Federico Basualdo no tendrá la notoriedad mediática de funcionarios de mayor rango, pero su influencia en la política energética del gobierno de Alberto Fernández era bien marcada hasta este viernes en el que desde el Ministerio de Economía le pidieron su renuncia, en medio de la decisión oficial de aumentar las tarifas eléctricas en un 9% a partir de mayo.
Sin embargo, desde el kirchnerismo salieron a desmentir que el funcionario fuera a dejar su cargo. De hecho, negaron hasta el pedido. “No existe la renuncia, nunca hubo un pedido. Sigue en su cargo Federico Basualdo“, sostuvieron cerca del funcionario. Por la mañana, Clarín y otros medios pudieron constatar que se le había pedido la renuncia desde el Ministerio que conduce Martín Guzmán y la Secretaría que se encuentra bajo su órbita, a cargo de Darío Martínez. Este último funcionario fue el encargado de transmitirle el pedido de renuncia.
Basualdo responde directamente a Máximo y a Cristina Kirchner dentro de la Secretaría, así como antes lo había hecho desde el ENRE. Él, como el otro referente K del sector Federico Bernal, titular del Enargas, había sido uno de los principales mencionados para suceder a Lanziani en agosto del año pasado.
Fueron justamente Basualdo y Bernal quienes le trabaron a Guzmán el aumento de tarifas que el ministro había dispuesto con el aval de Alberto Fernández.
A Lanziani en Energía finalmente lo sucedió, con el aval del kirchnerismo Darío Martínez. Se trata del manejo de un área estratégica, que tuvo rango de ministerio durante el gobierno de Mauricio Macri, y que resulta casi un tema fetiche para la vicepresidenta Cristina Kirchner, que se interioriza en la dinámica del sector y que se sabe conocedora del mismo.
Aun sin ser ministerio en los 12 años del kirchnerismo en el poder, Energía siempre estuvo bajo la órbita del ex Ministerio de Planificación Federal que condujo Julio de Vido, quien desde allí manejó a gusto y piacere una caja con fondos inagotables, llevando adelante una política de subsidios millonarios destinados al sector que se prolongó durante más de una década. Energía, así, era un ministerio dentro de otro. Y a los dos los conducía el ministro más trascendente en peso político y económico que tuvo el kirchnerismo.
Martínez llegó con un perfil muy ligado a Máximo Kirchner, proviniendo de una provincia patagónica como Neuquén, y con buen diálogo político por su experiencia como diputado nacional del Frente de Todos, etapa en la que presidió la Comisión de Energía de la Cámara baja. Su arribo coincidió con el cambio de órbita de la Secretaría: del Ministerio de Desarrollo Productivo de Matías Kulfas al de Economía, de Guzmán.
Pero a Martínez, ni antes ni ahora, se lo identificó como un kirchnerista duro de los niveles de Basualdo o Bernal, aprobados por La Cámpora y el Instituto Patria. Incluso, en los últimos tiempos, estuvo muy alineado a Guzmán en lo que tuvo que ver con la discusión de tarifas, que divide aún al ministro con el kirchnerismo. De los cuatro subsecretarios que tiene la Secretaría de Energía, con el que menos feedback tenía Martínez era precisamente con Basualdo.
La cercanía de Basualdo con el kirchnerismo es tan evidente que ha sido un habitual columnista de El Cohete a la Luna, el sitio web que dirige el periodista oficialista Horacio Verbitsky, en los años en los que gobernó el macrismo. “Subsidios para los amigos y deudas para todos”, fue uno de los títulos que firmó en esa etapa, en 2018, cuestionando la política energética del gobierno de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires.
La posible salida de Basualdo, originada a partir de cortocircuitos en la relación con Martín Guzmán y de la decisión del Ejecutivo de aumentar las tarifas eléctricas desde mayo, abre un interrogante respecto a qué pasará con dos funcionarios con los que tenía línea directa y que se encuentran al frente de entes reguladores clave del sector.
Por un lado, con Bernal, el jefe del Enargas. “Si Basualdo es kirchnerista, Bernal lo es potenciado tres veces más, por lo menos”. Por el otro, con Soledad Manín, quien reemplazó a Basualdo en el ENRE en 2020 y le responde políticamente todavía. Es otra funcionaria del paladar K, cuya hermana, Laura, se desempeña como subsecretaria de Eduardo “Wado” de Pedro en el Ministerio del Interior. Si Basualdo se va, efectivamente, Manín y Bernal serían fusibles a cambiar en la estructura también.
En horas en las que aún se debate qué sucederá con Basualdo, Energía vuelve a estar en el centro de la escena de la propia grieta interna que tiene el gobierno de Alberto Fernández respecto al reparto de espacios de poder. Con el agregado de que esta vez, en caso de que no se concrete la salida del subsecretario, los cambios podrían darse en despachos de mayor impacto político.
Fuente Clarin