Pilar Ruiz creó “Suyay”, una historia de amor contada en la voz de una niña.
La dramaturga y directora Pilar Ruiz concreta con “Suyay”, que los domingos puede verse en el porteño Moscú Teatro, su primer unipersonal en el que “al escribir una sola voz” le puso “especial atención en el tono de esa voz y en el ritmo del texto como elementos claves para su desarrollo”, según reveló.
“Con este trabajo sigo profundizando la hipótesis de que, tanto la dramaturgia como la dirección, son lugares de escucha. El trabajo está en escuchar la obra, en el sentido amplio de la palabra escucha”, aseguró Ruiz durante una entrevista con Télam.
“Suyay”, protagonizado por Agustina Groba, narra a través de la voz de una niña, una historia sencilla y potente atravesada por la inocencia, la ternura y el amor.
La obra, que integra la selección de monólogos del Festival Monoblock II, parte del relato de una joven enamorada, Gringuita, quien espera a Suyay en el establo a la hora de la siesta. Pero los días de Suyay, la niña de ojos oscuros y cabello lacio, ya no son los mismos. Desde que enfermó su madre, tiene que cuidarla y ya no puede ir a la escuela. Gringuita espera, la siesta avanza y el calor también.
“Ahora que su mamá se enfermó, Suyay también tiene que ayudar a mi mamá en nuestra casa, la casa gringa. Lástima que ayuda a mamá cuando me voy a la escuela. Bueno sería que ella siga yendo a la escuela y mi mamá se ocupe sola de la casa gringa. También sería bueno que mi mamita cuide a su mamita. Mamá la visita de a ratitos, pero no puede cuidarla todo el tiempo”, dice Gringuita en un pasaje del relato, sintetizando de algún modo el espíritu de la pieza.
“La elección de trabajar una voz de niña me permitió desplazar algunas estructuras ancladas en las lógicas de poder, sobre todo la heteronorma, el clasismo y el colonialismo. La sencillez con la que el personaje piensa el mundo, devela, hasta con cierto humor, que al final de cuenta son todas construcciones culturales que reproducimos en la vida adulta”, expresó Ruiz.
“Suyay” tendrá funciones los domingos de marzo a las 20.30 y los domingos de abril a las 18 en la sala ubicada en Juan Ramírez de Velasco 535 y cuyas entradas pueden conseguirse por Alternativa Teatral.
Ruiz es actriz, directora escénica, dramaturga y docente, graduada de Profesora de Artes en Teatro (UNA), donde actualmente cursa la maestría en Teatro y Artes Performáticas.
Pilar describió cómo nació la idea de hablar del amor más allá de los parámetros que impone la sociedad, indagó en cómo pensó esta pieza y en lo que representa para ella como dramaturga y directora.
Dueña de una sólida formación, la escritora tuvo como docentes a Susana Torres Molina, Alejando Tantanian, Ariel Farace, Ariel Barchilón y Lautaro Vilo; realizó un taller de dramaturgia con Santiago Loza en el Teatro Nacional Cervantes, y estudió con Mauricio Kartun. También tomó clases de dirección Escénica con Guillermo Cacace y Juan Pablo Gomez, entre otros.
Télam: ¿Podemos decir que la obra está atravesada por la ternura y la inocencia a partir de la voz de Gringuita, en su eterna espera?
Pilar Ruiz: Sí, desde el primer impulso de escritura me interesó que la ternura, la inocencia y el amor fueran los elementos que se traficaran durante toda la obra. La ficción, lo que contamos y el modo en que lo contamos, construye mundos, modos de estar en el mundo. En la medida en que nuestras ficciones se animen a traficar afectividad y deseo, estaremos cada vez más cerca de cambiar el mundo. Como dice Rita Segato, el mundo cambia en la transformación de las tramas, del tejido, de la red de relaciones.
T: ¿Cómo fue el trabajo junto a Agustina Groba y el equipo creativo?
PR: Con Agustina Groba en la actuación, así como con Julia Odelli Craig y Luciana Morelli en el equipo creativo, construimos un espacio de ensayo de mucho deseo y disfrute. Pienso que sin deseo no hay posibilidad de dar lugar a una creación colectiva, porque de eso se trata el trabajo artístico en red. Y el disfrute en cada encuentro, el goce en la tarea que nos convoca y nos reúne, también siempre tiene que estar ahí, latiendo entre los cuerpos para crear, dar lugar a eso, que llamamos obra y que tiene un poco de todas.
T: ¿Qué significado tiene el hecho de que la obra haya sido elegida en el Festival Monoblock II?
PR: Me generó mucha felicidad, porque significaba participar del festival y que el texto fuera publicado en Libros Drama, junto con todos los monólogos que participaron. Además, pensando en retrospectiva, marca un hito haber sido parte de Monoblock II, ya que se desarrolló el fin de semana anterior al anuncio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, en marzo del 2020. Los festivales, en su raíz, hasta en la etimología de la palabra, son una fiesta. Y esa fue nuestra última fiesta escénica, antes de que las artes escénicas se detuvieran y luego se volvieran protocolares.
Fuente Telam