El barrio neoyorquino de Sunset Park, en Brooklyn, empieza a despertarse a las 07.30 de la mañana, cuando dos colectivos reconvertidos en clínicas móviles de vacunación estacionan en la Séptima avenida, entre las calles 53 y 57, para empezar una campaña de inmunización en las zonas más empobrecidas y más afectas por coronavirus en Nueva York.
Ada, una joven de origen asiático, es una de las personas que ha pedido cita para recibir el único pinchazo que requiere la vacuna de la farmacéutica Johnson & Johnson, la elegida para esta iniciativa ambulante.
“Trabajo en un restaurante y la necesito para mi trabajo”, dice a Efe Ada, que asegura que vive en Brooklyn a unos 30 minutos de donde se han situado los autobuses, que permanecerán en el mismo lugar los próximos dos días, antes de desplazarse a otras zonas de la ciudad.
El director ejecutivo del Departamento de Análisis y Seguimiento de la Covid-19 de Nueva York, Ted Long, explica a Efe junto a los vehículos que el objetivo de los dos autobuses que se han instalado temporalmente en Sunset Park es vacunar a los trabajadores de restaurantes.
El barrio neoyorquino de Sunset Park, en Brooklyn con los dos autobuses reconvertidos en clínicas móviles de vacunación. Foto EFE
Sin embargo, desde que las flamantes clínicas ambulantes, decoradas con un dibujo de la estatua de la Libertad con una mascarilla protectora y una tirita en el brazo como señal de que se ha vacunado, toman posiciones en el barrio, un gran número de viandantes se acerca a preguntar si pueden acceder a una de las 200 dosis que se inyectarán cada día.
“En un principio estamos enfocados en trabajadores de restaurantes y repartidores de comida a domicilio, y si vemos que hay un interés aquí, pues iremos más allá”, cuenta Long después de explicar: “Estas son las nuevas adquisiciones de nuestra flota, que está compuesta por 20 furgonetas móviles de vacunación y que hoy están por todo Nueva York, involucrando a las poblaciones más difíciles de alcanzar”.
Tras esta parada en Sunset Park, donde abundan los negocios asiáticos y los “brownstone” -las típicas casas adosadas de Brooklyn con fachadas de ladrillo y empinadas escaleras de acceso-, los autobuses, en los que también se puede leer “Vacunas para todos, seguras, gratis y fáciles“, viajarán el próximo lunes al este del barrio de Harlem, en el norte de Manhattan.
Esfuerzos
Esta pareja de vehículos se une a los hospitales, farmacias, carpas y espacios de vacunación masiva como estadios y recintos feriales que las autoridades han ido desplegando para acelerar lo más posible la inmunización de toda la población de la ciudad.
Desde que se empezaron a administrar los primeros pinchazos, los datos revelaron que las comunidades negra y latinoamericana, entre otras minorías, se estaban quedando relegadas en la campaña de inmunización a pesar de haber sido las más afectadas por la pandemia, por lo que las autoridades han intentado llegar a esta población.
El alcalde Bill de Blasio quiere apurar el ritmo de vacunación. Foto Foto AFP
“Los vamos a usar el tiempo que haga falta para poder vacunar lo antes posible al mayor número de neoyorquinos que podamos”, apunta Long.
El alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, se ha marcado como objetivo que para junio puedan estar vacunados cinco de los más de ocho millones de residentes en la ciudad.
Hasta ahora, se han administrado más de 4,5 millones de vacunas, pero en la mayoría de los casos se trata todavía de la primera de las dos dosis que se necesita en el caso de los inmunizantes de las farmacéuticas Pfizer y Moderna, los más extendidos en el país.
Cómo se usan
Tristan Sherry es uno de los enfermeros que recibe a los candidatos en uno de los dos autobuses, después de que estos hayan confirmado su registro y rellenado la información requerida por las autoridades que incluye desde preguntas sobre posibles alergias hasta la inclinación sexual, la raza o la religión.
Asegura que eligió participar en este proyecto “para que la vacuna sea más accesible, poder educar a la comunidad y ayudar“.
“Estamos poniendo la vacuna de Johnson & Johnson así que solo se necesita una dosis y nada más, así no tenemos que volver”, dice tras las cortinas, donde recibe a los candidatos para inyectarles la vacuna en la brazo.
Tras el pinchazo, los ya vacunados pasan al siguiente vehículo donde esperan entre 15 y 30 minutos para descartar cualquier reacción alérgica, antes de salir y seguir con sus quehaceres cotidianos.
Agencia EFE
Fuente Clarin