“Hoy pagué el Aporte Solidario Extraordinario. Seamos claros, es un impuesto. Probablemente inconstitucional, como muchos especialistas creen. Lo deberá resolver la Justicia. Pero no voy a detenerme en eso. Decidí pagarlo y no cuestionarlo, aunque estoy convencido de que es un pésimo tributo, que no soluciona los problemas de insolvencia fiscal y, peor aún, ahuyenta lo que nuestro país más necesita atraer: capitales que tengan la osadía de invertir aquí a pesar de lo mal que se los trata desde hace muchos años”, arranca una carta de Juan Vaquer que publicó el diario La Nación.
Abogado de profesión, ex presidente del gigante Dupont luego fusionado con Dow, Vaquer abandonó el mundo corporativo para dedicarse a una pyme familiar en el campo. Y sigue siendo un activo dirigente de la Asociación Cristina de Dirigentes de Empresa y del Foro de Convergencia Empresarial. En esa carta se dirige a los integrantes de los tres poderes, el Ejecutivo, Legislativo y Judicial de esta manera: “Te pido, nada más, que hagas tu trabajo, pero que lo hagas bien y buscando el bien común, no tu beneficio personal, ni de tu facción o partido político. Para eso fuiste elegido o nombrado, y para eso se te paga un sueldo”.
-Algunos recurrieron a la Justicia, ¿Usted dudó en pagar el impuesto?
-No juzgo a los que fueron a la justicia. La gente tiene derecho a que los jueces se expidan. En mi caso lo reflexioné mucho y sentí que pagar me da una autoridad moral porque como dice el nombre del impuesto, estoy haciendo un esfuerzo extraordinario y lo que yo pido no es un esfuerzo extraordinario sino que se trabaje con honestidad y transparencia.
-Su llamado es importante pero algunos podrían calificarlo de ingenuo…
– Dependerá de cuántos nos pongamos del lado de exigir que se hagan las cosas bien. Si sumamos más gente al lado de los que quieren hacer las cosas bien, sube la probabilidad de conseguirlo. Sueño con un país en el que el Estado sea una ventaja competitiva del sector privado.
-Usted maneja una pyme familiar pero está alcanzado por el impuesto a las grandes fortunas…
-Precisamente, medido por el tipo de cambio que usted elija, el oficial o el paralelo, los $ 200 millones de patrimonio, el piso a partir del cual se paga, son entre US$ 1,5 millones a US$ 2 millones. Eso es el valor de una buena vivienda en cualquier capital mundial. Pero aquí es considerado una gran fortuna y nos demuestra hasta qué nivel se empobreció la Argentina. En ningún otro país sería calificado como una gran fortuna. A mi me entristeció entenderlo. Mis bienes no son heredados ni los gané en el casino. Son fruto de muchos años de trabajo. Y mi patrimonio está muy lejos de ser una gran fortuna en cualquier nación de ingresos medios.
Fuente Clarin