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El gobierno de Suecia que dirigía el socialdemócrata Stefan Lofven cayó este lunes después de perder el apoyo del ‘Partido de la Izquierda’ tras intentar poner en marcha una reforma que intentaba liberalizar el mercado de alquiler de viviendas. Lofven es el primer jefe del ejecutivo sueco que cae por una moción de censura desde 1958.
El premier saliente tiene ahora tres opciones y una semana para decidir: o convoca elecciones anticipadas o deja en manos del presidente del Parlamento que se lance un proceso para formar otra coalición gubernamental o consigue convencer a los partidos de que le permitan seguir en funciones.
Si no hay adelanto electoral, los próximos comicios están previstos para septiembre de 2022. Lofven dijo que consultará con su partido y con sus socios de coalición “para decidir qué camino tomar”.
La primera coalición de Lofven la formaban su partido socialdemócrata y cuatro partidos menores: dos de centro, uno a la izquierda de la socialdemocracia y otro ecologista.
En 2018, tras un fuerte ascenso de la ultraderecha, Lofven quedó gobernando en minoría con los ecologistas y gracias a apoyos externos puntuales de los dos partidos de centro y del Partido de la Izquierda. El abandono de este último dejaba al gobierno en una situación que de inestable había pasado a ser insostenible.
Vista del parlamento sueco. Foto: Reuters
El sistema de alquiler
La caída se debe a que Lofven intentó ganarse el apoyo de los partidos centristas con una reforma de la normativa de alquiler de viviendas que pretendía liberalizar uno de los mercados de alquiler más rígidos de Europa.
El ‘Partido de la Izquierda’ rechazó la propuesta y para tumbar al gobierno lanzó una moción de censura que aprovecharon los conservadores y el partido de ultraderecha para sumar 181 diputados y superar los 175 necesarios para hacer caer a Lofven.
El Partido de la Izquierda considera que la normativa de alquiler de viviendas, que no se atrevieron ni a tocar los conservadores cuando gobernaron, es uno de los pilares del modelo social sueco, uno de los más protectores de Europa.
La propuesta de reforma hubiera permitido que los propietarios de viviendas de nueva construcción pusieran precios de mercado a los nuevos alquileres (no a los contratos ya en curso). Ahora mismo el valor de los alquileres los fijan las autoridades según una serie de condiciones.
El primer ministro sueco, Stefan Loefven. Foto: AFP
El ‘Partido de la Izquierda’ repitió en los últimos meses que el sistema de alquileres regulados es la base del modelo social sueco. Su líder, Nooshi Dadgostar, dijo este lunes en el Parlamento que Lofven había “abandonado al pueblo sueco” al proponer una reforma que cambiaba ese modelo.
La intención de Lofven era sacudir un sistema que con los años empezó a mostrar grietas, con las listas de espera para acceder a alquileres en edificios de nueva construcción. Su idea original era la de aumentar la oferta, construyendo más vivienda pública, para mantener el sistema. Sólo en los últimos meses anunció que además quería liberalizar los alquileres.
Suecia, con unos 10,2 millones de habitantes, tiene a más de tres millones de personas en viviendas de alquiler, aproximadamente un tercio de su población. De ahí la importancia de las normas que regulan el alquiler y la bronca que genera cualquier reforma que pueda elevar los precios.
Los sondeos siguen dando como favorito al partido de Lofven si este decide convocar elecciones anticipadas. Su problema estriba en el mismo que tuvo en los últimos años, el de asegurarse apoyos suficientes –sea en coalición o con apoyos externos- para poder ser investido y gobernar con cierta estabilidad.
Si los partidos lo aceptan porque no ven alternativas y porque no quieren elecciones anticipadas, Lofven podría seguir al frente del Ejecutivo sueco hasta esas legislativas de septiembre de 2022.
Bruselas, especial
Fuente Clarin
