Con base en la Casa Blanca y en el Congreso, atravesada íntegramente por la negociación con el Fondo Monetario, Sergio Massa arrancó este domingo por la noche su visita de cinco días por Estados Unidos con la que el líder del Frente Renovador mostrará su fortaleza política puertas adentro de la coalición de gobierno, en medio de los traspiés de Alberto Fernández de la última semana que volvieron a prender luces de alarma en el Frente de todos.
Antes de volar el sábado hacia Washington, Massa le abrió al Presidente su agenda de reuniones en Washington y Nueva York con la que tratará de cosechar el apoyo político de Estados Unidos a la renegociación argentina con el FMI, que ya cuenta con la adhesión de Europa tras la reciente gira de Fernández y Martín Guzmán por ese continente.
El año pasado, el acuerdo con los bonistas privados había despertado algunos recelos entre Economía y el presidente de la Cámara de Diputados. Problemas de cartel.
Este domingo, el jefe de Estado y el ministro desayunaron en Olivos, una rutina que se hizo frecuente. Y Sergio Chodos, el representante argentino en el Fondo, volvió a Estados Unidos.
Las conversaciones con el Fondo impactan directo en las tratativas con el Club de París: el Gobierno busca aún el acuerdo puente tras el período de gracia que empezó a correr a principio de mes por la deuda de U$S2.400 millones.
“El objetivo es el FMI. Lo habló Sergio con Guzmán y con el Presidente antes de viajar“, explicaron desde la comitiva massista una vez que aterrizaron en Washington, y que incluye al diplomático Gustavo Martínez Pandiani y a la diputada Laura Russo, una dirigente de Escobar con buenos vínculos con ese país.
El consultor demócrata Freddy Balsera, ex colaborador de Barack Obama, gestionó algunos de los encuentros de una nutrida agenda que va desde la cena de este domingo con Juan González, asesor especial de Joe Biden, a las reuniones con Julie Chung, subsecretaria para Asuntos del Hemisferio Occidental, el senador Bob Menéndez o Jack Rosen, presidente del Congreso Judío Americano, en Nueva York.
En esa ciudad, el ex intendente de Tigre finalizará su gira con el ex presidente Bill Clinton.
El viaje, que el titular de la Cámara baja terminó de confirmar con la invitación que el asesor González le hizo durante el asado en Tigre, de hace dos meses, llega en momentos en los que Massa se las ingenió para copar parte de la agenda pública, y exhibir un rol de preponderancia en el equilibrio de fuerzas del Frente de Todos.
Interna oficialista
Con Fernández atravesado por una crisis de liderazgo que en la última semana se terminó de agudizar con su polémica frase junto al español Pedro Sánchez, Massa robusteció su sociedad con Máximo Kirchner. También con la vicepresidenta: en los pasillos del poder trasciende incluso que el líder del Frente Renovador le ofreció algunos de los buenos vínculos judiciales que tiene para suavizar sus preocupaciones.
Por su rol, sonó de hecho el año pasado como un posible reemplazo de Santiago Cafiero. Una versión que fastidió a los propios colaboradores del jefe de Gabinete, que sindicaron a Massa como el principal interesado en esas versiones.
El ex intendente se desentendió de los rumores en un asado en Olivos, frente a Fernández, Cafiero, Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” de Pedro, mucho antes de que esas tertulias se mudaran a La Plata.
La última semana, el presidente de Diputados hizo gala de sus dotes para copar la agenda pública con dos iniciativas de fuerte impacto mediático: la citación en el Congreso de los laboratorios proveedores o en discusión por la venta de vacunas contra el COVID con el Estado argentino, y el proyecto de ley destinado a aliviar la carga fiscal de unos cuatro millones de monotributistas, que lo enfrentó con un sector del Gobierno.
El martes pasado, antes de que ingresara en Diputados el proyecto que anula el ajuste retroactivo a enero de las cuotas de los monotributistas, que amplia los niveles de facturación y suprime el pago de intereses y sanciones para los deudores, Massa ya tenía el texto escrito.
Lo había consensuado con sus equipos técnicos -se destacada un ex funcionario de AFIP- y los de Máximo Kirchner. Entre ellos, los referentes del kirchnerismo en Seguridad Social y la DGI del organismo. Y en línea con el Presidente y Guzmán. Los lazos de Massa generan tensión con Mercedes Marcó del Pont.
El ex intendente ya había tratado de capitalizar el proyecto de Ganancias que fija un piso de $150 mil para el pago del impuesto. El martes encabezó además la explicación en el Parlamento del gerente general de la filial local del laboratorio Pfizer, en plena polémica por el fallido contrato de la empresa con el Gobierno por la provisión de vacunas.
Una iniciativa impulsada por la oposición, en cabeza de Mario Negri, que Massa y el jefe del bloque de Diputados del Frente de Todos tomaron rápidamente, para tratar de surfear las críticas opositoras hacia el Poder Ejecutivo por la campaña de vacunación.
Fuente Clarin