El neurocirujano Leopoldo Luque (39) negó haber visto a Diego Armando Maradona (60) “hinchado” días antes de su muerte tal como lo aseguraban algunos integrantes del entorno del paciente, para lo cual presentó ante los fiscales que investigan el fallecimiento del ex futbolista una foto en la que el “10” estaba almorzando junto a dos de sus asistentes el 20 de noviembre.
Luque le dedicó varias páginas del escrito de 85 hojas que presentó en la Fiscalía General de San Isidro para desacreditar las versiones sobre la “supuesta hinchazón”, relacionada en la causa a un signo del edema que provocó la muerte y que no fue observada por sus médicos personales.
En la página 39 del escrito, Luque señaló: “ninguna de las veces que concurrí al domicilio del paciente corroboré que se encontrara hinchado, como así tampoco noté disnea, taquipnea, utilización de músculos accesorios, ni él me refirió ahogamiento, falta de aire. Siempre me refirió sentirse bien”.
Además, presentó una foto en la que Maradona está almorzando con dos de sus asistentes personales y -a su criterio- no está hinchado.
“Adjunto una foto, subida por su kinesiólogo personal el día 20 de noviembre al chat Parte Olivos, donde no solo se lo observa bien, sino que además ninguno de los miembros del mismo hizo referencia alguna a verlo hinchado”, señaló el neurocirujano en el escrito. “En dicha foto se lo observa almorzando y es evidente que no se encontraba hinchado”, dijo.
Luque negó haber estado a cargo de la internación domiciliaria durante la que falleció Maradona, deslindó responsabilidades en la empresa de medicina prepaga, pidió la realización de una nueva junta médica y aseguró que nunca se representó la posibilidad de la muerte del Diez porque las patologías que presentaba surgieron en la autopsia y no en los chequeos médicos que se hizo en vida.
El neurocirujano considerado por los fiscales Laura Capra, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari como uno de los principales responsables de la muerte de Maradona por ser el supuesto médico de cabecera, manifestó que ratificaba la declaración espontánea que había presentado por escrito en diciembre pasado.
En aquella oportunidad, el acusado sostuvo que la muerte del excapitán de la selección argentina había sido “inesperada, imprevista, en las horas de sueño, sin brindar ninguna posibilidad de tratamiento”.
En la presentación de este lunes, donde al final solicita su sobreseimiento, el neurocirujano criticó las conclusiones a las que arribó la junta médica y pidió su repetición con peritos “imparciales”.
“Niego categóricamente haberme representado el fatídico desenlace”, sostuvo en el escrito al hacer referencia a la imputación en su contra por “homicidio simple con dolo eventual”, con una pena de 8 a 25 años de cárcel.
Sobre la cuestionada internación domiciliaria para tratar su adicción al alcohol en la casa del country San Andrés de Tigre, donde Maradona murió el 25 de noviembre pasado, Luque mencionó que “fue aceptada y avalada por todos los presentes”, en una reunión de la que participaron médicos, familiares y la empresa de medicina prepaga luego de la operación del hematoma subdural en la Clínica Olivos.
Reiteró que Maradona se oponía a una internación en un instituto neuropsiquiátrico y que fue evaluado por dos psiquiatras y, a diferencia de lo que concluyó la junta, determinaron que “no tenía los parámetros requeridos por la Ley de Salud Mental 26.657, para ser internado compulsivamente”.
Luque se desligó por completo de ser el máximo responsable médico durante aquella internación y aclaró: “Si bien la realización de la internación domiciliaria fue una sugerencia mía y de la Dra. (Agustina) Cosachov, yo no formaba parte de la misma, ni mucho menos, estaba a cargo de la misma”.
Respecto a la segunda imputación que por “uso de documento falso”, en el que la fiscalía le atribuye a Luque haber empleado una firma falsificada de Maradona para pedir una historia clínica, Luque se declaró inocente y además afirmó que dicho pedido “no causó ningún tipo de perjuicio a ninguna de las partes, por el contrario, sirvió para que el paciente comprenda su enfermedad real y comience la realización de un tratamiento psiquiátrico”.
GL
Fuente Clarin