La fiscalía argentina que investiga la muerte de Diego Maradona resolvió este viernes postergar hasta el 14 de junio el inicio de las declaraciones indagatorias que preveía tomar a partir de este lunes a los siete sospechosos de haberlo “abandonado a su suerte”.
Según le confirmó una fuente judicial a AFP, la fiscalía se alineó con la decisión de la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires de suspender actividades presenciales por la segunda ola de coronavirus que azota a la Argentina.
Los siete acusados, entre ellos el médico personal Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, son investigados también por prescribirle un tratamiento “inadecuado, deficiente y temerario” en los últimos días de vida al campeón mundial en México 1986.
Las indagatorias, que iban a comenzar el 31 de mayo, se realizarán a partir del 14 de junio y se llevarán a cabo en sede de la Fiscalía General de San Isidro, en la periferia norte de Buenos Aires.
Tras las declaraciones, la fiscalía pasará la causa al juez con la recomendación de procesarlos o sobreseerlos. Finalmente, después de un proceso que puede llevar muchos meses y hasta años, el caso puede llegar a juicio oral.
Está previsto que el primero en declarar sea el enfermero Ricardo Almirón. Le seguirán en los días siguientes la enfermera Dahiana Madrid, el psicólogo Carlos Díaz, la médica coordinadora de la internación domiciliaria Nancy Forlini, el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni, y la psiquiatra Cosachov, a quien se le reprocha que no aseguró “la correcta administración de la medicación y psicotrópicos” que se le habían indicado al Diez.
El último en declarar será el neurocirujano Luque, quien, según el informe de los peritos, “evitó asistir y/o al menos propiciar la debida atención médica a Maradona, ya que no garantizó su debido seguimiento con controles y estudios cardiológicos, ni convocó a especialistas en materia cardiovascular, hepática y renal, conforme su cuadro requería, librando su destino a su suerte”.
Los siete están en libertad, pero el jueves la justicia prohibió su salida del país a pedido de la fiscalía.
En un principio se atribuyó la muerte de Maradona a sus numerosas dolencias e historial de adicciones y afecciones cardíacas. Poco después se investigó su muerte como “homicidio culposo”, un delito excarcelable con penas de uno a cinco años de prisión, que refiere a una muerte causada por una persona a otra de manera ilícita pero sin intención.
No obstante, la semana pasada la fiscalía agravó la caratula y pasó a investigar los hechos como un “homicidio simple con dolo eventual”, que contempla de 8 a 25 años de prisión, basándose en la investigación de la junta médica.
En Argentina, este delito indica que aún sabiendo el daño que puede provocar una determinada acción, una persona continúa haciéndola sin evitar el mal.
Según el informe médico, el equipo de profesionales a cargo de Diego conocía “cabal y acabadamente la posibilidad del resultado fatal respecto del paciente”, y, sin embargo, fueron “absolutamente indiferentes a esa cuestión”.
Fuente Clarin