Marnix van Iterson nació en Bogotá en 1959 de padres holandeses, un ingeniero constructor de diques y rutas y de una escritora. Se educó en Alemania y vivió largas décadas en la Argentina como presidente primero del Deutsche Bank, luego trajo al país al holandés Rabo Bank y finalmente como titular del también holandés ING Bank, hasta 2019. Se lo conoce como el banquero de la agroindustria por los proyectos que financió entre los que titilan la cítrica San Miguel y Renova, una de las planas más modernas de crushing cuando sus socios eran Molinos, Vicentin y Glencore. Cuenta que por su experiencia en el ING tuvo que sobreponerse a los conflictos entre gobierno y campo, las estatizaciones de las AFJP y de empresas como YPF. Van Iterson advierte que Argentina tiene “una inmensidad de oportunidades y el talento no es un problema, pero el futuro no está del todo claro por las idas y vueltas políticas y regulatorias que desincentivan a los empresarios”. Desde su Colombia natal sigue apostando a la agroindustria. Convenció a un selecto grupo de inversores holandeses cuyo nombre es Samanea, en honor al árbol tropical de abundante sombra, para una millonaria inversión en lo que Van Iterson llama el “Nilo argentino”. Esto es el Río Negro, donde arrancaron con la producción orgánica y sustentable en unas 800 hectáreas de nogales. El grupo también está en Uruguay y en Colombia serán pioneros en el cultivo del marañón como le llaman allá a la nuez de Cajú, oriunda del Orinoco. El modelo productivo es de economía circular en la que se combina la producción con madera dura, cacao y café. Aquí buscarán complementar con otras variedades de frutales y la nuez para el nutella que se obtiene de la avellana. Observan una gran demanda de este tipo de alimentos por parte de los jóvenes que están reemplazando las proteínas animales por las vegetales.
El grupo de los ex secretarios de Energía que supo ser una voz de alarma estaba en silencio desde hace largo tiempo. Pero esta semana volvieron a hacerse notar con el rechazo al proyecto oficialista de ley para los biocombustibles y reclamando la prórroga de la ley 25.093 que nació hace 13 años. Entre sus argumentos señalan que luego de más de una década, la Argentina se encuentra en un selecto grupo de países, junto con Brasil e Indonesia, donde las mezclas de ambos biocombustibles (biodiesel con gasoil y bioetanol con naftas) superan al dígito. “Entre aceites y alcoholes vegetales los biocombustibles aportan un 4% a la oferta interna de energía primaria. Esta participación relativa era casi inexistente a principios de la década pasada. Las exportaciones de biodiesel de algo más de un millón de toneladas en 2019 aportaron 775 millones de dólares, y promediaron más de 1.100 millones de dólares los años anteriores”, recalcaron en defensa de ese sector. Y añaden que la mezcla del bioetanol con la nafta favorece el octanaje del derivado petrolero, y la del biodiesel con el gasoil reduce el porcentaje de azufre del producto final. Firman el documento Emilio Apud, Julio César Araoz, Alberto Devoto, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Daniel Montamat y Raúl Olocco.
“Haciendo a la OMC más amigable para las PyMEs”, fue el título de la ronda de negocios mundial y virtual en la que participó Víctor Dosoretz directivo de la Cámara de Comercio y dueño de la firma Mantra. Allí se sostuvo que las pymes representan el 60% del empleo a nivel mundial y el 95% del total de empresas del mundo. Sin embargo, son especialmente vulnerables a causa de los pocos recursos de que disponen y tropiezan con dificultades para beneficiarse de las oportunidades que ofrece el comercio internacional. La pandemia ha tenido efectos devastadores. Dosoretz destacó que, a pesar de su importancia en las economías de todo el mundo, las pymes están sub-representadas en el comercio global, ya contribuyen solo al 30% del total de exportaciones y aún menos a la inversión internacional.
El sector de logística es claramente uno de los ganadores en estos tiempos de Covid. Y muchos están aprovechando el filón. En ese contexto se lee el crecimiento de H+Trace, creada hace 2 años por 3 argentinos ante los problemas de trazabilidad y seguridad en el transporte de medicamentos y vacunas. Nació con una inversión inicial de US$20 mil y dicen garantizar el traslado de vacunas y medicamentos, que incluye un empaque inteligente, seguro, ciencia de datos y blockchain. Su CEO Emiliano Buitrago cuenta que el 30% de los medicamentos arruinados se atribuyen a problemas logísticos; el 25% de las vacunas llegan en malas condiciones por problemas con el envío y el 20% de los productos con condiciones de temperatura son dañados durante el transporte debido al quiebre de la cadena de frío. La valuación estimada de la empresa es de US$5 millones y que acaban de recibir US$ 500.000 para expandirse a Latinoamérica. Ya firmaron contratos en México y Dominicana y está por aterrizar en varios países africanos. Los ayudó haber ganado el concurso Google for Startups, que selecciona anualmente las 30 empresas más prometedoras de 10 países La filiales locales de la líder global en consumo Unilever y la agencia Wunderman Thompson desarrollaron el primer desodorante inclusivo del mundo para personas con discapacidades. Lo hicieron en función de que una de cada cuatro personas, tiene una discapacidad, pero que a pesar de ser la comunidad minoritaria más grande del mundo, los productos y las experiencias aún no se diseñan pensando en ellos. Así ejemplifican que “para los no videntes, torcer una tapa de desodorante, girar una barra o empujar hacia abajo una lata de aerosol con movilidad limitada del brazo es un verdadero desafío”, señalaron. El diseño tiene forma de gancho para ayudar a manipularlo la boca, los pies y con una sola mano. También, una descripción en braille, una base que permite un mejor apoyo, un aplicador de rodillo más grande. Y además se puede volver a utilizar el envase.
Fuente Clarin