El Gobierno tomó nota del cambio de ánimo en el mercado cambiario y empezó a prepararse para un escenario de mayor tensión. La suba imparable del blue en las últimas semanas -hoy llegó a $183- y en menor medida de las cotizaciones paralelas puso en duda la efectividad de las últimas medidas regulatorias para restringir las operaciones con dólares financieros.
Las tensiones pusieron en guardia a todo el equipo económico del gabinete. Una de las principales cabezas del Ministerio de Economía, encabezado por Martín Guzmán, reconoció en las últimas horas que hay “un poco más de ruido” en el mercado cambiario en la antesala de las elecciones. La lectura es que hay un “reacomodamiento” de los mercados.
En Economía siguen de cerca la devaluación del real en Brasil, que dejó a la moneda en mejor posición entre los emergentes en el último tiempo. El lunes se devaluó un 2%. Pero también miran con preocupación el inicio de un segundo semestre que traerá un menor ingreso de dólares de la cosecha y limitará las compras de divisas por parte del Banco Central.
En julio, la entidad presidida por Miguel Pesce compró US$1.000 millones y acumuló un total de $7.400 millones. Ese es el saldo neto después de intervenir en el mercado de bonos para contener la brecha entre el dólar mayorista y el financiero. Algunos operadores estiman que el BCRA vendería más de US$ 300 millones por mes. El Gobierno sabe igualmente que tiene poder de fuego.
“La situación sigue estando bajo control, no vemos ninguna tensión“, aseguró el hombre de Guzmán. “Se armó un colchón importante por parte del Banco Central para hacer frente a cualquier inquietud del mercado“, explicó. Este miércoles las reservas superaron los US$ 43.000 millones. “Hay picos de volatilidad pero que no hay ningún riesgo significativo”, agregó.
Con el cepo reforzado, en el Banco Central señalan que “la herramienta que se suele utilizar para controlar el tipo de cambio es la compra y venta de bonos en dólares”. Pero desde que se restringió el acceso el mercado paralelo, las presiones se trasladaron al blue, donde la brecha con el oficial saltó del 73 al 90%. Y se esperan mayores tensiones en las próximas semanas.
La cuestión cambiaria habría asomado este miércoles en la reunión de gabinete, luego de la cual la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, minimizó el impacto de la escalada del dólar que se negocia en las cuevas. “Es un mercado ilegal, con pocos movimientos reacciona a la suba o al abaja, incide en las expectativas, pero no en la operatoria del mundo de la producción”, aseguró.
El blue se convirtió en un dolor de cabeza ya en el último mandato de Cristina Kirchner y generó una dura disputa dentro del gabinete. Tras la salida de Martín Redrado del BCRA, Marcó Del Pont asumió su puesto y se encargó de instrumentar el cepo a partir del 2011. Al igual que entonces, cree que la situación está dentro de lo previsto.
“Siempre en las etapas electorales se dan estos movimientos en mercados alternativos, y lo que sostenemos es que hoy el Banco Central tiene absoluta espalda y grados de libertad para garantizar la estabilidad cambiaria, no hay perspectiva de ningun cimbronazo antes o despues de las elecciones”, aseguró en Casa Rosada.
Mientras tanto, el Gobierno avanza en medidas silenciosas. En el sector automotriz, aseguran que empezaron a recibir consultas de la secretaría de Industria para postergar pagos de importaciones a 120 días, algo que niegan desde dicha dependencia del Ministerio de Desarrollo Productivo. Por esa vía ya se fueron US$ 21.358 millones en los primeros cinco meses del año.
Según la Fundación Capital, en la segunda mitad del año también se perderían US$ 1.000 millones por la intervención en la brecha y US$ 9.000 millones por el pago de deuda a organismos y privados, mientras que ingresarán US$ 4.350 millones de DEG del FMI y unos US$ 16.000 millones por exportaciones. Así, las reservas netas terminarían a fin de año en torno a los US$ 3.700 millones.
Fuente Clarin