El enfrentamiento quedó filmado por las imágenes de las cámaras de seguridad del hospital y por vecinos que usaron sus celulares para registrar las pedradas y los disparos. No está claro qué pasó entre los habitantes de Villa Melo y los agentes de la Bonaerense este sábado por la noche, alrededor de las 22.30. Lo cierto es que José Luis González (33), un albañil del barrio, está muerto: recibió tres balas policiales.
La situación se descontroló de un momento a otro y las versiones son cruzadas. Según indicaron fuentes judiciales, el oficial subayudante Juan Maximiliano Barrionuevo Núñez (31) estaba dentro del Hospital Provincial General Manuel Belgrano, en San Andrés, partido de San Martín, por una orden judicial: debía constatar el estado de salud de una persona herida.
“En ese momento, cuando la Policía se encontraba con la familia del otro herido, que nada tenía que ver con lo que ocurriría después, escucharon un estruendo en la calle y salieron todos corriendo a ver qué pasaba. Según los testigos, encontraron a un joven rompiendo el vidrio de un vehículo, del familiar de otro paciente. El oficial pidió apoyo y lo detuvo. Esa persona está aprehendida y mañana (lunes) será indagado por el robo”, indicaron fuentes del caso consultadas por Clarín.
Ese arresto fue la punta del ovillo del conflicto que terminó con la vida de Luis y la mirada puesta en los agentes que intervinieron en el operativo.
Los vecinos de Villa Melo, Constituyentes y Barrio Santa Rosa conocían al joven detenido. Según denunciaron, el policía comenzó a golpearlo mientras estaba esposado. Por eso, aseguran, reaccionaron.
“Yo estaba en el quiosco, donde trabajo. Escuché ruidos de golpes y vi que estaban rompiendo un auto. Varios jóvenes salieron corriendo del hospital para enfrentar a esta persona. Un rato después llegaron policías de civil, lo redujeron y lo golpearon. Ahí se acercó un grupo para pedirles que no se abusaran y uno de los canas empezó a incitar, a decir que él era el dueño de la calle, que él mandaba y ‘váyanse todos que los vamos a matar a todos’“, dijo Julia Navarro (32), la esposa de Luis.
Las fuentes coinciden en que los disturbios se iniciaron justo después de eso y que la víctima fatal no había llegado al lugar hasta que empezaron los enfrentamientos entre policías y vecinos.
El dolor de la familia de Luis González. Foto: Federico Imas.
Es en este punto en el que las versiones se bifurcan. “Luis era una excelente persona, un muy buen vecino. Él no era un delincuente ni quiso robar nada como quisieron decir al principio. Dijeron que tenía un cuchillo pero no acuchilló a nadie, era un hombre de trabajo, un laburante como todos nosotros”, se lamentó uno de los familiares, que denunció que se trató de “gatillo fácil“.
No obstante, los investigadores apuntan a un homicidio en el marco de la legítima defensa.
“El hombre tenía un arma blanca y empezó a correr al agente. Los testigos presenciales indicaron que el policía, que estaba vestido de civil, intentó escapar, trastabilló y perdió el arma reglamentaria. El que lo perseguía con el cuchillo se le abalanzó y empezó a apuñalarlo“, describieron fuentes judiciales.
Además, detallaron: “En ese momento interviene un policía que estaba haciendo adicionales como custodia en el hospital, al que habían convocado por la detención, e intenta separarlos. Como no pudo, disparó dos veces. En ese mismo momento, el oficial que estaba en el suelo, logró recuperar su arma y también disparó”. La pelea quedó filmada por las cámaras de vigilancia pero no logra verse el cuchillo ni las puñaladas.
En principio, a la espera del resultado de la autopsia, contabilizaron tres impactos en el cuerpo de González. “Uno de los disparos fue a la altura del hombro, otro en el tórax y el tercero en la zona costal”, informó Télam.
Entre policías y vecinos que conocían al hombre lograron ingresarlo al hospital, pero no pudieron hacer nada para salvarle la vida. Murió en el acto.
El hombre tenía cuatro hijos de entre 4 y 16 años, vivía con su esposa y tenía un comercio justo enfrente del hospital, por eso logró ver toda la secuencia de los disturbios.
La investigación, caratulada como “homicidio, lesiones y resistencia a la autoridad“, quedó en manos de la fiscal Gabriela Disnan, de la UFI N° 5 de San Martín. Este lunes indagará a los policías Ariel Barrera, que está en libertad, igual que Barrionuevo Núñez, quien fue asistido por “heridas defensivas en los brazos y cortes en las piernas” pero recibió el alta.
Los impactos de bala frente al hospital Manuel Belgrano. Foto: Federico Imas.
La Justicia derivó la investigación en fuerzas federales y apunta a la hipótesis de la legítima defensa. Mientras tanto, la familia de Luis reclama justicia.
David González, sobrino del hombre fallecido, dijo a Clarín: “Mi tío tenía un cuchillo pero no lo usó, no lo lastimó, no tenía ni sangre. Es un invento eso de las puñaladas. Lo dijeron para justificar lo que habían hecho. No era un delincuente, era una persona tranquila y trabajadora, por eso nadie cae en lo que pasó”.
Además, volvió a indignarse con las primeras versiones que apuntaban contra su tío: “Quisieron decir que él era un ladrón, que había robado, después que quiso defender al chorro para que se escapara y eso es todo mentira. Él vivía entre Santa Rosa y Melo, sobre Constituyentes, ni siquiera es de Melo. Tenía su negocio, hacía parrilladas para vender y trabajaba como albañil, todo el mundo lo conoce y saben cómo es, por eso fue tanta la impotencia. Queremos que haya justicia de verdad”.
EMJ
Fuente Clarin