La búsqueda fue desesperada. Mientras el país se paralizaba por las restricciones vinculadas a la pandemia de coronavirus, Cecilia Basaldúa (35) dejó la casa de sus padres para refugiarse en las sierras de Córdoba. Soñaba con terminar su libro de viajes y eligió Capilla del Monte para instalarse.
Fueron las restricciones las que la corrieron. Los campings cerrados, igual que los hostels y los hospedajes. Fue cambiando de lugar hasta que terminó en una casa, la de un hombre que sería el último que la vería viva y que se convirtió en el foco de la sospecha para la familia Basaldúa.
Cecilia desapareció el 5 de abril de 2020, pocos días después de llegar a Córdoba. Hubo rastrillajes con policías, baqueanos, perros y helicópteros. Su mochila fue plantada en un punto céntrico de la ciudad y la angustia creció tanto como la necesidad de hallarla.
El 25 de abril la encontraron: Cecilia había sido asesinada. Su cuerpo había sido escondido en una zona rural de Capilla del Monte, cerca de la ruta nacional 38 y a unos 500 metros del río Calabalumba, tras ser abusada sexualmente y asfixiada.
La investigación quedó en manos de la fiscal Paula Kelm, cuestionada por la familia de Cecilia, que plantea “irregularidades” en el expediente, al que calificaron como “desastroso“.
Cecilia Basaldúa.
Por el hecho detuvieron a Lucas Bustos (24), un peón de albañil que vivía cerca del lugar del hallazgo del cuerpo que está detenido con prisión preventiva y quedó a un paso del juicio, a quien la familia de Cecilia considera un “perejil”.
Daniela Pavón, una de las abogadas de la querella, asegura: “La fiscal decidió cerrar la investigación y elevar la causa a juicio. Nosotros presentamos un planteo de oposición, pero no sabemos si el juzgado de control hará lugar”.
La decisión está en manos de un juez de fuero civil que subroga en el área penal, algo que también preocupa a las partes. De llegar a juicio, sospechan, el femicidio de Cecilia quedará impune al demostrarse “la orfandad probatoria”. “No hay elementos concretos que incriminen a Bustos ni que prueben que estuvo con Cecilia”, señaló Pavón.
Al mismo tiempo, agregó: “Tenemos más elementos que aportar, sobre todo de la línea de investigación que venimos planteando junto a la familia de Cecilia y el pedido de que se analice a fondo la responsabilidad de otras personas que pudieron haber estado involucradas. Está demostrada la absoluta falta de perspectiva de género en el expediente“.
Las sospechas de la familia
La familia de Cecilia, una mochilera que llevaba más de cinco años viajando por Latinoamérica y que había regresado a Argentina para pasar el verano en Buenos Aires, señala a Mario Gabriel Mainardi, un rosarino de 47 años que hospedó a Cecilia en su casa de Capilla del Monte hasta que desapareció. Además, apunta a una red de trata o de tráfico de drogas.
Hace algunos meses se viralizó un audio a través de WhatsApp en el que una presunta testigo relataba lo ocurrido la noche del crimen. Allí señalaba a dos policías y a una mujer como autores del crimen, junto a Mainardi. Nunca ubicaron el origen del audio ni a la testigo del hecho.
La secretaría de Derechos Humanos de la Nación también es querellante en la causa. El 9 de abril su titular, Horacio César Pietragalla Corti, recibió a los padres de Cecilia. A través de un comunicado, estableció: “El joven Lucas Bustos es el único imputado y detenido, pese a que no existe en el expediente ninguna prueba fehaciente de que haya estado en contacto con la víctima”.
Además, sostuvo: “La única evidencia que pesa sobre el acusado es una supuesta confesión realizada en una comisaría, cuyos únicos testigos son dos agentes a quienes Bustos denunció por torturas. Luego de ese hecho, y ya en sede judicial, el joven negó haber sido el autor del femicidio”.
En este comunicado también solicitaron que se “profundice la investigación respecto de Mario Mainardi”, la última persona que la vio viva.
Marcha por justicia
Organizaciones sociales y los padres de Cecilia realizaron este domingo una manifestación en Capilla del Monte para “cuestionar la investigación” y exigir el esclarecimiento del caso.
“Que el pueblo se manifieste en las calles le molesta al poder”, dijo a Télam Daniel Basaldúa (64), el papá de Cecilia, que viajó a Córdoba para estar presente en el Jardín de la Memoria, en Plaza San Martín, de Capilla del Monte, y que regresará a Buenos Aires a tiempo para estar en otra movilización que se realizará el lunes a las 14 en Plaza de Mayo.
Los papás de Cecilia y un dolor eterno. Foto: Luciano Thieberger.
Soledad Basaldúa (34), la hermana de Cecilia, recordó a su hermana en este aniversario: “Está presente todos los días. Estas fechas movilizan mucho, son difíciles, pero lo que más te tira abajo es la injusticia. Es una impotencia, tanto dolor, sentir que hay tanta impunidad es desesperante. Es muy duro, pero intento que sean días para recordarla, para traer lo mejor de ella”.
En Núñez, un mural recuerda a Cecilia. Su rostro y el mensaje “Verdad y Justicia”, se convirtió en un espacio que Soledad visita cada vez que la ausencia se hace presente: “Se te junta mucha impotencia, mucha bronca, te das cuenta de que no sos nada, que no podés hacer nada. Desde acá vamos a seguir luchando, pero es muy difícil porque la Justicia no nos está acompañando“, cierra.
EMJ
Fuente Clarin