Llueve en los jardines de la Quinta de Olivos. Martín Guzmán se despide del Presidente y tras dos horas de reunión va a terminar la tarde del sábado en el Congreso para seguir de cerca los cambios en el impuesto a las Ganancias. En el encuentro, que ya se hizo hábito, Guzmán va a trazar los escenarios en la negociación con el Fondo. En su visión, “están bastante encaminadas”.
Lo que a esa altura Guzmán desconocía, según deslizan cerca del ministro, eran las declaraciones del propio Presidente de que no se puede pagar al FMI, en la misma línea de las diatribas de Cristina Kirchner.
En Economía se esforzaron este domingo en resaltar que Guzmán las tiene muy en cuenta, no las subestima pero que se percibe a si mismo con un árbitro entre esa aparente guerra entre los kirchneristas y el FMI, a la que se sumó Alberto Fernández.
Surgido de la academia con un manejo de los silencios y un tono conciliador, el ministro ha buscado comprensión y se ha esforzado por construir una relación con Cristina Kirchner. Hay versiones no desmentidas acerca de un largo encuentro con la vicepresidente en Calafate. Pero también busca amparo en sus fuertes lazos con el partido Demócrata en Estados Unidos, de la mano de Joseph Stiglitz , su mentor y de la buena química lograda con la jefa del FMI, Kristalina Georgieva.
El ministro de Economía, Martín Guzmán junto a la titular del FMI, Kristalina Georgieva.
En cuanto al Fondo, lo que está encaminado es la posibilidad de un acuerdo a diez años que, en el razonamiento de los técnicos del Fondo, puede volver a estirarse en un país que ha estado décadas en permanente renegociación con el organismo.
Desde Wall Street relacionan las declaraciones de Cristina con encuestas que marcarían que “no ganan cómodos” las próximas elecciones. “Ella tiene que hacer un show para su electorado ya que la plata que va a recibir del FMI por los derechos especiales de giro la utilizará en pagar al FMI en vez de destinarla a la asistencia social o la obra pública. Busca cubrir las formas y mostrar dureza ante gente que la está pasando mal”, dijo un analista solicitando el anonimato.
A todo esto un ex funcionario del FMI asegura que sus técnicos, en línea con la administración Biden, no quieren otro fracaso con Argentina. “América latina ya está muy complicada, tiene el 8% de la población mundial y el 30% de los muertos por Covid. Hay muchos incentivos para evitar una ruptura”, señaló otro analista de un banco de inversión.
Héctor Torres , ex director argentino ante el FMI, lee las declaraciones de Cristina y Alberto, como una estrategia de negociación muy básica. En un reportaje radial dijo: “Están diciendo arreglen con Guzmán porque sino viene Cristina que es peor. Si es lo que pretenden, es totalmente errado. No creo que la Argentina esté en condiciones de asustar al Fondo o al Tesoro de Estados Unidos o a sus vecinos, porque hemos perdido algo que es muy importante en la negociación que es la capacidad de contagiar. La crisis económica de Argentina no contagia y la prueba está en que hasta los vecinos más cercanos están tomando dinero a tasas históricamente bajas”, soltó describiendo lo que nos pasa.
Fuente Clarin