Ayer quedaron a la vista las diferencias entre Cristina Kirchner y Martín Guzmán por el rumbo de la negociación de la deuda. Parecen cuestiones técnicas pero, aún cuando lo son, hay cuestiones de fondo que subyacen en cómo cada uno piensa que debe resolver el país la reestructuración del pago de la deuda de US$ 44.000 millones con el FMI. Veamos.
– La posición de Martín Guzmán. El ministro en octubre pasado, justo cuando el dólar blue llegaba a $ 195 y la brecha rozaba el 130%, anunció que Argentina solicitaba al FMI empezar las negociaciones por un préstamo de Facilidades Extendidas (EFF según sus siglas en inglés). Se trata un plan de pagos a diez años (en realidad entre 7 y 10) y a cambio el país debe comprometerse a algunos ajustes en su estructura económica y reglas (sistema de pensiones, tributario, transparencia de la información, entre otros). Son programas estandarizados que el organismo ofrece en su góndola de antaño, que Argentina tomó dos veces (en los 90) y que, curiosamente, era la hoja de ruta que había ideado Nicolás Dujovne (el ex ministro de Economía de Mauricio Macri) para repagar los desembolsos del stand by: Argentina y el FMI en verdad siempre pensaron que la evolución de aquel préstamo millonario que recibió Macri sería a través de un EFF e ir repagando en el tiempo.
– La posición de Cristina. Para la vicepresidenta refinanciar la deuda a diez años no es suficiente. Lo dijo ayer. “Deberíamos hacer todos un esfuerzo, del oficialismo o de la oposición”, recordando al gobierno de Mauricio Macri que pidió el préstamo. “Si fuera de la oposición deberían colaborar e insistir para que nos den mayor plazo y mucha menor tasa de interés de la que el FMI quiere aplicar a la reestructuración de la deuda. Todos sabemos que los plazos y con las tasas que se pretenden no solo es inaceptable sino que no podemos pagar porque no tenemos la plata a para pagar. No es un tema de subjetividad”.
Los plazos del FMI están establecidos por estatuto.
El propio Guzmán explicó el 12 de marzo que no iba a negociar un cambio de reglas, como pretende la vicepresidenta. “El programa de Facilidades Extendidas tiene un período de repago de hasta diez años. Pero no es una cuestión que se negocie. Los países avanzados se pusieron de acuerdo para poner reglas de juego de la economía internacional. Esas reglas no han ayudado a los países menos desarrollados, ha llevado a más desigualdad. Pero las reglas de juego no se negocian unilateralmente con un país. Poder tener un programa distinto requeriría cambiar la arquitectura financiera internacional, y eso requeriría el apoyo de Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Francia, Italia y de países más avanzados. Hay que tener en cuenta esto cuando Argentina se relaciona con el mundo”.
Cristina precisamente ayer hizo mención al rol de Estados Unidos y que eventualmente podría ayudar en esa dirección. Refiriéndose a Washington, la vicepresidenta se hizo a sí misma la siguiente pregunta en voz alta: “¿No podríamos reclamar o pedir con toda la dulzura del mundo de que es hora de que nos hagan algún gestito? Entre que bancaron el golpe del 24 de marzo que nos hizo pomada [N.E.: Cristina Kirchner había citado antes una nota de Clarín sobre la desclasificación de los archivos de la dictadura de EE.UU.], bancaron a los ingleses en la Guerra de Malvinas y fueron centrales a la hora de que el FMI violara todos los artículos de su estatuto”. Nota al pie: justo cuando la vicepresidenta hablaba, el Presidente conversaba con el titular del Banco Mundial y una pieza clave en el gobierno de Donald Trump a la hora de otorgar los US$ 54.000 millones a la Argentina: David Malpass, un economista de experiencia en Washington.
El economista Emmanuel Alvarez Agis, que fue viceministro de Economía de Cristina Kirchner entre 2013 y 2015, le puso números al planteo de la vicepresidente y qué se está jugando la economía argentina con esto. O mejor dicho, qué se está jugando quien o quienes aspiren a un mandato entre 2023 y 2027. Según el plan básico del FMI, Argentina en vez de pagar su deuda entre 2021 y 2024 lo haga entre 2026 y 2031. En ese caso el perfil de vencimientos anuales de capital con el organismo sería de US$ 7.500 millones durante esos 6 años. Con un esquema de repago a 20 años los vencimientos de capital anuales serían de US$ 2.800 millones entre 2026 y 2041.
Guzmán no tiene las herramientas para conseguir ese préstamo (20 años). ¿Y ahora qué hace? Las reglas del FMIfueron escritas en 1944. Argentina pretende cambiarlas en 2021. Toda una audacia.
Fuente Clarin