Miles de automovilistas que circulaban por la Panamericana, el Acceso Oeste y la autopista Riccheri este sábado quedaron demorados de manera intermitente durante seis horas en embotellamientos, producto de controles a cargo del ministerio de Seguridad de la Provincia. Personal de Salud de la Provincia, acompañados por efectivos de la policía bonaerense, les tomaron la temperatura a los conductores y pasajeros y generaron un caos vehicular. En el Gobierno nacional no conocían en detalle las medidas. Hubo fuertes críticas de la Ciudad, cuyas autoridades se enteraron por los medios.
En decenas de casos, los agentes de la bonaerense también solicitaban la aplicación CuidAR con los respectivos permisos de circulación, a pesar de que las restricciones del DNU que firmó el Presidente prohíben el tránsito en el AMBA exclusivamente entre las 20 y las 6.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof durante la conferencia de prensa del viernes adhirió “sin reservas” al DNU presidencial y criticó elípticamente al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta. “No es momento de forzar discusiones sobre federalismo y autonomía”, había dicho el mandatario bonaerense. Los controles bonaerenses, no obstante, fueron mucho más férreos que los de las fuerzas federales.
La ministra nacional Sabina Frederic -de nula relación con Sergio Berni- lo explicitó y dejó al descubierto los cortocircuitos entre Nación y Provincia. “Si el gobernador quiere cambiar el sistema de permisos, hacerlo más rígido, en lo que hace a su jurisdicción, puede hacerlo(….) Ellos dispusieron ese control adicional. Imagino que va a ser en las colectoras porque estoy esperando que el gobernador me pase el mapa”, sostuvo en un raid mediático en el que -sobre todo- tomó distancia del operativo provincial. De todos modos, como son rutas nacionales que atraviesan la Provincia -en los papeles- las autoridades provinciales no están obligados a avisar al Ejecutivo nacional.
El jefe de Gabinete bonaerense Carlos Bianco justificó las medidas. “Estamos haciendo un control sanitario, reforzando los controles, sobre todo el fin de semana, porque nuestra definición fue concreta: nos tenemos que mover pura y exclusivamente para ir al trabajo y a actividades obligatorias. El resto del tiempo, en una situación tan compleja, deberíamos priorizar quedarnos en nuestras respectivas casas”, explicó la mano derecha de Kicillof en diálogo con TN.
Consultados por Clarín, desde la Cartera bonaerense de Seguridad no brindaron detalles sobre la cantidad de efectivos que participaron del operativo ni a cuántos pasajeros tenían síntomas, pero lo calificaron como un éxito.
“Tiene que ver con la profundización de las medidas anunciadas el viernes. El operativo buscó profundizar los controles dirigidos al tratamiento sanitario. Preveíamos que podía haber muchos vehículos pero no tantos. La gran masa de automóviles que viajan desde la Ciudad a la Provincia amerita que haya un control sanitario. El virus circula si la gente circula“, insistieron cerca de Berni y admitieron que los controles también buscan disuadir a la población.
La gobernación busca desalentar a toda costa la circulación interjurisdiccional. Sin embargo, a pesar de que el decreto presidencial lo habilita, no avanzó en medidas más restrictivas como las que había Kicillof planteó al Presidente hace nueve días en la Casa Rosada.
De hecho, el decreto presidencial -con la excepción del capítulo de clases- pareció encajar mucho mejor con los deseos de Rodríguez Larreta que con los del gobernador bonaerense.
En segunda instancia en La Plata insisten en que la Ciudad es el principal foco de propagación de virus. “La secuencia se viene repitiendo de manual, arranca en CABA, sigue en el AMBA y en el interior de la Provincia”, sostuvo el gobernador durante la videoconferencia que compartió el miércoles con el Presidente, Rodríguez Larreta y otros 10 gobernadores.
El jefe de Estado también ha coincidido en ese análisis, cuya autoría inicial corresponde al ministro de Salud bonaerense Daniel Gollan. Los embotellamientos se produjeron sobre todo en los accesos que van desde la Ciudad a la Provincia.
Cerca del gobernador confirmaron que los controles vehiculares continuarán y podrían tener la misma intensidad que los del sábado. “Serán aleatorios”, insistieron. Los controles de tránsito no estuvieron a cargo de la subsecretaría de Transporte provincial sino del ministerio de Seguridad.
En la Ciudad hubo malestar con la decisión. En primer lugar argumentan que no hay limitaciones a las circulación fuera de los horarios contemplados en el DNU. También, destacan que ese tipo de controles provocan que los médicos no puedan llegar a sus lugares de trabajo. Por último, alertan, que controles en los autos particulares, donde el riesgo está concentrado podría fomentar y sobrecargar el uso del transporte público que se pretende reservar en exclusiva para los trabajadores esenciales.
En 2020, durante el inicio de la pandemia ante las quejas de los trabajadores de la Salud en los controles de las autopistas se establecieron carriles sanitarios.
El ministro de Transporte porteño Juan José Méndez, que en la semana se reunió con Frederic y consensuó el cierre de 18 accesos a la Capital durante la noche, se enteró de la noticia por los medios. “Esto produce el efecto contrario a lo deseado. Es contraproducente”, señaló en diálogo con Rivadavia. Un rato antes -en TN- Méndez señaló que entendía que el principal motivo de la decisión de Kicillof era evitar las reuniones sociales, prohibidas por el DNU.
Felipe Miguel, el jefe de Gabinete de Rodríguez Larreta también alzó la voz. “Lo tomamos con sorpresa, es sanitariamente injustificado y hay que pedirle perdón a la gente, quienes tomaron esta decisión deben hacerlo”, pidió.
Fuentes oficiales de la Ciudad reconocieron que los únicos contactos ocurrieron entre referentes de las policías de cada jurisdicción que suelen trabajar en operativos de un lado y del otro de la General Paz.
Paradójicamente y a pesar de la decisión de la Ciudad de no aceptar el DNU presidencial en cuanto a las cases presenciales, el jefe de Gobierno había ponderado que la Casa Rosada volviera a coordinar con los mandatarios provinciales las medidas restrictivas. Los puentes de diálogo vuelven a resquebrajarse.
Dirigentes del ala más dura del PRO como Waldo Wolff se sumaron a las críticas a la gestión bonaerense. “Lo que hizo hoy el gobierno nacional y de la Provincia hostigando a la ciudadanía en horario sin restricciones es demencial. Ver a funcionarios argumentar esas medidas sin sustento lógico ni legal muestra el extravío gobernante. Una locura”, sostuvo. Wolff, que es diputado por la Provincia, señaló que recibe testimonios de vecinos de municipios que advierten sobre excesos de las fuerzas. “Ocúpense de inocular vacunas, no miedo”, insistió.
Desde el Gabinete de Kicillof también hubo respuestas. El ministro de Desarrollo con la comunidad Andrés “Cuervo” Larroque cargó contra el jefe de Gobierno porteño. “Larreta no quiere asumir costos. Eso no es bueno. No es lo mismo el Larreta del año pasado que el de ahora que está siendo presionado por Macri, Bullrich, y el ala dura del PRO”, se quejó el secretario general de La Cámpora en declaraciones a la AM 750.
Fuente Clarin