Los principales referentes del Partido Socialista (PS) coincidieron este lunes en el centro de Rosario para despedirse de Miguel Lifschitz, quien falleció el día anterior luego de contagiarse coronavirus. La familia y los allegados al ex gobernador de Santa Fe eligieron la Biblioteca Argentina “Dr. Juan Álvarez” como escenario para el último adiós por la mañana con una ofrenda de rosas rojas.
La noche de la víspera se decretó el duelo por 48 horas en toda la provincia a raíz del fallecimiento del presidente de la Cámara de Diputados. Voceros del legislador descartaron la posibilidad de organizar un velatorio para cumplir con los protocolos contra el COVID-19. En cambio, optaron por el patio de entrada del edificio municipal ubicado frente a la Plaza Pringles para transitar las horas previas al inicio del cortejo fúnebre.
Despedida a Miguel Lifschitz en la biblioteca Nacional Juan Álvarez. Foto José García
El ex gobernador Antonio Bonfatti llegó a la biblioteca a primera hora para encontrarse con sus compañeros del socialismo. A pesar de que admitió diferencias entre ambos a la hora de afrontar la construcción política, el médico rosarino recordó a Lifschitz como un “gran líder que tenía un camino por recorrer muy importante”. A continuación, afirmó: “Surgirán nuevos liderazgos como siempre, no hay espacios vacíos”.
Antonio Bonfatti en la despedida a Miguel Lifschitz en la biblioteca Nacional Juan Álvarez. Foto José García
A menos de un año de la muerte de Hermes Binner, las máximas figuras del partido protagonizaron otra dolorosa despedida a quien fue su último representante en el Ejecutivo provincial como parte del Frente Progresista. La ex intendenta Mónica Fein y otros dirigentes se reunieron con rosas en la mano para esperar el paso del cortejo fúnebre hacia un cementerio de la ciudad de Funes.
En la entrada de la biblioteca podían verse banderas rojas y coronas colgadas para completar el marco en el que dirigentes históricos y nuevos quedaron en pie de igualdad para abrazarse ante la tristeza por la partida del legislador de 65 años.
Pasadas las 10 de la mañana, un fuerte aplauso se encendió al ver llegar el cortejo fúnebre y no se apagó hasta que terminó de pasar el último vehículo. En ese lapso, los dirigentes que aguardaban en la zona se acercaron para colocar las flores rojas en los huecos de la carrocería de la camioneta blanca que trasladaban los restos del ex gobernador. Su pareja, la diputada provincial Clara García, se bajó de otro coche para abrazarse con algunos compañeros y luego siguió viaje con el resto de la caravana.
Despedida a Miguel Lifschitz en la biblioteca Nacional Juan Álvarez. Foto Juan José García
Minutos después de que la noticia de la muerte tomara estado público la noche anterior, el ex ministro de Salud provincial, Miguel Ángel Cappiello, detalló en un reportaje con Canal 3 que el estado de Lifschitz era muy grave debido a una “falla multiorgánica“. Tras el golpe que le dio la nueva enfermedad, al legislador no le funcionaban los riñones y “su corazón no podía regular la presión”. Además estaba bajo tratamiento por una infección intrahospitalaria y tuvieron que practicarle una traqueotomía para mantenerlo intubado.
Más allá de su rol como presidenta del Partido Socialista, Fein dio cuenta de la gran pérdida que representa la muerte del ex intendente en relación a su vocación permanente de trabajo y de diálogo con otros sectores. “Lo dejó todo en el camino“, concluyó la dirigente en medio del dolor.
Rosario. Corresponsalía.
Fuente Clarin