Alberto Fernández confirmó hoy que le ofreció el Ministerio de Justicia al diputado kirchnerista Martín Soria, que tendrá la responsabilidad liderar un Gobierno con un perfil más confrontativo en medio de la guerra declarada con los tribunales.
Así, tras 10 días de incertidumbre, lo que provocó un desgaste de la figura presidencial, Fernández puso fin a la novela sobre el reemplazo de Marcela Losardo y volvió a confirmar una regla no escrita en el Frente de Todos: todos los reemplazos en el gabinete nacional tienen el sello de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
“Hoy almorcé con Martín Soria, le hablé un poco cuales son mis expectativas y el aceptó hacerse cargo. Así que él tiene que tomarse el tiempo de renunciar como diputado y que le acepten la renuncia. Va a ser Martín Soria”, anticipó el Presidente en una entrevista televisiva.
A los 45 años, Soria, hijo del exgobernador de Río Negro Carlos Soria –una familia atravesada por la tragedia–, es integrante de las comisiones de Justicia y de Juicio Político de Diputados, desde donde criticó en varias oportunidades a la Justicia Federal, uno de los principales objetivos que tendrá a partir de ahora.
Uno de los primeros interrogantes que deberá responder el exintendente de General Roca marcará su gestión desde el primer minuto: ¿Mantendrá en sus cargos al poderoso secretario de Justicia, Juan Martín Mena; al secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, y la interventora del Servicio Penitenciario Federal, María Laura Garrigós de Rébori? Los tres funcionarios reportan en la misma terminal: la expresidenta. Y fueron en parte responsables del desgaste en su antecesora.
Durante el reportaje con Canal 9, el Presidente buscó quitarle dramatismo a la demora en la designación del flamante ministro de Justicia. “Toda esta semana se han tomado mucho tiempo en discutir algo innecesario los medios. La verdad es que [Losardo] renunció el viernes pasado, por lo cual estamos en la situación de designar su reemplazante recién a partir del viernes. Todavía no le acepté la renuncia, con eso digo todo”, sostuvo el mandatario.
La salida de Losardo de la cartera había sido confirmada por el Presidente el último lunes, otra vez, en una entrevista televisiva, pero a pesar de haber anunciado el recambio, el jefe del Estado demoró el resolver el recambio durante una semana.
La indefinición generó malestar interno, incluso en algunos despachos de la propia Casa Rosada, donde todos los colaboradores presidenciales aseguraban que la decisión estuvo en manos, exclusivamente, del Presidente, ya que en materia judicial las medidas las toma el Presidente en soledad y a puertas cerradas.
Tanto fue así que hoy, durante todo el día, sus principales colaboradores no estuvieron al tanto de la decisión de nombrar al presidente del Congreso del Partido Justicialista rionegrino como ministro. Eso no fue todo, según pudo reconstruir LA NACION, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, dos de los colaboradores más estrechos del mandatario, intentaron persuadir al Presidente de terminar con las especulaciones sobre el diputado de Río Negro.
El desembarco de Soria, que el último viernes fue sobreseído en una causa que investiga el cobro de aportes voluntarios a funcionarios del gabinete municipal, significó un golpe para los albertistas del gabinete, entre ellos Cafiero, Ibarra; el secretario general de la Presidencia, Julio Vittobello; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y el jefe de asesores del Presidente, Juan Manuel Olmos.
Mientras que desde el kirchnerismo duro celebraron la designación de Soria. “Es un excelente nombre, una gran elección. Se eligió a una persona del proyecto”, describió en diálogo con A24 la directora general de Asuntos Jurídicos del Senado, Graciana Peñafort, muy cercana a la vicepresidenta.
La pertenencia al “proyecto” fue por etapas, pero en la última fase Soria terminó de acomodar su discurso en sintonía con el Instituto Patria. Así fue que desde las redes sociales y su banca batalló por la reforma del Poder Judicial, denunció el Lawfare contra dirigentes opositores en tiempos del macrismo y confrontó con lo que denomina “medios hegemónicos”.