El documento en formato PDF ya llegó vía Whatsapp a ministros, secretarios de Estado y funcionarios nacionales de menor rango, incluido el personal de ceremonial. Tiene apenas dos páginas, pero incluye 14 puntos con órdenes precisas del Gobierno que deben cumplir los funcionarios en plena segunda ola de la pandemia de coronavirus para evitar los contagios en la administración pública, pero al mismo tiempo evitar fotos incómodas y críticas como las que recibió presidente Alberto Fernández luego del acto del 6 de mayo pasado, cuando se lo vio rodeado por un centenar de dirigentes oficialistas en un acto en Ensenada, en el que no se cumplía el distanciamiento social y las normas mínimas de prevención.
El “nuevo protocolo de actos oficiales“, al que tuvo acceso Clarín, fue confeccionado en las oficinas que dirige el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y enviado en los últimos días a ministros y funcionarios con cierto nivel de exposición pública ó que suelen organizar actividades de relevancia. Pero el Gobierno pretende que el texto, titulado “Recomendaciones generales para garantizar la salud de las personas, prevenir y controlar la propagación del virus COVID-19”, sirva de guía (y “ley interna”) para cada reunión que se realice en el ámbito nacional cumpla con esos requisitos.
La primera página del documento enviado a los ministros.
El manual, en su introducción, establece que “los actos deben ser lo más breves posibles, omitiendo acciones que no sean de absoluta relevancia”, marcando un límite a quienes organizan actividades con varios oradores. Se trata casi de una obviedad para un contexto de pandemia, pero que obligará a dirigentes oficialistas a acotar sus discursos justo en la recta final de la campaña electoral, donde quienes se postulan buscan visibilidad pública, algo que garantiza la presencia del Presidente. “Hay que prepararse para actos cortos”, coinciden referentes del oficialismo cuando se les consulta por lo que será la actividad durante la campaña.
“Extremar los cuidados de distancia social de funcionarios y funcionarias en todas las situaciones, arribo, caminatas, control sanitario, recorridas, cortes de cinta y fotos con invitados”, prevé el texto que obligó a varios ministros a revisar sus rutinas de los próximos días.
Más allá de las medidas, es el eje 14 el que el sintetiza el porqué del protocolo. “Debe primar el sentido común y el respeto a la emergencia sanitaria en la que nos encontramos”, advierte.
En el acto en Ensenada, el aforo se respetó mientras hablaban Fernández y Cristina Kirchner, pero falló el control del ingreso de dirigentes que luego fueron en busca de una foto con el Presidente. (Foto Presidencia)
Aunque en el Gobierno aseguran que el protocolo no alude a “ningún motivo en particular” sino a la decisión de plasmar todas las sugerencias “por escrito para que nadie se haga el distraído“, comenzó a gestarse luego de aquel polémico acto en Ensenada.
Al cabo de ese encuentro, justo días después de que el Gobierno endureciera las restricciones por la pandemia y prohibiera las reuniones sociales de más diez personas al aire libre, los organizadores recibieron duras críticas por esa foto que registró a decenas de dirigentes amontonados, encabezados por Alberto F., Cristina Kirchner y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, sin respetar la distancia mínima de 2 metros entre personas.
En Ensenada, la distancia de los funcionarios se aseguró con sillas ubicadas con distancia social. El amontonamiento se produjo por la selfie que dirigenes le pidieron a Alberto F. (Foto Presidencia)
“Es fundamental cumplir y hacer cumplir las medidas que se estipulen para cada tipo de acto a toda la cadena de la organización, funcionarios, invitados y prensa en general”, sostiene. En efecto, luego de los cuestionamientos y a pesar de que voces en off se encargaron de señalar que el desborde “no fue responsabilidad de Nación sino del municipio” anfitrión, desde el Gobierno hicieron su parte. El secretario general de Presidencia, Julio Vitobello, pidió extremar los cuidados y el equipo de la Secretaría de Comunicación y Prensa, a cargo de Juan Pablo Biondi, también reforzó los controles para garantizar fotos de Fernández “limpias”, sin amontonamientos.
Con la gestión signada por la estrategia sanitaria, en el oficialismo comprenden la importancia de dar el ejemplo, al menos en el tramo final de la campaña, y evitar situaciones que puedan ser aprovechadas por la oposición.
“Las locaciones (elegidas para los actos) serán, preferentemente, espacios abiertos al aire libre. En caso de realización en espacios cerrados, los mismos deben contar con ventilación cruzada”, agrega. Y aclara que “en ambas situaciones se considerará el espacio disponible para evaluar cantidad de personas participantes”. En ese sentido, recomienda “no exceder nunca la densidad de ocupación establecida en una persona cada 2,25 metros“.
Además de recordar que se debe “implementar sin excepción” un control sanitario al ingreso a la locación para todos los asistentes, con “control de temperatura, provisión de alcohol o sanitizante y uso obligatorio de barbijo”, el protocolo pide que haya “personal destinado exclusivamente a orientar y acomodar a los asistentes en lugar preestablecidos”.
De todos modos, insiste en que “se deberá operar con la menor cantidad de trabajadores posible y adoptar medidas para mantener la distancia interpersonal” y “reducir al máximo la cantidad de invitados”.
Para garantizar que no haya intrusos, decreta “contar con un único listado consensuado y autorizado” y en función de esa nómina instalar “la cantidad de sillas suficientes, nominadas y ubicadas con la distancia estipulada, no menor a un metro y medio”.
En cuanto al “distanciamiento o distancia de seguridad” en las zonas de ingreso y el área de prensa, recomienda “siempre debe considerarse dentro de los dos metros”. Este es uno de los puntos que, por su personalidad, a Alberto F. más le cuesta respetar: son numerosas las imágenes en las que se lo puede ver abrazando a otros dirigentes.
Escena. El presidente y el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, abrazados y sin barbijo.
Las recorridas por instalaciones, como sucede cuando el Presidente ó los ministros visitan una fábrica ó industria, deben ser realizadas por comitivas “que no superen más de 5 personas”. Esto deja afuera a muchos dirigentes y acota el margen. Sobre todo porque -añade el documento- “se pondrá especial atención a los equipos de prensa que acompañen estas situaciones solicitando orden, distanciamiento y procurando la menor cantidad de participantes”.
Por último, insta a “no compartir objetos”, como micrófonos y bolígrafos, y “eliminar aparatos de uso común tales como surtidores de agua y cafeteras”.
Fuente Clarin