El precio de la gasolina estaba este lunes a máximos para los últimos tres años -y podría subir todavía mucho más- después de un ciberataque dirigido a uno de los principales oleoductos de EE.UU. El incidente se produjo el pasado viernes y, desde entonces, la mayor parte de la red de Colonial Pipeline, que surte el 45% del combustible de la costa Este del país, está fuera de servicio.
El episodio muestra la debilidad de infraestructuras esenciales en EE.UU. ante ataques informáticos, que cada vez son más frecuentes para, entre otros, redes eléctricas u hospitales. Detrás del ataque está, según han defendido fuentes del Gobierno de EE.UU. y expertos en ciberseguridad, un grupo criminal ruso denominado DarkSide. Se trata de un ataque con rescate, es decir, tomar control de datos de la compañía y liberarlos a cambio de dinero. Ocurrió el viernes, cuando al parecer DarkSide accedió y bloqueó bases de datos enormes de Colonial Pipeline y amenazó con publicarlas en Internet.
La compañía se vio forzada a detener las operaciones de la mayoría de su red de oleoductos hasta resolver la intrusión y proteger sus datos. El oleoducto conecta por tierra las refinerías de la zona de Houston (Texas) con centros industriales del Sudeste y Noreste de EE.UU. y surte de combustible a estados como Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Tennessee o Alabama y acaba en New Jersey, donde también reparte petróleo a la vecina Nueva York. Por su red de casi 9.000 kilómetros se transportan cada día 2,5 millones de barriles de combustible. Ya este fin de semana se empezaron a detectar restricciones en gasolineras, además del aumento de precios. Rusia, territorio fértil para los ‘hackers’
No se han encontrado vínculos entre DarkSide y el Kremlin -como sí los detectaron los expertos en el reciente ciberataque masivo a través de la compañía de software SolarWinds-, pero sí sitúa a Rusia una vez más como un territorio fértil para los ‘hackers’. DarkSide, que tiene una página en la ‘dark web’, asegura que ha conseguido rescates multimillonarios con sus extorsiones.
Este lunes emitió una nota de prensa escueta en la que no se responsabilizaba en concreto del ataque a Colonial Pipeline, pero aseguraba que «sobre las últimas noticias, nuestro objetivo es hacer dinero, no crear problemas para la sociedad». Decía también que el grupo es «apolítico» y que no tienen lazos con ningún gobierno en particular. El FBI está investigando el episodio y la Casa Blanca trató de reducir el impacto del corte de suministro con una declaración de emergencia por la que se suavizarán las restricciones regulatorias para el transporte de combustible por carretera. Mientras el oleoducto siga sin operar, se permitirá el uso de más camiones cisterna y este lunes comenzaron los envíos de combustible de emergencia a través de estos vehículos y de petroleros por vía marítima.
Fuente ABC