Era alrededor de las 20.30 cuando el cabo Elías Mendieta (35), que estaba de franco y vestido de civil, detuvo su auto en Falucho y Ostende, en Ingeniero Budge (Lomas de Zamora). Había ido a buscar a su hija, de 5 años, a la casa de su ex pareja, pero paró unos minutos a conversar, mientras la nena esperaba adentro del Ford Ka.
Según el relato del hombre, mientras hablaba con la madre de su hija para coordinar las tareas pendientes del fin de semana, movió el coche unos metros para dejar pasar a otro vehículo. Cuando se dio vuelta, alguien estaba apuntándole al pecho.
“¡Dame las llaves, dame la llaves!“, gritó el asaltante. Como la nena estaba dentro del auto y su ex pareja a unos metros, el oficial -que cumplía funciones en la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Federal- no quiso entregárselas ni identificarse como policía.
Entonces, tiró las llaves para ganar unos metros, pero enseguida, siempre de acuerdo a su testimonio, el asaltante le apuntó y empezó a “palparlo” buscando el resto de sus pertenencias.
“Tuve que tirar porque iba a encontrar el arma, se iba a dar cuenta que era policía y me iba a matar“, se excusó.
Un cabo primero de la Federal mató a un adolescente de 17 años que habría intentado asaltarlo en Ingeniero Budge. Lo investigan por exceso en legítima defensa.
Lo cierto es que tomó el arma reglamentaria que tenía en su cintura y la sacó en un forcejeo. A corta distancia disparó “entre tres y cuatro veces”, según su declaración.
El ladrón, que resultó ser un adolescente de 17 años, escapó corriendo malherido.
Su cómplice, que lo esperaba en un Volkswagen Gol de color gris, escapó a toda velocidad con la puerta del acompañante abierta, pero chocó contra un poste de luz que la arrancó de lleno.
El adolescente logró correr unos cien metros herido y fueron los vecinos los que avisaron a la Policía que había caído herido en Lavardén y Virgen de Itatí, a 150 metros. Cuando fueron a verlo, ya no tenía signos vitales.
La investigación
La investigación quedó en manos de la fiscalía del fuero penal juvenil por tratarse de un adolescente fallecido.
Según el policía, hubo un intercambio de disparos cuando logró sacar su pistola reglamentaria, aunque él logró salir ileso.
“No me quedó otra más que disparar“, habría dicho el cabo primero, que quedó en libertad pero sigue bajo investigación.
Fuentes policiales confirmaron a Clarín que el ladrón recibió un disparo en el abdomen. A pocas cuadras, en Atenas y Lavardén, encontraron abandonado el auto utilizado para cometer el robo.
La investigación quedó en manos de la Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, que busca determinar si hubo exceso en la legítima defensa, y de la comisaría 10° de Ingeniero Budge, que todavía buscaba al cómplice por el intento de robo agravado del que fue víctima el cabo.
EMJ
Fuente Clarin