En medio del conflicto bélico entre Israel y Hamas aparecieron expresiones antisemitas en la Argentina

Con el aumento de la escalada bélica entre Israel y Hamas, la Argentina es escenario en estos días de una serie de expresiones antisemitas que aparecieron en pintadas y graffitis efectuados en distintas provincias, y hasta en las paredes de instituciones judías locales.

Desde la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) se manifestaron profundamente preocupados ante Clarín ante la posibilidad de que el conflicto en Oriente Medio sea disparador de más expresiones -y de algún acto violento-, que ya venían subiendo de tono con los años sobre todo en redes sociales. A su vez, fuentes de la colectividad, reconocieron que la inesperada tensión que impera entre los gobiernos de Benjamín Netanyahu y Alberto Fernández por la posición argentina ante el conflicto empeoró el estado de cosas.

Si bien es cierto que gran parte del mundo está condenado la fuerza israelí utilizada en su guerra contra el grupo Hamas -embestida que está causando decenas de bajas entre niños, mujeres y civiles ajenos a la violencia- el gobierno argentino descolocó a los israelíes por la nula condena al terrorismo de Hamas.  

El presidente de la entidad que agrupa a las instituciones judías del país, Jorge Knoblovits, pidió la semana pasada a la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, un refuerzo de la seguridad en edificios de la comunidad y prepara un comunicado de prensa, que no puede publicar hasta el martes a la tarde, cuando termine Shavuot, una de las tres fiestas de peregrinaje del pueblo judío.

“Los vamos a matar”, “Ratas judías”, escribieron junto al dibujo de una estrella de David en el centro de Bahía Blanda, en la puerta de la Asociación Israelita y donde también funciona una escuela. Al mismo tiempo la Agencia Judía de Noticias (AJN) reportó que en el barrio de Villa Crespo de la Ciudad de Buenos Aires -donde vive una buena parte de la colectividad- apareció una pintada enorme con el lema “Israel intruso”.

En el Dorado, Misiones aparecieron pintadas de la esvásticas del nazismo, y en San Juan pintadas que llamaban a un “Haga Patria, Mate a un judío”.  Sobre la calle Juan B. Justo y Corrientes las pintadas llamaba a Israel “Genocida”.  En Bahía Blanca  el propio intendente Héctor Gay denunció que un hombre con el rostro cubierto por un pañuelo y un gorro fue captado por las cámaras de seguridad pintando con aerosol la pintada contra la Asociación Israelita y el hecho se investiga pero son asuntos muy difíciles de seguir y en este caso se abrió una causa por “daño y amenazas”.

Este lunes imperaba un inmensa sensibilidad en las relaciones bilaterales con Israel, y también entre las distintas colectividades que han vivido en relativa armonía en la Argentina. Desde el Gobierno insistieron con que no tenían nada que agregar por ahora al conflicto, y que ya se habían pronunciado mediante el comunicado, que la embajadora de Israel Galit Ronen calificó como un texto que no reflejaba las relaciones entre su país y la Argentina. 

En la coalición del Frente de Todos hay relativos matices en las posturas. En el Instituto Patria que dirige la vicepresidenta Cristina Kirchner promueven actividades en solidaridad con el pueblo palestino, por ejemplo, mientras que el ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandié, colgó un video en su Facebook profundamente crítico de Israel, y en el que se ve el sufrimiento del pueblo palestino. También es conocido por tener una profunda visión anti israelí y anti sionista el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla.

Clarín consultó en distintas áreas del Gobierno y afirmaban que el “futuro les dará la razón”, justificando las críticas de la comunidad internacional Israel por la contundencia de los bombardeos en Gaza que ya causaron al menos 200 muertos, entre ellos civiles inocentes. 

Es en ese contexto, la DAIA -que también criticó fuertemente el comunicado de la cancillería argentina- prepara una condena al antisemitismo que se ha desatado en las últimas horas por el conflicto de Oriente Medio y una llamada a la calma.

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Fuente Clarin