Argentina
España
USA
Israel
Para el debut del nuevo confinamiento para enfrentar al coronavirus, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires tuvo un aliado inesperado. Un “ciclón extra tropical” derramó lloviznas, lluvias intensas, viento y frío sobre el AMBA entre el atardecer del viernes y después del mediodía del domingo. Así, la región que está al borde del colapso sanitario por los contagios y con una ocupación por encima del 76% en las camas de terapia tuvo este fin de semana una sensible reducción de la circulación: los parques, plazas y paseos del conurbano estuvieron desiertos; los centros comerciales casi al mínimo de su capacidad y las actividades nocturnas (todas ilegales) replegadas por el mal tiempo.
En el conglomerado urbano que rodea a la capital federal y concentra a más de 9 millones de personas resulta complejo realizar una estimación rápida del impacto de las medidas de restricción estrictas anunciadas por el Gobierno Nacional hace tres días y avaladas de inmediato por Axel Kicillof. Pero algunos indicios pueden mostrar tendencia.
El 21 de mayo, el día previo al comienzo de las medidas restrictivas, 1.800.000 pasajeros utilizaron el sistema SUBE en el AMBA. Al otro día fueron 725 mil: 60% de reducción. Ese número es un 48% menor al mismo día de la semana pasada y 72% menos que el último día de la “normalidad”: el 20 de marzo de 2020, ya lejano en la memoria de los argentinos. Los datos corresponden a la subsecretaría de Transporte del ministerio de Obras Públicas provincial.
Las ferias informales –extendidas en todo el conurbano- los paseos familiares en espacios públicos y los miles de “manteros” que se instalan en las principales calles céntricas del AMBA bonaerense se replegaron ante el fenómeno climático que alcanzó ráfagas de hasta 80 kilómetros/hora. Hubo municipios que reportaron caída de árboles y voladura de techos. Un daño colateral. La guerra es contra el virus.
En la autopista La Plata-Buenos Aires, principal camino de conexión entre la CABA y el sur del GBA desde el viernes hasta las primeras horas del domingo hubo una reducción del 66% en el tránsito de vehículos, con relación a una semana atrás. La merma se registró aun cuando ese es el camino obligado para quienes decidieron escapar de las urbes para cumplir con el aislamiento social en algún distrito retirado de la costa bonaerense. Por la autopista que administra AUBASA pasaron 52.500 autos, contra 154.00 que pasaron los puestos de peaje siete días antes.
Otro dato: el área de control de la nocturnidad del ministerio de Seguridad, recibió un tercio de las denuncias por fiestas ilegales que una semana atrás. En el período 14, 15, 16 de mayo hubo 822 presentaciones de vecinos que advirtieron sobre festejos fuera de la normativa. Y entre el viernes y este domingo se habían atendido poco más de 300 llamados. “Esta vez no tuvimos que hacer clausuras”, dijeron desde la dirección del Registro de Bebidas Alcohólicas (REBA) que se encargó de esa tarea desde que comenzó la pandemia.
La semana pasada se labraron seis actas por celebraciones que ya estaban prohibidas. No en toda la provincia hubo un comportamiento parejo. Las autoridades de la municipalidad de Mar del Plata informaron que se constataron 16 fiestas, 13 de ellas en domicilios particulares. Y que clausuraron algunos locales que tenían abierto fuera de hora.
La decisión de imponer duras restricciones para frenar la segunda ola de COVID-19 estuvo motivada –según argumentó el Presidente Alberto Fernández- en la “falta de controles” por parte de las jurisdicciones. O sea: las prohibiciones ya estaban desde el 19 de abril –en primer momento- y desde los primeros días de mayo, con un nuevo ajuste. Entonces, se dispuso, entre otras limitaciones, la interrupción de las clases presenciales y el “toque de queda” nocturno en las zonas consideradas en “alarma sanitaria” y de alto nivel de contagios.
No alcanzo. Aunque Fernández sostuvo a principios de la semana pasada que no se podría volver a una “fase 1” como ocurrió entre marzo y junio de 2020, dos días después revisó esa postura. Y pidió mayor compromiso a los gobernadores para el cumplimiento.
Kicillof respondió rápido. Desde los primeros minutos del sábado, el ministro de Seguridad, Sergio Berni estableció un operativo de controles en siete cruces de la General Paz: sobre las avenidas Juan Manuel De Rosas, Crovara, Autopista Richieri (Dellepiane), Camino de La Rivera, Lisandro de la Torre, Pedro de Mendoza y sobre Avelino Díaz, en La Matanza.
También se hicieron controles en las autopistas Panamericana, Acceso Oeste y La Plata-Buenos Aires. El resultado: se verificaron 2893 vehículos particulares; 741 transportes públicos y se imputó a 129 personas por no cumplir con las imposiciones del aislamiento. Además los hombres de Berni secuestraron 73 autos por motivos variados.
“Acompañamos las medidas dispuestas por el Poder Ejecutivo y dispusimos medidas de control para seguir cuidando a la población”, dijo el jefe de Gabinete provincial, Carlos Bianco, en una visita al retén del peaje de Hudson. Estuvo con la ministra Sabrina Frederic.
El clima seguirá asociado a las autoridades en los próximos días: con sol pero temperaturas bajas y con dos días feriados por el 25 de mayo, en Provincia esperan ver resultados sobre otro de los paneles de control de la pandemia: los registros de contagios, fallecidos e internados que revisan minuto a minuto en la sala de Situación del ministerio de Salud. Esa información aporta insumo a las líneas políticas que usa Kicillof para definir los lineamientos de la pelea contra la pandemia.
Fuente Clarin
