En medio de sus tensiones con EE.UU., China y Rusia trazan estrategias con las que buscan disuadir a otros países de que se abstengan de presionarlas, especialmente en cuanto a lo referido a sus asuntos internos.
Lavrov se reunió con su homólogo chino, Wang Yi, días después de los encontronazos entre Washington y Pekín y del que el presidente estadounidense, Joe Biden, llamara “asesino” a su par ruso, Vladímir Putin.
El canciller chino ya adelantó que las buenas relaciones entre Pekín y Moscú son “imperativas ante las actuales circunstancias”, y que esa asociación supone “un pilar para la paz mundial”.
La portavoz de la Cancillería china Hua Chunying destacó que ambos países “caminan codo con codo y se oponen a la hegemonía y la intimidación”.
El objetivo de ambas potencias es disuadir a otros países de que se abstengan de presionarlas, especialmente en cuanto a lo referido a sus asuntos internos: “No es muy sensato sancionar a Rusia y a China”, zanjó Lavrov, quien aseveró que Pekín y Moscú buscan un orden internacional “justo y democrático que se rija por las interacciones entre los países”.
“Y el modelo de interacción entre Rusia y China está libre de ataduras ideológicas. No está sujeto a oportunismos y no se dirige contra nadie”, dijo el titular de Exteriores ruso.
Mundo multipolar
Lavrov arremetió contra Occidente, en particular contra EE.UU., por “querer preservar a toda costa su dominio en la economía global y en la política internacional, imponiendo a todos y en todas partes su voluntad”.
Según el jefe de la diplomacia rusa, el mundo atraviesa “cambios complejos” con la “creciente influencia de los nuevos centros económicos, financieros y políticos” que, aseguró, “nos llevan a un sistema verdaderamente multipolar”.
En ese sentido, propugnó por “promover el uso de otras divisas al margen del dólar estadounidense” y “desviarse de sistemas de pago controlados por Occidente” para reducir los riesgos de sanciones.
Lavrov llega hoy a a Corea del Sur, un gran aliado de Estados Unidos.
Fuente ABC