Angela Merkel, Emmanuel Macron y Vladímir Zelenski piden la retirada de las tropas suplementarias que Rusia ha acumulado las últimas semanas en la frontera entre Ucrania y Crimea, «expresando su preocupación común ante la actividad militar creciente» y «recordando defensa de la integridad territorial ucraniana».
El presidente francés celebró una comida de trabajo, en el Elíseo, con el presidente de Ucrania, dedicada esencialmente a problemas de seguridad europea. Vladímir Zelenski volvió a reiterar su deseo de pedir en algún momento el ingreso de su país en la OTAN, para intentar ligar su seguridad nacional a la seguridad continental europea. Deseo rechazado con brutalidad en Moscú, sin mucho eco en Washington y la mayoría de las capitales europeas. Por parte francesa, se temen, desde hace años, los movimientos de peones militares rusos en todo el este de Europa, planteándose una situación estratégica muy similar a la histórica batalla de los euromisiles, durante los años 80 del siglo pasado: la antigua URSS y la nueva Rusia adoptan la misma postura militar… acumulando hombres y armas en sus fronteras con Europa. La Alianza Atlántica responde, hoy como ayer, tomando posiciones tácticas en las mismas fronteras. Insuficiente
El presidente de Ucrania teme que esa respuesta relativamente pasiva de la OTAN sea insuficiente. Zelenski pidió ayer a Macron, en el Elíseo, un apoyo europeo más enérgico, sin descartar nunca los movimientos diplomáticos de fondo: convocar nuevas negociaciones y diálogo directo, a varias bandas, entre Moscú (Putin), Kiev (Zelenski), Berlín (Merkel) y París (Macron). Tras la comida, en el Elíseo, Merkel, Macron y Zelenski celebraron una video conferencia, de carácter quizá más diplomático, si cabe, intentando relanzar los acuerdos de Minsk (2015), que pretendían evitar la degradación militar de la crisis ucraniana en la región de la cuenca del Dombás, al este de Ucrania, donde un movimiento independentista local recibe el apoyo táctico de las tropas rusas estacionadas en al frontera.
Los acuerdos de Minsk frenaron temporalmente las tensiones. Pero la acumulación de tropas rusas, en permanente movilidad, y la sucesión de tensiones entre el gobierno ucraniano y los independentistas del este, continúan alimentando el riesgo permanente de agravación de la crisis. No sin cierta hipocresía, Putin pide regularmente a la pareja Merkel-Macron que «ntervengan ante el presidente de Ucrania, quién, a su vez, pide socorro a la canciller de Alemania y el presidente de Francia. Por enésima vez, desde los acuerdos de Minsk, Merkel y Macron «subrayan su apoyo a la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania», volviendo a pedir la «plena aplicación» de los acuerdos bilaterales y cuatripartitos firmados hace cinco años. A través de su vídeo conferencia, entre París y Berlín, la canciller alemana y el presidente francés volvieron a pedir su deseo de servir de intermediarios y poder relanzar el diálogo Moscú, Kiev, Berlín y París. Desde hace años, París y Berlín califican de ilegal la ocupación rusa de Crimea, manifestando su preocupación por el incremento de la presencia militar rusa, entre las fronteras de Ucrania y Crimea. Preocupación e ilegalidad que hacen sonreír lacónicamente a Vladimir Putin y sus militares, en Moscú, que ha respondido a la video conferencia y penúltimas preocupaciones franco-alemanas haciendo peticiones propias.
Fuente ABC