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SANTIAGO, Chile.- La resaca por las elecciones no se extingue en Chile y 48 horas después de los comicios constitucionales que le dieron el triunfo a las fuerzas progresistas, el arco político volcó su interés hacia un nuevo flanco: la carrera presidencial para suceder a Sebastián Piñera, que finalizará su segundo mandato y dejará el poder en marzo de 2022.
La votación para definir al nuevo jefe de Estado está fijada para el 21 de noviembre, pero con la reconfiguración en el mapa político que generó la elección de constituyentes, las diversas fuerzas se activaron y tomaron decisiones con miras a esa contienda que tiene al comunista Daniel Jadue y al centroderechista Joaquín Lavín, según los analistas, como los mejores perfilados en un eventual ballottage para el 19 de diciembre.
En lo formal, y como primera estación del proceso, la medianoche de este miércoles a la medianoche vence el plazo para que los partidos inscriban sus candidaturas de cara a las primarias presidenciales, fijadas para el próximo 18 de julio. Hasta el momento hay más de 14 políticos con intenciones de postularse, pero en un escenario tan fragmentado como el chileno, la cifra se podría ampliar o reducir de manera súbita, considerando que es un proceso que está en evolución y que sólo el jueves se podría encaminar.
“Hay bastante incertidumbre. Cuando pensamos la carrera presidencial, vemos que está muy afectada por el proceso convencional y no tenemos claridad de lo que va a ocurrir. Puede que surjan candidatos que vayan directamente a la primera vuelta, que no sepamos quiénes son y que estén fuera de los bloques. Además, los consejos nacionales de los partidos tienen muy pocas horas para decidir a sus nombres, entonces todo será muy milimétrico”, dijo Jaime Baeza, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.
“Estas elecciones deberían propiciar la formación de dos coaliciones. Una de la oposición, que tendría tres o cuatro candidatos; y otra del ala oficialista con un único representante, lo que luego de los resultados de la elección y los niveles de insatisfacción hacia el gobierno podría afectarlos de cierta forma”, comentó Rafael Pizarro, experto en políticas públicas y académico de la UTEM.
La derecha se rearma
Desde el propio oficialismo, que sufrió una caída histórica en los comicios, surgieron dos definiciones claves: la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, bajó su candidatura del partido Unión Demócrata Independiente (UDI) y le dejó el terreno despejado a Lavín, alcalde de la comuna de Las Condes, quien fue proclamado por el Consejo Nacional del conglomerado conservador.
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“En lo personal, siempre he defendido que Chile en el futuro no necesita más gobierno de derecha ni de izquierda, sino gobiernos distintos, gobiernos de acuerdo, y eso está más vigente que nunca”, dijo Lavín durante la semana, un hombre ya experimentado en la arena política, con alto perfil mediático, y que pretende postularse por tercera vez al sillón de La Moneda. El 2000 perdió por escaso margen ante Ricardo Lagos y el 2005 cayó en primera vuelta ante Michelle Bachelet que venció a Piñera en el ballottage.
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En su bloque, Lavín deberá sortear primero a los representantes de los partidos de su alianza: Mario Desbordes de Renovación Nacional (RN) y el ex ministro de Hacienda del actual gobierno, Ignacio Briones de Evópoli, ambos identificados con un perfil más liberal y lejos de la ultraderecha más radical representada por José Antonio Kast, líder del Partido Republicano que llegará a la papeleta de noviembre como descolgado
La izquierda busca consensos
Energizada por su victoria, la izquierda antineoliberal tiene a dos nombres fuertes: el primero es Jadue, también alcalde de una comuna de Santiago, y quien lidera la intención de voto en las encuestas, junto a la diputada Pamela Jiles, polémica parlamentaria que el fin de semana sufrió una clara derrota, luego de que su pareja Pablo Maltés fuera vapuleado en la elección de gobernador por la Región Metropolitana.
Otro actor relevante es Gabriel Boric, uno de los líderes de la revuelta estudiantil de 2011, que hoy es diputado, y que se transformó en articulador del acuerdo que se generó en pleno estallido social y estableció las condiciones del proceso constitucional. Esta misma semana, Boric consiguió las firmas necesarias para inscribirse y es muy probable que su nombre experimente una suba en los sondeos.
En la centroizquierda y en los expartidos de la Concertación que gobernó Chile tras la dictadura de Augusto Pinochet, la suma de nombres es alta y cada partido levantó candidaturas más como una forma de marcar su subsistencia y proyectar influencia, que por contar con posibilidades reales de llegar a La Moneda.
En este contexto, el Partido por la Democracia (PPD) tiene el excanciller Heraldo Muñoz, el Partido Socialista (PS) a la bacheletista Paula Narváez, y la Democracia Cristiana (DC) a Ximena Rincón, otra colectividad legendaria caída en desgracia. De hecho, la senadora pidió no ser inscrita en las próximas primarias luego del catastrófico resultado de su colectividad en las elecciones constituyentes.
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