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Axel Kicillof condicionado entre la necesidad social y el “inminente” colapso hospitalario. Está persuadido de endurecer las restricciones en la Provincia, pero explica que las clases presenciales continuarán y concede que la actividad comercial e industrial no presentará demasiadas alteraciones.
El gobernador había procurado la búsqueda de consensos con la Ciudad Autónoma y el Gobierno nacional para ampliar el toque de queda, menor circulación de personas, apretar más el horario de actividades gastronómicas, entre otras limitaciones.
Sin el acompañamiento pleno a las propuestas sólo le quedaron las advertencias. Y sus propias decisiones.
Ministro de Salud de la Provincia Daniel Gollán.
“Hay va más rápido los contagios que la vacunación”, insiste el ministro de Salud, Daniel Gollán.
Buenos Aires está “en un nivel de camas” de terapia intensiva “como en el peor momento del año pasado”, confirma el funcionario. Con esta evolución de casos “puede colapsar el sistema muy pronto”, completó el alerta.
De los nuevos 15.262 casos publicados este domingo, 7.696 corresponden a la Provincia. Preceden al ratio comprendido por Semana Santa, donde hubo mucha circulación de gente en distritos de la Costa Atlántica, destinos turísticos y distritos en general.
Precisamente, desde algunos sectores críticos argumentan que si el gobierno tenía ese diagnóstico tan grave, por qué no impidió los desplazamientos masivos de hace unos días. La economía, resulta la respuesta.
En la reciente reunión con intendentes, Kicillof había adelantado que las medidas no afectarían la productividad. El turismo es un sector gravitante.
En las próximas horas volverá a evaluar la situación con los jefes comunales. Algunas comunas aparecen desbordadas.
“Así es muy difícil”
El propio Gollán empuja restringir más aún las medidas. ¿Cuánto agravamiento sería necesario para la aceptación social de nuevas restricciones?. Al parecer todavía no sería el punto.
Por lo menos por la explicitación que hizo el ministro vía Twitter después de lo ocurrido en el shopping Unicenter. Allí, los videos revelaron un amontonamiento de gente presurosa en la compra de liquidación por el cierre de Falabella.
Casi en simultáneo con la ocupación del 66,8% de camas de terapia intensiva en el AMBA, y de una trepada inquietante de infectados.
“¡¡Así es muy difícil!!”, escribió el responsable de Salud bonaerense al retuitear el video en el patio de comidas del centro comercial ubicado en el Norte del Conurbano bonaerense. Expresa la disyuntiva política del gobierno que integra, y que expone a Kicillof.
Llegado el caso, todo se resumiría trágicamente al reconocimiento de su subsecretario, Nicolás Kreplak: “El plan (más consistente) es vacunar, vacunar y vacunar”.
¿Y con ese dispositivo cómo andamos?. Buenos Aires acaba de recibir 207.957 vacunas destinada a la población mayor.
Hay 900.000 personas mayores de 70. En ese sector ya fue inoculado el 60%. Después viene la franja de 60-70. El segmento se amplía casi al doble. Incluye a personas con comorbilidades, estimados en 400.000, quienes serán vacunados antes que el resto.
Estos números, contrastado con el stock vacunatorio, hace improbable que en abril estén vacunados todos los mayores de 60. Aunque desde el Gobierno nacional se apresuran en adelantar que en la segunda mitad del mes llegarán al país dos millones de dosis pendientes de Sinopharm, 900.000 dosis de Oxford/AstraZéneca y quedan previstos un par de vuelos a Moscú para partidas de Sputnik.
Como en los aviones. Por ahora, las certezas están en el aire.
Fuente Clarin
