La Ciudad insiste en que el sistema de salud “tiene margen” y con restringir actividades “lo mínimo indispensable”

Ante el aumento de casos de coronavirus, el alerta por la alta ocupación de camas de terapia intensiva y la postura de Provincia de considerar insuficientes las últimas medidas, Horacio Rodríguez Larreta no se moverá por el momento de la posición de restringir “lo mínimo indispensable” las actividades en la búsqueda de un “equilibrio” entre la salud y la economía.

Altos funcionarios de la Ciudad admitieron un panorama “delicado” por la curva pronunciada de contagios, aunque relativizaron las advertencias sobre el posible colapso del sistema sanitario.

“Vamos a promover que se tomen las medidas exclusivamente necesarias y priorizando la educación y el empleo, y que se restrinja lo mínimo indispensable para tratar de preservar la educación y el empleo”, dijo Felipe Miguel -jefe de Gabinete porteño- a Clarín.

Y agregó: “Eso requiere tres cosas: una fuerte estrategia de vacunación, de testeos y cumplir con la prevención y los protocolos. Vamos a reforzar los controles, pero confiamos en la responsabilidad de la gente”.

Luego de calificar como un “tsunami” la segunda ola de la pandemia, Axel Kicillof dejó preparado el escenario para nuevas restricciones con la firma de un decreto para eventualmente suspender las clases presenciales y extender la prohibición para circular.

El ministerio de Salud bonaerense, representantes del sector público y privado pidieron “medidas más drásticas”, a lo que se sumó la preocupación por las camas de terapia intensiva al límite (en muchos casos, entre el 95% y el 100%) en las clínicas privadas de la Ciudad.

“Hay una operación ‘cerracionista’, todos presionan. Estamos en una situación delicada, con una curva alta, pero vamos a mantener el equilibrio y a seguir monitoreando día por día”, ratificó a este diario una fuente del Gobierno porteño, y argumentó que los porcentajes de ocupación de UTI en los sanatorios privados crecieron por el resto de las patologías y las operaciones programadas que derivan en cuidados intensivos, más allá del coronavirus.

“No es lineal, el sistema de salud privado tiene aproximadamente 1.500 camas de terapia intensiva. Si destinás 500 a Covid y el resto a otros servicios de internación, que para ellos es más redituable y lo entendemos, ahora pueden faltar pero no es posible cerrar la Ciudad por eso. Lo que hay que hacer es aumentar las destinadas a Covid. En el sector público estamos más holgados”, sostuvo otro funcionario encima de los números y las decisiones sobre las restricciones.

A principios de mes la Ciudad ordenó reducir las cirugías programadas y otras prestaciones en los hospitales públicos. “En el peor pico de agosto había 350 camas ocupadas, un 69%. Hoy estamos en 230, 240. Por ahora el sistema tiene margen y tenemos que afectar la actividad lo menos posible”, coincidieron en sostener la postura más flexible respecto de la provincia de Buenos Aires.

Incluso hubo alguna crítica: “Es increíble que tomaron medidas y apenas 48 horas después siguen apretando”.

Rodríguez Larreta también decidió sostener el esquema de clases presenciales como una “prioridad”, más allá del aumento exponencial de casos y la presión de un sector de los gremios docentes.

Negociaciones por vacunas

La Ciudad arrancó las gestiones para intentar conseguir vacunas -el vicejefe Diego Santilli mencionó posibles negociaciones con AstraZeneca, Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson-, aunque sin la expectativa de resultados a corto plazo.

Aun ante las advertencias de referentes sanitarios y del sector privado, la Ciudad se seguirá diferenciando de la postura de la provincia de Buenos Aires sobre eventuales mayores restricciones.

“No hay que descartar nada, pero vamos día a día y salvo una emergencia no vamos a promover nuevos cierres”, insistieron los funcionarios.

Fuente Clarin