Más de 2.000 muertos por día por Covid. Un plan contra la pandemia que no llega nunca. Una variante super contagiosa de coronavirus fuera de control. Y la política en el medio. Brasil se hunde en la pandemia, y puede arrastrar al resto del mundo con él.
Los hospitales están fallando a medida que la variante P.1 de coronavirus altamente contagiosa atraviesa el país y Jair Bolsonaro insiste en tratamientos no probados. El único intento de crear un plan nacional para contener el COVID-19 se ha quedado corto.
Durante la última semana, los gobernadores brasileños buscaron hacer algo que Bolsonaro rechaza obstinadamente: impulsar una propuesta para que los estados ayuden a frenar el brote de COVID-19 más mortífero del país hasta la fecha. Se esperaba que el esfuerzo incluyera un toque de queda, la prohibición de eventos concurridos y límites en las horas en que los servicios no esenciales pueden operar.
“Este país está desgobernado, no tiene ministro de Salud, no tiene ministro de Economía, no se habla de educación, salud, trabajo”
Lula da Silva
Ex presidente de Brasil
La pandemia en Brasil acaba de alcanzar un nuevo pico con la fatídica cifra de más de 2.000 muertes relacionadas con Covid en un solo día por primera vez, a medida que aumentan las tasas de infección.
El país tiene el segundo número de muertos más alto del mundo, detrás de Estados Unidos. Los expertos advierten que la tasa de transmisión empeora con las variantes más contagiosas.
Con el reestreno de Lula da Silva en la escena política, tras la anulación de sus condenas por corrupción, la pandemia pasó de crisis sanitaria a guerra política.
En su larga rueda de prensa del miércoles, el ex presidente criticó las “estúpidas” decisiones de Bolsonaro.
Lula calificó a Bolsonaro como un “fanfarrón” que se desentiende de la pandemia y se concentra en la “venta de armas” y mantener relaciones con las “milicias” (grupos parapoliciales).
“Este país está desgobernado, no tiene ministro de Salud, no tiene ministro de Economía, no se habla de educación, salud, trabajo”, cuestionó Lula además de criticar la falta de apoyo económico a la población más humilde para palear la crisis derivada de la pandemia
“Dejen de lloriquear. ¿Cuánto tiempo van a seguir llorando por esto? … ¿Cuánto tiempo más se van a quedar en casa y cerrar todo? ”
Jair Bolsonaro
Presidente de Brasil
Bolsonaro ha minimizado la amenaza del virus desde un principio cuando decía que el covid era una “gripecita”. Ahora, ante los “gritos” de ayuda para contener la disparada de casos, el presidente dijo a la gente a principios de esta semana que “dejaran de lloriquear”.
“Dejen de lloriquear. ¿Cuánto tiempo van a seguir llorando por esto?”, dijo Bolsonaro en un evento. “¿Cuánto tiempo más se van a quedar en casa y cerrar todo? Nadie puede soportarlo más. Lamentamos las muertes, de nuevo, pero necesitamos una solución.”
No hay solución. El miércoles, el país registró 79.876 casos nuevos, el tercer número más alto en un solo día. El número total de muertes relacionadas con Covid alcanzó las 270.656, según la Universidad Johns Hopkins de EE. UU.
Más de 2000 muertos
Brasil superó este miércoles por primera vez los 2.000 muertos diarios por coronavirus, con 2.286 fallecidos en las últimas 24 horas, un segundo récord consecutivo que confirma un agravamiento de la pandemia y causa alarma mundial.
Los expertos estiman que este repunte de casos y muertes podría deberse a la confusión creada por las diferentes orientaciones para enfrentar la pandemia entre los gobernadores partidarios de medidas de confinamiento y el presidente Jair Bolsonaro, que minimizó su importancia.
También mencionan la nueva variante del coronavirus registrada en la Amazonía, conocida como P.1, que puede ser al menos dos veces más contagiosa, y una campaña de vacunación que avanza en cámara lenta.
Una persona es transferida al hospital Pronto Socorro en Brasilia. Foto: EFE
“Estamos en el peor momento de la pandemia en Brasil, la tasa de transmisión con las variantes hace que la epidemia sea aún más grave”, dijo a la AFP la neumonóloga Margareth Dalcolmo, de la prestigiosa Fundación Fiocruz, quien ha estado en la linea de frente en el combate al covid-19.
“El año 2021 será aún más duro”, agregó.
Hospitales colapsados
El gobernador del estado de Piauí, Wellington Dias, dijo a The Associated Press que, a menos que se alivie la presión sobre los hospitales, un número creciente de pacientes tendrá que soportar la enfermedad sin una cama de hospital ni ninguna esperanza de tratamiento en una unidad de cuidados intensivos.
“Hemos llegado al límite en todo Brasil; raras son las excepciones ”, dijo Dias, quien dirige el foro de gobernadores. “La posibilidad de morir sin ayuda es real”.
Esas muertes ya comenzaron. En el estado más rico de Brasil, San Pablo, al menos 30 pacientes murieron este mes mientras esperaban las camas de la UCI, según un recuento publicado el miércoles por el sitio de noticias G1. En el sur del estado de Santa Catarina, 419 personas esperan su traslado a las camas de la UCI. En la vecina Rio Grande do Sul, la capacidad de la UCI es del 106%.
Alexandre Zavascki, médico de la capital de Rio Grande do Sul, Porto Alegre, describió la llegada constante de pacientes hospitalarios que luchan por respirar.
“Tengo muchos compañeros que, por momentos, se paran a llorar. Esta no es una medicina a la que estamos acostumbrados a realizar de forma rutinaria. Esta es una medicina adaptada para un escenario de guerra ”, dijo Zavascki, quien supervisa el tratamiento de enfermedades infecciosas en un hospital privado.
“Vemos que una buena parte de la población se niega a ver lo que está sucediendo, se resiste a los hechos. Esas personas podrían ser las próximas en entrar al hospital y querrán camas. Pero no habrá”.
Fuente: AFP y AP
ap
Fuente Clarin