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Alberto Fernández recibirá este lunes a las principales autoridades de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), tras las fuertes críticas que le hizo al Gobierno Jorge Knoblovits, el presidente de la entidad.
La polémica comenzó cuando Argentina se plegó el último jueves a los países que apoyaron la apertura de una investigación en las Naciones Unidas contra Israel y también contra el grupo Hamas por presuntos “crímenes de guerra” durante los recientes bombardeos en Gaza y en ciudades israelíes.
Frente a esta postura, Jorge Knoblovits, consideró que “hace años que el Consejo de la ONU es un espacio devaluado y al servicio de los peores regímenes fascistas”.
“No nos extraña la conducta de ese organismo internacional pero sí nos molesta y nos duele que nuestro país se haya sumado a semejante afrenta”, agregó el directivo.
Este lunes, desde las 17, tendrá la oportunidad de discutirlo cara a cara con el primer mandatario.
En una nota de opinión que publicó la agencia de noticias AJN, Knoblovits había asegurado que la medida la suscriben también varios “países gobernados por dictadores que someten y persiguen brutalmente a las minorías y violan sistemáticamente los derechos de sus poblaciones, y que no pierden nunca la oportunidad de levantar el dedo para condenar a las democracias y sobre todo al Estado de Israel”.
“Quienes tomaron la decisión de apoyar que se investigue a Israel cuando es el país que fue víctima de una agresión criminal, y al no decir ni una palabra del grupo terrorista antisemita Hamas, se creen progresistas; pero no se dan cuenta que quedaron del lado del más puro fascismo“, acusó.
Entre los firmantes, además de Argentina, se encuentran México, Bolivia, China, Cuba, Rusia y Venezuela. Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Uruguay votaron en contra.
Brasil, Francia e Italia se abstuvieron, algo que varios diplomáticos consultados por Clarín consideraron como el camino que debería haber seguido el presidente Fernández.
“La vergonzosa decisión de hoy es otro ejemplo de la flagrante obsesión anti israelí del Consejo de Derechos Humanos de la ONU”, tuiteó ese día Benjamin Netanyahu.
Y agregó: “Una vez más, una mayoría automática inmoral en el Consejo encubría una organización terrorista genocida que ataca deliberadamente a civiles israelíes mientras convierte a los civiles de Gaza en escudos humanos”.
Un comunicado de la Cancillería que comanda Felipe Solá intentó el mismo jueves aclarar los motivos de su voto.
“La República Argentina reitera que la única solución verdadera al conflicto se logrará con el surgimiento definitivo de un Estado palestino independiente, democrático, viable y territorialmente contiguo, que garantice el derecho de Israel a vivir en condiciones de paz y seguridad”, expresa el texto.
El 11 de mayo pasado, en un comunicado, la administración de Alberto Fernández condenó el “uso desproporcionado” de la fuerza por parte de los israelíes sin aplicar esa misma calificación al terrorismo de Hamas.
Esa posición causó malestar en Tel Aviv, que fue expresado por la embajadora de Israel en Buenos Aires, Galit Ronen: consideró que la posición argentina sobre el conflicto en Oriente Medio “no reflejaba” el grado de amistad entre los dos países.
DB
Fuente Clarin
