La Venezuela que dejó Hugo Chávez cuando murió el 5 de marzo del 2013 es muy diferente a la actual, marcada por el éxodo masivo, la pobreza, la escasez de alimentos e insumos médicos y el despotismo ejercido por Nicolás Maduro y su cúpula, con cientos de presos políticos en sus cárceles.
Pero el gobierno niega esa contradicción y afirma ser la continuidad de Chávez. Por eso este viernes se realizó un gran desfile militar en Caracas para conmemorar la figura del ex líder venezolano.
Al ritmo de una banda marcial, miles de soldados marcharon desde el cuartel donde reposa el cuerpo del ex líder venezolano hasta Fuerte Tiuna. “¡Chávez vive, la Patria sigue!”, gritó el ministro de Defensa, Vladimir Padrino.
Un sector de la población venezolana recordó al fallecido Hugo Chávez. (AFP)
Maduro, que se autodefine como el “hijo” de Chávez, heredó el mando de la llamada revolución bolivariana y, pese a que intentó imitar el estilo de su antecesor, con el tiempo terminó por configurar una nueva forma de gobernar que los chavistas desmarcados del actual mandatario y los disidentes consideran una traición política.
Aunque la lista comparativa entre la Venezuela de entonces y la de ahora podría ser más larga, existen ocho aspectos que se destacan:
1- Éxodo
En el primer trimestre de 2013, Venezuela aún recibía a unos pocos colombianos, peruanos o ecuatorianos que apostaban por la riqueza del país que tiene además una ingente cantidad de petróleo.
Hoy el flujo migratorio es al revés y esas naciones albergan a cientos de miles de emigrantes venezolanos.
Casi 5.500.000 millones de venezolanos abandonaron el país, lo que representa cerca del 20% de la población. Así, las fronteras terrestres se han convertido en el último quinquenio en lugares de abundante movimiento.
Miembros de la Guardia Nacional Bolivariana, desfilan para conmemorar la muerte de Hugo Chávez. (AFP)
2- Pobreza
En los primeros 13 años de la revolución, Venezuela pasó de tener a la mitad de su población en la pobreza a menos de un tercio, un indicador que fue reconocido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
A la vez, el gobierno decía luchar para erradicar la pobreza extrema, siempre estimada debajo del 10%. Hoy, según estimaciones privadas, el 96 % de los venezolanos es pobre y el 80% vive en la miseria, sin capacidad de cubrir necesidades básicas como la alimentación.
3- Legitimidad
Aunque el fallecido presidente fue señalado de autoritario, la legitimidad incuestionable de su Ejecutivo le permitió hacer negocios con todo el mundo y liderar escenarios políticos y económicos. Chávez murió en la Venezuela polarizada que él mismo, con su encendido discurso, atizó.
Maduro, en cambio, es señalado de “dictador y violador de derechos humanos” por la oposición y por diversas organizaciones nacionales e internacionales. Con un presidente reelegido en unas votaciones consideradas ilegítima, ya que no participó la oposición, la política exterior es defensiva y el margen de maniobra financiero del país se ha diezmado.
Hoy, Venezuela está aislada a nivel internacional.
Nicolás Maduro se considera el sucesor de Hugo Chávez. (EFE)
4- Control de cambio
El Estado fundado por Chávez controlaba cada dólar o moneda extranjera, pues así lo dispuso el presidente hasta su muerte. Justo cuando Venezuela manejó la mayor riqueza que haya tenido jamás, todo el mercado de divisas estuvo bajo un férreo control cambiario.
Ahora, los venezolanos manejan más dólares que bolívares en medio de una dolarización de facto que se impuso a la fuerza debido a la escasez del papel moneda nacional y a la constante devaluación de estos billetes. Mientras el chavismo corea que el bolívar es la moneda, los dólares circulan rampantes por doquier.
5- Inseguridad
El año en que murió Chávez, el país registró casi 25.000 homicidios, según estimaciones del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). Era precisamente la criminalidad el principal motivo de emigración del país, si bien esta nunca generó una diáspora.
El número de asesinatos bajó con una política de mano dura, pero según el OVV mantiene la tasa de 60,3 homicidios por cada cien mil habitantes, la más alta del mundo.
6- Sanciones
La animadversión de Chávez con el “imperio” norteamericano lo llevó a calificar al presidente George W. Bush de “diablo” y expulsar al embajador estadounidense en 2010.
Esta enemistad no escaló más hasta que Maduro se hizo con el poder y, desde entonces, EE.UU. ha emitido más de 400 sanciones económicas, una política a la que se han sumado otros países americanos y europeos, lo que se ha traducido en un bloqueo comercial.
7- La oposición
Las fuerzas políticas que se oponen al chavismo estaban más unidas que nunca cuando Chávez falleció. Ese hecho, en las primeras de cambio, las reanimó en sus propósitos de poner fin al poder chavista.
Luego de derrotas electorales, reveses políticos y apuestas fallidas, la oposición venezolana está desmembrada, sin fuerza y sin propuesta, justo cuando la popularidad del gobierno está en el suelo.
Más de 5.500.000 de venezolanos abandonaron su país ante la crisis, la violencia y la falta de trabajo. (DPA)
8- Crisis humanitaria
La Venezuela de Chávez ayudó con millones de dólares en el desarrollo de países desfavorecidos. La inagotable chequera de la industria petrolera disparó la popularidad del fallecido presidente conforme aumentaba la cooperación internacional.
La Venezuela de Maduro requiere ayuda humanitaria urgente pues millones de ciudadanos tienen necesidades básicas insatisfechas. El país pasó de hacer donaciones millonarias a recibir la asistencia de Naciones Unidas para intentar saciar el hambre de una sociedad que vive su más acuciante crisis.
Fuente: EFE
DV
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