Charlas con Macri y Rodríguez Larreta, el detrás de escena del pedido de asilo de “Pepín” Rodríguez Simón

Noviembre y diciembre fueron los últimos meses de Fabián Rodríguez Simón en Buenos Aires. Dicen en su entorno que, por entonces, todavía tenía pensado volver al país. Pero que la jura de Martín Soria como ministro, y el pedido de indagatoria y la prohibición de salir del país por parte de María Romilda Servini, que lo encontraron de nuevo en Montevideo, lo hicieron cambiar de idea. 

Instalado en un apart hotel de Pocitos, una de las zonas más coquetas de la capital uruguaya, “Pepín”, como lo conocen en la política y en los tribunales, habló con sus abogados, se interiorizó durante un mes en derecho internacional y reconstruyó sus últimos cuatro años de vida. Y se presentó formalmente la semana pasada ante la Comisión de Refugiados del Uruguay (CORE), no sin antes poner en aviso a Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y a Elisa Carrió, entre otros. 

“No voy a volver a la Argentina hasta que cese la persecución en mi contra. Tengo temores fundados de que si lo hiciera sería privado indebidamente de mi libertad, con peligro para mi seguridad personal, en el marco de causas judiciales amañadas como pretexto para encarcelarme”, escribió con los trámites resueltos en la carta pública que distribuyó este lunes.

Un par de horas después, mientras el Frente de Todos salía en masa en señal de repudio y hasta el propio Alberto Fernández criticaba por radio la decisión, Cristina Kirchner publicó su propia carta. “De impunes y prófugos: o cuando se caen las máscaras”, la tituló. Y presentó a Rodríguez Simón como un “apretador serial de jueces y empresarios”. 

“Pepín”, un abogado extravagante y de gustos refinados que durante los cuatro años del gobierno de Cambiemos se movió por el primer piso de la Casa Rosada como por el living de su departamento, jura entre sus íntimos que Cristóbal López y Fabián de Sousa lo quieren preso. Se defiende, incluso, por los años de cárcel que acumularon los dueños del Grupo Indalo y Oil Combustibles: dicen sus amigos que nunca tuvo la injerencia que le achacan en los tribunales de Comodoro Py. Y que lo persiguen por tratar de cobrarle impuestos al juego. María Romilda Servini está a cargo de la causa por la que el abogado debería presentarse a indagatoria el mes próximo, imputado por ser parte de una supuesta asociación ilícita. 

López, De Sousa y todo el kirchnerismo creen lo contrario que “Pepín”: lo sindican como uno de los principales integrantes de la “mesa judicial” que, según las denuncias presentadas por los legisladores del Frente de Todos, decidía sobre casi todo lo que pasaba en el Poder Judicial.

Servini ya había accedido a los registros telefónicos del abogado vinculados con fechas claves de la investigación, según fuentes judiciales. Ahora, según las mismas fuentes, la jueza hizo lo propio con las llamadas del ex presidente y de varios de los integrantes de la denominada “mesa judicial”. 

Rodríguez Simón empezó a afianzar su vínculo con Uruguay tras la decisión consensuada con Macri de postularlo en el 2015 como diputado del Parlasur -cargo que todavía ejerce y por el que debe presentarse a sesión virtual una vez por mes- como una jugada preventiva por si a Cristina Kirchner, como trascendía en algunos pasillos, se le ocurría buscar el mismo destino. Para ejercer un control por parte de un hombre cercano al líder del PRO. Como siempre, la ex presidenta, si es que en algún momento lo evaluó, cambió de planes. 

En las últimas semanas, según pudo reconstruir Clarín, “Pepín” habló con Macri sobre sus planes: el ex presidente dio el visto bueno. Ya lo había defendido públicamente en marzo, en su primera reaparición televisiva: “Ni siquiera participaba en la mesa judicial y lo han citado por otra cosa, que es la victimización de Cristobal López”.

El jefe de Gobierno porteño también convalidó su presentación como refugiado en una de las tantas charlas que tuvieron en los últimos meses. Rodríguez Simón tiene con Rodríguez Larreta su mayor afinidad: se convirtió, con el tiempo, en un asesor informal sin cargo.

Sin conversarlo de manera directa, cosechó además el apoyo de Carrió, con la que siempre tuvo un vínculo especial. El abogado lo habló con Juan Manuel López, jefe del bloque de la Coalición Cívica en Diputados y un especialista de los temas judiciales, invitado a principios del 2019 al casamiento de su hija junto al presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, el ex procurador Bernardo Saravia Frías y José Torello, entre otros. Torello pasó un largo tiempo en Uruguay durante la pandemia hasta que se instaló de nuevo en su campo de Bragado.

López le avisó a su jefa política. Carrió, según trascendió, avaló el asilo: “Es una persecución”.

Una vez presentados los papeles, la Comisión de Refugiados, el organismo encargado de recibir y analizar las solicitudes, creada por la Ley 18.076 y amparada por la ACNUR, tiene, según las fuentes, un plazo que puede llevar hasta 6 meses para confirmar o denegar el pedido. Mientras tanto, a “Pepín”, según su entorno, le rige “el principio de no devolución”. Después sí podría solicitar asilo político al presidente Luis Lacalle Pou, otro estatus que, por ahora, no estaría en los planes. 

Fuente Clarin