La fiscal que investiga la desaparición y crimen de Salvador Altamura, solicitó elevar a juicio la causa que tiene como único imputado a Rubén Dening.
La fiscal que investiga la desaparición y crimen de Salvador Altamura, el abogado quilmeño que fue visto por última vez el 13 de julio del año pasado, solicitó elevar a juicio la causa que tiene como único imputado a Rubén Dening, amigo de la víctima, informaron fuentes judiciales.
En tanto, la fiscal a cargo del expediente, Ximena Santoro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de Quilmes, también pidió que se investigue la posible comisión del delito de falso testimonio agravado a un detenido que compartió la celda con el imputado, un tío de Altamura y su abogado.
En el requerimiento de elevación de la causa a juicio -al que tuvo acceso Télam-, la fiscal Santoro le requirió al juez de Garantías 1 de Quimes, Juan José Anglese, que Rubén Darío Dening (53) sea juzgado por el delito de “robo calificado por el empleo de llave verdadera en concurso real con homicidio criminis causa”.
En el escrito, la fiscal dejó asentado que “el 13 de julio de 2020, desde al menos las 17.08 horas en adelante, en las inmediaciones o en el galpón sito en la calle (…) Rubén Darío Dening a fin de preparar su posterior accionar ilícito y con el propósito de lograr su impunidad le dio muerte a Salvador Altamura (…)”.
Rubén Dening, amigo de la víctima, a quien conocía de adolescente.
Para la fiscalía, Dening luego de asesinar a Altamura, a quien conocía de adolescente, tomó la motocicleta de la víctima y se dirigió hacia su departamento, donde “se apoderó ilegítimamente de una suma de dinero no especificada y un arma de fuego calibre 9 milímetros”, propiedad de la víctima.
La minuciosa investigación señaló que Dening fue la última persona que vio a Altamura con vida ya que según declaró él mismo, habían salido a caminar juntos ese 13 de julio alrededor de las 15.30.
Los motivos según la fiscal
A partir de testimonios, Santoro indicó que “existieron hechos con capacidad para generar animosidad, odio o rencor de parte de Darío Dening hacia Salvador Altamura”.
Para la fiscal, los hechos fueron que la expareja de Dening cortó su relación para iniciar un noviazgo con Altamura; que el tío de éste último le ejecutó una hipoteca que le generó una pérdida de un inmueble a Dening y el préstamo de dos mil dólares que el imputado nunca le devolvió al abogado.
Según el expediente, Altamura tenía en su departamento del centro de Quilmes dos cajas fuertes con dinero en efectivo en pesos y en moneda estadounidense.
Una de las pruebas que remarcó la fiscalía fue que luego de la desaparición del abogado, Dening adquirió un televisor, dos celulares y se halló un comprobante de pago para un estudio de abogados por la cifra de cinco mil dólares.
Y al momento de ser detenido, mientras intentaba ingresar a la provincia de Entre Ríos, el imputado tenía en su poder la suma de 386.662 pesos y 31.500 dólares, y vestía una campera que era de Altamura.
La fiscal constató que Dening fue por la madrugada del 14 de julio al departamento de Altamura, hecho que quedó registrado en las cámaras de seguridad y en el que fue clave el testimonio de familiares y amigos de la víctima, quienes coincidieron que por la contextura física no era la del abogado.
Dening fue la última persona que vio a Altamura con vida.
Las cámaras de seguridad
Según el registro fílmico, Dening ingresó al edificio de la calle 25 de Mayo al 200 durante la madrugada y “luego de permanecer por el lapso de un poco más de una hora, se retiró conduciendo nuevamente la moto de la víctima”.
Los detalles más importantes que analizó la fiscal Santoro fueron en base a las declaraciones de amigos de Altamura, quienes indicaron que por su altura (1.92 metros), los pies llegaban a apoyar el piso cuando estaba arriba de la moto, en cambio el conductor del rodado de la filmación “era más morrudo y petiso”.
Otro detalle que no dejó pasar por alto la fiscal fue que el conductor se equivocó el portón de ingreso y egreso del edificio, que según indicó en el requerimiento se trató de “una maniobra para nada usual por parte de los moradores habituales del edificio”.
Por todos estos puntos analizados, Santoro decidió el cambió de caratula de “robo calificado” y “privación ilegal de la libertad” a “robo calificado” y “homicidio criminis causa”, con la salvedad de que “dicha imputación es posible pese a la dificultad que acarrea la particularidad de que no ha sido hallado su cadáver (…)”.
Por su parte, el acusado Dening continuará en prisión a la espera de la fecha para ser juzgado, añadieron las fuentes.
Fuente Telam