Por Guillermo J. Tiscornia*
Se trata de un fallo incontrovertiblemente ajustado a la frecuencia que desde la comarca presidencial supo llegar al radar de la señora magistrada federal, frecuencia ésta que la misma señora juez supo interpretar en este caso a la perfección ( léase “saltearse la cola no es delito”).
Y así la doctora Capucchetti se convirtió en la mejor alumna del ¿ profesor? , esto es del Presidente formal de los argentinos doctor Alberto Fernández.
De suerte tal que se trata de otra muestra cabal acerca de que los magistrados federales amen de excelentes jugadores de poker tienen fuertemente arraigado el instinto de auto conservación y no practican el suicidio; cuidan su estabilidad y su futura jubilación.
¿Inexistencia de delito?, mmm. veamos: 1. deliberada y calculada malversación de un insumo escaso y esencial en un contexto pandémico al desviarlo a un circuito clandestino por fuera de las taxativas prioridades de vacunación estipuladas en el anexo de un decreto presidencial del año 2020 , 2. múltiples declaraciones falsarias en las respectivas declaraciones juradas ( “personal de salud”), 3. notable abuso de autoridad e incumplimiento funcional; vuelvo a preguntar
¿ inexistencia de delito?, y si me apuran un poco yo diría que si no se trata de un fallo prevaricador entonces todo indica que se le parece bastante.
Eso si el último que apague la luz.
*Guillermo J. Tiscornia
Ex juez en lo Penal Económico