“Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”. Con esta frase textual de Juan Perón, Walmart titula una amplia solicitada que se publica hoy en todos los medios nacionales del país, entre ellos Clarín y La Nación, en la que expone un conflicto con el gremio de Camioneros, que dirige Pablo Moyano, con eje en el único centro logístico de la cadena, desde el cual unos 500 trabajadores abastecen a las 92 sucursales distribuidas en todo el país.
La raíz de la pelea tiene que ver con la venta de la cadena norteamericana al empresario Francisco De Narváez, en noviembre del año pasado. “Adquirimos las acciones de Walmart en el país con el firme propósito de invertir, desarrollar, crecer y asegurar los más de 10.000 puestos de trabajo“, dice el comunicado de la compañía. A continuación agregan que, “casi en forma inmediata recibimos el pedido por parte del Sindicato de Choferes y Camiones de despedir al personal afectado al Centro de Distribución, indemnizarlo y volverlo a contratarlo con la misma antigüedad“.
Para el grupo De Narváez, esto es “una práctica ilegítima, no prevista por ningún marco legal vigente, ni con la forma en que desarrollamos nuestra actividad en el país”. El comunicado aclara que “ante nuestra negativa, en las últimas dos semanas nos vimos condicionados por recurrentes medidas de fuerza encubiertas que derivaron en una caída del 75% en la distribución de alimentos básicos y en un desabastecimiento de productos esenciales a más de 1 millón de familias”.
En la parte final del texto, Walmart le pide al Gobierno que intervenga en el conflicto “para garantizar el abastecimiento de todos los hogares argentinos”. El conflicto con los Moyano es el primer obstáculo serio que afronta De Narváez en su retorno al supermercadismo, a 22 años de la venta de Tía. Walmart está hoy en plena reconversión. Al frente de la cadena están dos hombres de su estrecha confianza, Fernando Minaudo y Federico Erhart, que diseñan una estrategia para liderar en el negocio del consumo masivo.
“El reclamo de Camioneros comenzó desde el primer día. El gremio considera que el cambio de dueño implica las transferencias de contrato de trabajo de 500 empleados, el pago de la doble indemnización y retomarlos con la misma antigüedad. Pero en este caso no aplica, porque lo único que cambió fue el accionista, la compañía es la misma: tiene el mismo CUIT, los mismos proveedores, las mismas deudas y los mismos activos”, remarcó una fuente empresaria.
Tal como dice la solicitada, la pelea viene de lejos pero se profundizó hace dos semanas. El propio De Narváez siguió de cerca la pulseada, a tal punto que hace pocos días concertó un encuentro en la sede central de Camioneros para negociar cara a cara con Moyano. Dicen que fue una reunión breve, poco cordial y que no produjo avances. La misma fuente asegura que poco después se incrementaron las presiones en el Centro de Distribución, “con asambleas, quita de colaboración y trabajo a reglamento”, lo que produjo faltantes de mercaderías, especialmente en las sucursales más chicas de la cadena.
Walmart es la 4° cadena del país detrás de Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco y Vea) y Coto. Tiene hoy el 12% de participación de mercado y está en pleno proceso de reconversión. Tiene 31 hipermercados (Walmart), dos tiendas mayoristas (Punto Mayorista) y el resto son supermercados que llevan la bandera de Changomas. Además del conflicto sindical, De Narváez tiene el desafío de sustituir la marca Walmart y definir una estrategia para atender los nuevos hábitos de consumo, como el eCommerce, potenciados durante la pandemia.
Fuente Clarin