar en 2019 con el abandono progresivo de los campos de marihuana y amapola en la sierra sinaloense.
Aunque la organización mexicana sigue siendo un gran distribuidor de cocaína en el país vecino del norte, ahora está apostando por el fentanilo para satisfacer la creciente demanda de opioides.Decomiso reciente de fentanilo en el aeropuerto de Culiacán (Foto: @GN_México)
El fentanilo es “un opioide sintético que es entre 80 y100 veces más fuerte que la morfina […] Se desarrolló para el tratamiento del dolor de pacientes con cáncer, aplicándose mediante un parche en la piel. Debido a sus poderosas propiedades opioides, el fentanilo también se desvía para el abuso. El fentanilo se agrega a la heroína para aumentar su potencia o se disfraza de heroína muy potente. Muchos usuarios creen que están comprando heroína y en realidad no saben que están comprando fentanilo, que a menudo resulta en muertes por sobredosis”, describe en su página la Agencia Antidrogas de EEUU, en donde también se enfatiza que esta sustancia “se fabrica principalmente en México”
En un viaje reciente que hizo a Sinaloa, en la costa del Pacífico, el medio estadounidense Bussiness Insider tuvo acceso a un laboratorio de fentanilo operado por el Cártel de Sinaloa.
El laboratorio, cubierto solamente por una carpa, había sido montado en una zona despoblada en las afueras de Culiacán, la capital del estado, y contaba con la instrumentación necesaria para la elaboración del opioide: una olla grande, una prensa casera y otras cuantas herramientas básicas de laboratorio.
Según el medio, en el laboratorio trabajaban cinco encargados: un cocinero, tres ayudantes y un vigía armado a cargo de las comunicaciones por radio. Todos deben vestir uniformes militares, pues estos les ayudan a camuflarse de las autoridades.Cuartoscuro
“Nuestra base de clientes en el otro lado (de la frontera) ya no quiere la vieja chiva negra”, dijo uno de los miembros del cártel a cargo del laboratorio ilegal, refiriéndose a la heroína mexicana de alquitrán negro.
Los usuarios de drogas estadounidenses “se acostumbraron a una heroína súper poderosa reforzada con fentanilo”, explicó.
Según él, los usuarios en Estados Unidos comenzaron a pedir heroína reforzada con fentanilo desde el 2015, pero sus demandas no fueron atendidas hasta principios de 2019.
“Uno de los cocineros aprendió de un chino, traído hasta aquí por el ‘cartel’. Él es el único que conocía la receta. Pero muchos empezaron a morir porque todavía no dábamos con la receta correcta y, muchos de ellos no estaban al tanto de la potencia del nuevo producto”, detalló.Soldados cortan amapolas de opio mientras destruyen un campo de plantación ilegal en la Sierra Madre del Sur, en Guerrero, 2018.REUTERS/Carlos Jasso
Una de esas víctimas fue Landon Marsh, el hijo menor de la senadora estatal de Arizona, Christine Marsh.
“Compró una droga callejera mezclada con fentanilo y lo mató”, dijo la senadora, quien ahora está luchando contra el fentanilo en Arizona al defender el uso de tiras reactivas de fentanilo.
En el escenario del tráfico de fentanilo, China pone la materia prima, los cárteles mexicanos, la mano de obra, y Estados Unidos, los muertos.
Infobae México comprobó que empresas chinas exportan sin control a México el precursor para abastecer a los cárteles del narco, quienes lo procesan y trafican para su distribución hacia EEUU, donde ha aumentado drásticamente el número de muertes relacionadas con el fentanilo.(Foto: Google My Maps)
El último reporte nacional sobre el estado de las drogas realizado por el Gobierno norteamericano advierte que las muertes por opioides en Estados Unidos han aumentado drásticamente en los últimos años. En 2016 el número de decesos relacionados con este tipo de estupefacientes era de 19.413, pero para 2017 aumentó a 28.466 casos.
El fentanilo está considerado por las autoridades estadounidenses como un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero con un efecto hasta 100 veces más potente, adictivo y fulminante. Además de tener un efecto más poderoso que otras drogas, los expertos señalan que para los cárteles del narco mexicano es fácil su importación, ya que también es un fármaco que se puede importar y recetar de manera legal debido a que se usa para el tratamiento de pacientes con dolores intensos. Pero la irresponsabilidad de las autoridades chinas y la falta de control de los puertos de entrada en México permiten que se trafiquen cantidades muy superiores a las necesarias para cubrir tratamientos médicos genuinos.
En su modalidad recetada, el fentanilo es conocido como Actiq®, Duragesic® y Sublimaze®.4,5 Los nombres comunes del fentanilo ilegal, de acuerdo con el National Institute on Drug Abuse de Estados Unidos son Apache, China Girl, China White, Dance Fever, Friend, Goodfellas, Jackpot, Murder 8, y Tango & Cash.
Según el instituto, al igual que la heroína, la morfina y otros opioides, el fentanilo actúa uniéndose a receptores en distintas áreas del cerebro que controlan el dolor, las emociones, y da a los consumidores una sensación de bienestar y suprema euforia.
Fuente Infobae