La muerte del príncipe Felipe: Isabel II retoma sus actividades y se sentará sola durante el funeral

“Keep Calm and carry on” . Ese fue el “moto” de los británicos durante la segunda guerra mundial. Una actitud que los hizo sobrevivir en el conflicto. La reina Isabel II lo adoptó como propio. Cuatro días después de la muerte de su esposo, el duque de Edimburgo, la monarca cumplió su deber real de seguir con sus actividades.

En una audiencia en el palacio de Windsor recibió al ex-chamberlán Earl Peel, quien renunció como el oficial más alto de la casa real el mes pasado, y era la máxima autoridad de la Casa Real. Estaba a cargo del funeral del príncipe Felipe. Lo reemplazó el ex jefe del MI5, el servicio secreto doméstico, Lord Parker de Minsmere, que asumió poco más de una semana antes de que Felipe muriera.

La reina está decidida a seguir llevando a cabo algunos compromisos en solitario, incluso mientras lamenta la pérdida del príncipe Felipe. Es probable que los compromisos más lejanos, incluidos los que se conocen en los círculos reales como “días afuera”, impliquen que la reina se una a un miembro de su familia.

Se considera que esto tiene varios beneficios. Alivia su carga de trabajo, hace que el día sea más agradable y significa que, si tiene que cancelar con poca antelación, el compromiso aún puede continuar. El número de compromisos conjuntos puede aumentar lentamente a medida que la Reina envejece, pero se espera que sea un cambio gradual.

Opuesto a la reina Victoria

A diferencia de la reina Victoria, que pasó sus larguísimos dos años de duelo en Balmoral, vistió de negro el resto de su vida y no abrió el Parlamento por 5 años, la soberana Isabel II está decidida a continuar con su agenda porque es lo que el duque hubiera querido.

Al cumplirse las dos semanas de duelo oficial, va a retomar sus trabajos diarios, como leer los documentos oficiales de las cajas coloradas que debe revisar diariamente, y otorgar consentimiento real a las leyes porque de lo contrario, se impediría promulgarlas.

El duelo estricto de la reina Victoria, su ausencia de apariciones públicas por dos años, generó una crisis en la monarquía. Muchos pidieron su abdicación.

Fue el primer ministro Benjamín Disraeli quien recuperó la popularidad e inventó una serie de nuevas tradiciones, que se hicieron pasar por viejas, para revivir a la monarquía.

La pompa, los brillantes uniformes, el cambio de guardia fueron fruto de su imaginación para resucitar la Casa Real.

El Covid le impone restricciones a la soberana, que vive en “una burbuja sanitaria” en el palacio de Windsor, y muchas de esas actividades serán digitales. Pero con la reina como protagonista.

El próximo 11 de mayo, Isabel II va a conducir la apertura de estado del Parlamento británico con toda la pompa, hasta ahora en persona. Una función que solo no cumplió cuando estaba embarazada del duque de York en 1959 y el conde de Wessex en 1963. La acompañará el príncipe de Gales, su heredero.

La reina viuda

Desde la reina Victoria, no hay antecedentes de una reina viuda en ejercicio en Gran Bretaña. Ella ha decidido salir del duelo el 22 de abril, cuando cumple 95 años. Para la reina, las consideraciones constitucionales son más importantes que las personales.

La muerte del duque ha puesto de relieve cómo los miembros de la familia real se han unido cada vez más a la reina en sus compromisos oficiales. Entre ellos se encuentran el príncipe Carlos y la duquesa de Cornwall, y el duque y la duquesa de Cambridge. La princesa real y la condesa de Wessex, que tiene una estrecha relación con la reina, se unieron a ella para participar por video llamadas durante el encierro.

La semana antes de que Felipe muriera, la Reina, sin la compañía de ningún miembro de su familia, asistió a una ceremonia que marcaba el centenario de la Real Fuerza Aérea Australiana en Runnymede, cerca de Windsor. Los asistentes notaron que parecía estar cómoda, charlando con el personal militar e incluso permitiendo que el compromiso se prolongue un poco con el tiempo, generalmente una señal clara de que se estaba divirtiendo.

El funeral

Durante el funeral, la reina se sentará sola en la capilla de St George por las restricciones sanitarias.Todos usarán máscara. Ella solo podría compartir el lugar junto a los miembros de la “burbuja sanitaria” con los que vive en el palacio de Windsor.

El único invitado que forma parte de ella será el brigadier Archie Miller Bakewell, secretario privado del duque de Edimburgo. No estará permitido cantar en la ceremonia a causa de la pandemia.

Los demás miembros de la Familia real deberán estar separados por dos metros de distancia, excepto las parejas, como los duques de Cambridge o el príncipe Carlos y su esposa Camila.

Los bisnietos de la reina no participarán en la ceremonia y los nombres de los 30 que asistirán al funeral se conocerán el jueves. Peter Philips, y el príncipe Harry, nietos de la reina, se sentarán solos, separados.

Harry y William

El príncipe Harry cumple su cuarentena en Frogmore Cottage, su casa, que hoy comparte con su prima, la princesa Eugenie.

No podrá salir de allí hasta el mismo sábado del funeral, tras testearse dos veces. Será entonces cuando se encontrará por primera ve con su hermano William, con quien está distanciado. Han hablado por teléfono desde la muerte de su abuelo.

Queda claro que el sábado no habrá lugar nada más que para el duque de Edimburgo, su memoria y su homenaje para honrarlo a él y a la reina durante el funeral. La decisión es mostrar una familia unida, focalizada en la reina y en el legado de su abuelo.

Kate, la princesa de Cambridge, esposa de William y psicóloga por formación, será la que intentará la reconciliación entre los dos hermanos. Ella buscará reducir las tensiones. Meghan estaría dispuesta a iniciar un nuevo capítulo con los Royals. Los chicos de William y Kate podrían jugar al aire libre con el divertido “tío Harry”, antes de que regrese a Los Ángeles.

París, corresponsal

Fuente Clarin