La Justicia Federal de Misiones investigará la misteriosa desaparición de Mario Fabián Golemba (27), quien fue visto por última vez hace 13 años, cuando viajó a Oberá para entrevistarse con una nutricionista.
El caso será tratado como una desaparición forzada, ya que existen indicios de que el joven fue detenido y llevado a la comisaría de Dos de Mayo, según algunos testimonios.
La familia del joven había pedido en abril pasado que el caso pasara al fuero federal, ya que desde hace años la investigación está paralizada en un Juzgado de Instrucción.
La madre de Mario, Irma Komka (66), y el hermano, Eliezer Golemba (27), se constituyeron en querellantes bajo la representación de Rafael Pereyra Pigerl, quien ya intervino en varios juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en Misiones.
Irma Komka, madre de Mario Golemba, desaparecido en Oberá. Foto Facebook
Esta semana, el Juzgado Federal de Posadas decidió hacerse cargo de la causa por considerar que existen indicios para sospechar que está ante un caso de “desaparición forzada de persona”.
Además, pidió la intervención de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), que tiene como función impulsar las acciones penales y orientar las investigaciones de prácticas ilícitas cometidas por agentes estatales y que atenten contra la libertad, la integridad, la dignidad y la vida de las personas vulnerables.
También será parte del proceso la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic).
Golemba es buscado desde el 27 de marzo de 2008. Ese día salió de su casa rumbo a Oberá, donde tenía agendada una consulta con una nutricionista porque quería buscar una solución a su extrema delgadez.
El reclamo del hermano de Mario Golemba.
La hipótesis que se mantiene pero nunca fue investigada a fondo por la Justicia provincial es que Golemba fue detenido por la Policía de Dos de Mayo, que por ese entonces estaba tras los pasos de una banda de boqueteros que había cometido varios robos.
Según la querella, hubo versiones de que incluso habrían actuado en la detención agentes de la Brigada de Investigaciones de Oberá y la seccional primera, y que el joven terminó esposado en la comisaría de Dos de Mayo.
En su escrito, Pereyra Pigerl sostuvo que la Justicia de Misiones actuó con “ligereza y liviandad” al desacreditar los dichos de dos detenidos que aseguraron haber reconocido a Mario en la comisaría y que incluso cruzaron algunas palabras con él antes que se lo llevaran.
“A Mario Fabián Golemba lo detuvo la Policía de Misiones, que no registró su detención, tampoco el ingreso a la seccional de Dos de Mayo, y se escondió a Golemba o sus restos hasta el presente”, sostuvo el abogado, que también es diputado provincial.
Y criticó “el secretismo y ocultismo que tuvieron las presentes actuaciones durante 13 años, en que ni siquiera se le permitió el acceso a su familia ni al letrado patrocinante; el cuasi archivo y paralización de las investigaciones por varios años; la intromisión de la Policía en la investigación intentando mediante declaraciones administrativas, llevadas a cabo en la comisaría de Dos de Mayo, desvirtuar la pruebas testimoniales tomadas por el juez a cargo”.
El dolor familiar
El padre de Mario murió sin saber qué pasó con su hijo. Los familiares del joven, además, debieron abandonar Dos de Mayo y radicarse en otra provincia por las constantes intimidaciones que recibían.
En el expediente están incorporados dos testimonios que ubican a Golemba en la comisaría. La Justicia allanó el lugar e incluso se realizaron algunas excavaciones en un viejo destacamento policial y a la vera de un ruta, pero sin hallar indicios del joven.
Un año después de la desaparición de Golemba, Ramón Domingo Olivera (29) declaró ante la Justicia que Mario fue detenido y llevado a la comisaría de Dos de Mayo, donde él y otras personas estaban alojadas. Sostuvo que lo reconoció porque el joven trabajaba en el almacén de una cooperativa.
“Él también me reconoció y me dijo: ‘Hola Ramón, podés sacar mi celular, yo te voy a dar el número para que llames a mi gente’, el celular lo tenía en el bolsillo de adelante del pantalón y no podía sacar porque estaba esposado con las manos atrás. No llegué a sacar el celular porque vinieron dos policías y se lo llevaron”.
“Cuando yo estaba adentro de la piecita de radio, escuché que le pegaban y que él decía: ‘¿Por qué me pegan si yo nunca hice nada para nadie?’. También escuché que dijo que trabaja para la cooperativa de yerba y que todos lo conocen. Dijo, ‘soy Mario Golemba’”, declaró Olivera.
Por su parte, Carlos Almeida (61) realizó un relato similar al de Olivera. Y que de un momento a otro hubo un cambio en la actitud de los policías, que incluso le dieron agua caliente para el mate y cigarrillos. Y que ya no volvieron a ver a Golemba.
EMJ
Fuente Clarin