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Con la certeza de que para renovar las restricciones Alberto Fernández va a tener que firmar otro decreto de necesidad y urgencia porque se sigue postergando la aprobación de la ley para manejar la pandemia, el Gobierno analiza el alcance de las nuevas medidas y, si bien admite que hubo una baja de casos, ve “con mucha preocupación” el avance de la variante Delta en distintos países del mundo y teme por una “tercera ola” en la Argentina.
Los rebrotes en Reino Unido y otros países de Europa y la incidencia de la cepa Delta, detectada inicialmente en la India, en los nuevos casos en Estados Unidos generan dudas en el Gobierno sobre la conveniencia de flexibilizar las restricciones a pesar de que en las últimas dos semanas se registró una baja promedio del 32% a nivel nacional y las autoridades sanitarias, encabezadas por la ministra de Salud, Carla Vizzotti, destacan que ya “está bajando la tensión en el sistema de salud”.
A esta baja en los casos, se suma que en los últimos cuatro días Argentina alcanzó los 23.816.145 de dosis recibidas, con el arribo de de 3.139.000 de vacunas, entre dos millones de Sinopharm y una nueva tanda de AstraZeneca. Además, de este último laboratorio está previsto que este viernes lleguen unas 1.181.500, que se sumarán a las que envíe Rusia de Sputnik en un nuevo vuelo. Para la próxima semana, en Balcarce 50 confían que se superará las 20 millones de aplicaciones: según el último reporte, ya fueron inoculadas con una dosis 14.886.910 personas, de las cuales 3.759.874 también completaron el esquema de vacunación con la segunda dosis.
Todo esto generó cierto alivio tanto en el entorno presidencial como en el Ministerio de Salud. Sin embargo, la variante Delta mantiene en alerta al Gobierno. “Es alentador, pero después de la experiencia del verano queda claro que nadie se puede relajar”, resumen en despachos oficiales, donde advierten que no hay margen para descuidar los cuidados y los controles.
Todo, mientras se analiza qué hacer con los argentinos que regresan desde el exterior. “Hoy no se puede descartar nada”, se limitan a repetir en Casa Rosada ante las distintas alternativas que se barajan. De todos modos la más extrema, el cierre total de fronteras, asoma difícil a priori, teniendo en cuenta el impacto que implicaría dejar a argentinos varados en el exterior. Vale la aclaración: las fronteras permanecen cerradas para extranjeros, que sólo pueden ingresar al país por motivos laborales, con autorización previa.
El reciente caso de un pasajero proveniente desde EE.UU. al que se le detectó la variante Delta alimentó las especulaciones al respecto, más allá de que fue aislado a tiempo junto a sus contactos estrechos. Consultada al respecto, la directora de Migraciones, Florencia Carignano, evitó descartar la posibilidad de que se cierre la frontera y dejó entrever que se analizan medidas.
“Tenemos que cuidar que no ingresen nuevas cepas, es fundamental. En base a los números que tenemos sobre la mesa, el jefe de Gabinete (Santiago Cafiero) junto al ministro del Interior (Eduardo de Pedro) y el Presidente, que es quien tiene la última palabra, seguramente van a tomar decisiones para proteger a los argentinos”, dijo en una entrevista en el canal América.
Con un cupo de vuelos diarios y el límite de ingreso de 2 mil pasajeros diarios, otra alternativa -aunque también lejana, por ahora- puede ser la obligatoriedad de realizar cuarentena en hoteles, como se dispuso en marzo ante el ingreso de personas que portaban las cepas de Manaos y Gran Bretaña.
En este contexto, con la “ley pandemia” bloqueada en la Cámara de Diputados al menos hasta la próxima semana, la decisión del Presidente es prorrogar por dos semanas más el decreto 287/21 que fue el que estableció el Semáforo Epidemiológico, que divide al país en materia sanitaria por zonas -alarma y alto riesgo epidemiológico, y riesgo medio y bajo- de acuerdo a la ocupación de camas UTI o la incidencia de casos de los últimos 14 días, entre otras variables
De todos modos, queda abierto el interrogante respecto a si el texto, que ya había sido extendido hasta este viernes por el decreto 381/21, puede ser complementado con alguna resolución migratorio que endurezca las restricciones de ingreso al país.
Al mismo tiempo, el Gobierno debe definir qué hacer con las vacaciones de invierno. En rigor, en Casa Rosada aseguran que la circulación interprovincial está habilitada -excepto a Córdoba, Catamarca y Santiago del Estero- y que incluso la provincia de Buenos Aires, a través del jefe de Gabinete, Carlos Bianco, aseguró que cualquier persona puede tomarse vacaciones y trasladarse junto a su familia a otro distrito bonaerense. Pero el ministro de Turismo, Matías Lammens, tiene pendiente una reunión con Vizzotti para definir si desde Nación se fomenta con una campaña el turismo entre el 19 y el 30 de julio.
“Los expertos dicen que dos semanas de turismo en invierno puede ser la antesala de la tercera ola”, expresan con preocupación en el Gobierno.
Fuente Clarin
