A poco que comience una nueva campaña, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires lanzó la primera estimación de la campaña de trigo y prevé que la superficie se mantenga en 6,5 millones de hectáreas.
Nuevamente, el escenario se muestra incierto sobre algunas cuestiones determinantes para la toma de decisiones”, sintetizó la entidad porteña. Según especificó, la prolongada situación de déficit hídrico en algunas zonas clave para la producción del cereal, la suba en el costo de los fertilizantes y la pérdida de competitividad frente a otros cultivos, como la cebada y el girasol, limitarían la posibilidad de expansión del trigo.
“A estos factores se suman interrogantes en relación a las reglas de juego para la próxima campaña. Sin embargo, los resultados preliminares de este relevamiento indican que el precio del grano, su rol como cultivo de servicio, tanto como cobertura vegetal invernal o para cumplir los planes de rotación, el reabastecimiento de humedad en el perfil, y necesidades financieras previo a la campaña gruesa sostendrían una intención de siembra similar a la del año pasado.
De todas maneras, la siembra de trigo durante el ciclo 2021/22 refleja un incremento sobre la superficie promedio de las últimas 5 campañas de 6,6%, y se ubica como la quinta superficie más grande de los últimos 20 años.
Escenario climático
Durante los últimos días de marzo y los primeros días de abril se registraron eventos de precipitaciones moderados a abundantes, abarcando casi todo el territorio agrícola. Estos eventos, sin bien no logran revertir el déficit hídrico que ha predominado durante el ciclo productivo previo, apuntalan la intención de siembra relevada durante el último mes.
En el pronóstico estacional, la perspectiva para el otoño 2021 augura una limitada oferta hídrica sobre el centro de la región agrícola. Si bien la influencia del Océano Atlántico favorecerá a las zonas más costeras con algunos eventos de mayor magnitud, los pronósticos de precipitaciones para el centro-oeste de la región durante los meses de mayo y junio muestran un aporte de entre 50 y 100 mm, acompañados de temperaturas frías aunque no tan intensas como en el ciclo 2020/21.
Hacia el invierno, persistiría un escenario predominantemente seco como es habitual sobre prácticamente toda el área agrícola, a excepción del noreste argentino donde se registrarían algunos milímetros adicionales. Sin embargo, con la disminución de la radiación solar incidente y el descenso térmico, mejorará el aprovechamiento hídrico de las precipitaciones que se registren.
Durante la primavera, los pronósticos indican moderados a escasos aportes de humedad durante octubre y noviembre, sobre el centro y sur del área agrícola. En esos meses, con las temperaturas en ascenso y el aumento de las horas de radiación solar podría comprometerse la condición del cultivo. Sin embargo, para el mes de diciembre, se pronostica una reactivación de las lluvias, que se extenderían hasta el centro y sudeste del área agrícola.
Frente a este posible escenario que se perfila neutral frío, podría lograrse una correcta implantación con eventos de precipitaciones justos durante el invierno como para adecuar la humedad del estrato superficial y favorecer un rápido enraizamiento. Más tarde, el desarrollo del cultivo estará ligado a la oportuna ocurrencia y distribución de las precipitaciones durante las etapas de generación de rendimiento, con especial atención en el sudeste agrícola donde la ocurrencia de lluvias podría condicionar buena parte del ciclo.
Escenario económico
Según el informe, la campaña 2021/22 se encuentra atravesada por un escenario económico y comercial distinto al registrado en mismo momento del ciclo pasado. Mientras en 2020 había un escenario favorable al trigo, que había resistido las caídas que la pandemia le imprimió a las cotizaciones internacionales, en 2021 el cultivo ha perdido competitividad debido a la recuperación de los precios del resto de los granos, especialmente cebada, que registraron aumentos de precios mayores.
El precio a cosecha del trigo, futuro enero 2022 del MATba-Rofex, en el periodo de presiembra (marzo a mayo), se encuentra por encima de los valores registrados durante el año pasado e incluso supera a los máximos de las últimas cinco campañas.
Sin embargo, al comparar con la evolución de los precios de los otros cultivos, se registra una peor performance. Después de un significativo crecimiento desde agosto del año pasado, los precios de la soja y el maíz también se encuentran en los máximos de las últimas campañas. Una forma de evaluar la competitividad relativa es observando la relación trigo/soja o trigo/maíz.
En ambos casos, las relaciones actuales muestran un empeoramiento del trigo en relación a la situación observada en el mismo periodo del año pasado. Durante el primer cuatrimestre del 2020 los precios de la soja y el maíz se encontraban en mínimos, como consecuencia de las medidas de cuarentena y la caída del petróleo. Por su parte, el precio del trigo se mantenía estable, por su menor elasticidad ingreso y su menor correlación con el precio del petróleo, debido a su baja demanda para la elaboración de biocombustibles.
Este año la situación es opuesta, la recuperación de la demanda mundial y la suba del precio del petróleo impacto con mayor fuerza sobre la soja y el maíz. Como consecuencia, la relación de precios se tornó desfavorable para el trigo, que aumentó pero en menor cuantía.
Respecto a los insumos, se registró un incremento de costos que fue acompañando al aumento del precio de los granos y del petróleo. En el caso de fertilizantes, la relación insumo-producto muestra un retroceso respecto al mismo periodo del año pasado. No obstante, los márgenes brutos de trigo se estiman mayores a los registrados durante la campaña previa.
Por último, la entidad sostuvo que un importante factor de incertidumbre señalado en el relevamiento son las reglas de juego bajo las cuales se va a desenvolver la próxima campaña, especialmente las políticas agropecuarias y comerciales. “La expectativa sobre subas en derechos de exportación o posibles cierres de exportaciones de trigo podría modificar el comportamiento de los productores, que ya han experimentado las consecuencias de este tipo de medidas y se han volcado por la siembra cultivos con menor probabilidad de ser afectados por restricciones al comercio”, cerró.
Fuente Clarin