La diplomacia de la reina Isabel de Gran Bretaña se impuso en el funeral de su marido, el príncipe Felipe, para impedir “una humillación” al príncipe Harry, un desaire al heredero, el príncipe William y otra frustración al príncipe Andrés, que quería vestirse de almirante.
Cuando los hombres de la Familia Real marchen detrás del Land Rover que traslade los restos del duque de Edimburgo, ninguno usará uniforme militar para “no humillar a Harry”, que por disposición de la Casa de Windsor tras su partida, no puede volver a usarlos al no ser un miembro activo Royal. Tampoco quiso enfurecer a su hijo preferido, el príncipe Andrés, que quería utilizar el suyo de Almirante. Una idea que horroriza a los militares por las acusaciones de pedofilia que lo ensucian.
El príncipe Carlos y la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo, los cuatro hijos de duque de Edimburgo, el príncipe William y Peter Philips y el príncipe Harry, sus nietos, irán todos el traje de calle oscuro o en jacket, con las condecoraciones pegadas en su pecho, caminando durante 8 minutos. La reina los esperará sola, en la iglesia de St George, debido a la “nube sanitaria” en la que están envuelta por la pandemia.
De todos los que pueden usar uniformes militares, solo Andrés y Harry fueron veteranos de guerra en las Malvinas y en Afganistán. Los demás usan los uniformes como un honor por ser miembros de la Familia Real.
La reina decide
La decisión fue adoptada personalmente por Su Majestad para resolver uno de los conflictos más difíciles en una Familia real en crisis. Harry y William se han peleado. El príncipe Carlos defraudó a su hijo. Harry acusó a la familia real de racista. El príncipe Andrés no quiere ser aceptado como vocero de su madre, cuando murió su padre, por su hermano, el heredero, Carlos. Fue la reina la que puso orden en tal conflicto interfamiliar y público.
El duque de Cambridge y el duque de Sussex caminarán detrás del ataúd de su abuelo en su funeral el sábado. Sin embargo, estarán separados por la presencia diplomática de su primo, Peter Philipp.
Los hermanos, cuya relación fracturada no se ha recuperado desde su último encuentro incómodo en la Abadía de Westminster hace un año, estarán entre los nueve miembros de la familia real que marcharán detrás a pie, mientras el ataúd del duque de Edimburgo es conducido en un Land Rover a la Capilla de San Jorge en Windsor.
El príncipe Harry habla con el príncipe Felipe mientras los miembros de la familia real aparecen en el balcón del Palacio de Buckingham, en 2014- Foto AP
La procesión traerá recuerdos a los que presenciaron el funeral de la princesa Diana, de cómo los hermanos, de 15 y 13 años entonces, caminaron detrás del ataúd de su madre en su funeral en 1997. Sin embargo, no estarán uno al lado del otro. En el interior de la capilla, cuando se reforme la procesión, volverán a estar cerca, pero no uno al lado del otro.
El palacio de Buckingham dio a conocer la lista de huéspedes del funeral, limitado a 30 personas por razones sanitarias. Se confirmó que la Reina, como los 30 invitados al servicio, usarán una mascarilla. Ella se sentará sola en el coro de la Capilla de San Jorge, con todos los invitados siguiendo las pautas del coronavirus y permaneciendo socialmente distanciados. El Palacio de Buckingham ha confirmado que se sentarán a dos metros de distancia.
Philip era la fuerza que guiaba los preparativos de su funeral. El final del servicio incluirá un poderoso recordatorio de su acción en tiempos de guerra, cuando los cornetas de los Royal Marines harán sonar Call to action, el llamado que se usa en los buques de guerra para anunciar a todos que deben ir a la batalla.
El toque de corneta se incluyó siguiendo instrucciones específicas del Príncipe Felipe, quien también eligió toda la música, que se espera incluya el himno de los marineros “Padre Eterno, Strong to Save”.
Un coro reducido de cuatro cantantes se presentará durante el servicio y los invitados seguirán las reglas y no cantarán.
Los invitados
Entre los invitados se encuentran la duquesa de Cornwall, todos los nietos del duque y sus cónyuges, y los hijos de la hermana de la reina, la princesa Margarita. Tambien está invitada la Condesa Mountbaten de Burma, anteriormente conocida como Lady Romsey y más tarde Lady Brabourne, quien fue la compañera de conducción de carruajes de Philip y una de sus amigas más cercanas. Ella era una invitada frecuente suya en Wood Farm, en Sandringham, el lodge donde se retiró a vivir solo, en los últimos años hasta la pandemia.
Tres de los parientes alemanes de Philip estarán entre los 30 invitados. Su inclusión es un reflejo de lo cerca que estaba Philip de su familia alemana. Así como un recordatorio de cómo a ninguna de sus hermanas, que se casaron con príncipes alemanes, se les permitió asistir a su boda con la princesa Isabel en 1947 debido a los sentimientos anti alemanes en la posguerra.
Los tres parientes: Bernhard, el príncipe heredero de Baden; Donato, Príncipe y Landgrave de Hesse; y el príncipe Philipp de Hohenlohe-Langenburg estaban aislados en la casa de un amigo en común en Ascot, Berkshire, antes del funeral.
Solo dos niños asistirán al servicio: el vizconde Severn, de 13 años, y Lady Louise Mountbatten-Windsor, de 17, los hijos del conde y la condesa de Wessex, nietos del príncipe. Los otros miembros de la realeza incluirán al duque de Gloucester, el duque de Kent y la princesa Alexandra, gran amiga del príncipe.
Antes de que comience la procesión fúnebre, la reina tendrá un momento de reflexión , cuando su automóvil se detenga detrás del ataúd, en la entrada estatal del castillo y luego, se detenga por un momento, antes de partir. El Príncipe de Gales y la Princesa Real encabezarán la procesión que sigue al Land Rover mientras se dirigen hacia los escalones occidentales de la Capilla de San Jorge.
Les seguirán el duque de York y el conde de Wessex, con el príncipe William y el príncipe Harry detrás de ellos, con Peter Phillips.
Los otros miembros de la familia real en la procesión serán el sobrino de la Reina, el Conde de Snowdon, y el esposo de la Princesa Real, el Vicealmirante Sir Tim Laurence.
Los ayudantes
A la realeza se unirán seis miembros de la casa de Philip, incluido su secretario privado, el brigadier Archie Miller-Bakewell y uno de sus oficiales de protección personal. También habrá dos pajes y dos ayudantes de cámara.
Caminarán sin máscaras, pero se pondrán las máscaras antes de entrar en la Capilla de San Jorge. La Reina, que seguirá la procesión en el Bentley estatal con una dama de honor, usará una máscara mientras es conducida desde el castillo a la capilla. Sin embargo, no seguirá la procesión hasta el final, sino que se detendrá en el pórtico de Galilea, donde el coche de la Reina se detendrá y ella entrará en la capilla.
El Palacio de Buckingham confirmó que los hombres reales usarán trajes de mañana con sus medallas y las mujeres usarán vestidos de día. En el altar se exhibirán algunas de las insignias del duque ,elegidas personalmente por él mismo, que incluirán guiños a su herencia danesa y griega.
Sus medallas y condecoraciones seleccionadas se colocarán junto a sus alas de la Royal Air Force y el bastón del mariscal de campo, descansando sobre nueve almohadones, colocados alrededor del altar de la capilla de San Jorge.
PB
Fuente Clarin