El Gobierno volvió a defender las restricciones impuestas para los argentinos que viajaron al exterior ante la creciente preocupación oficial por el avance de la variante Delta, que tiene en alerta a las autoridades locales y que ya se apoderó de la circulación comunitaria de un buen número de países de Europa e incluso de Estados Unidos.
“Algunos que se hayan podido ir de vacaciones van a ver un poco retrasado su ingreso, nada más“, aseguró a Clarín la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, una de las portavoces del Gobierno en la defensa de la medida que entró en vigencia este lunes, y que acotó a 600 el ingreso de argentinos desde el exterior a través del aeropuerto de Ezeiza.
Una resolución que provocó malestar en aquellos que en las últimas semanas o meses salieron del país por turismo, trabajo o estudios, en muchos casos para aplicarse la vacuna contra el COVID-19, en especial en Estados Unidos.
Según la información oficial, de los poco más de 100 mil argentinos que viajaron en los últimos tiempos fuera del país, el 43% lo hicieron por turismo. Es decir, unos 45 mil pasajeros que, antes de abandonar la Argentina, rubricaron mediante declaración jurada la posibilidad de ver alterado el ingreso al territorio producto de la pandemia que tiene en vilo al mundo desde principios del año pasado.
“Nosotros estamos poniendo cupos y estamos pidiéndole a las provincias que dispongan los lugares de reingresos de los argentinos porque estamos muy preocupados por la variante Delta. Y sobretodo porque queremos privilegiar el cuidado de las actividades económicas, productivas y escolares para que esto dure”, agregó Carignano a este diario.
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Fuente Clarin