Por Silvia Guzmán Coraita
La vacuna rusa Sputnik V fue la primera en ser aplicada de forma masiva en el país y se inoculó con ella a la población más vulnerable, a las personas mayores de 60 años. Sin embargo, este grupo de riesgo no ha podido completar el esquema de vacunación en el plazo máximo previsto de tres meses debido a la falta de segundas dosis. Son más de 3 millones de personas en el país que tienen vencido el plazo para recibir la segunda dosis de Sputnik V, casi la mitad de los más de 6,6 millones.
Ante el peligro que supone la variante delta del coronavirus, una carta de la asesora presidencial Cecilia Nicolini al negociador ruso Anatoly Braverman ha dejado al descubierto la desesperación gubernamental por el retraso de las dosis comprometidas y ha provocado duras críticas de la oposición, que exige que las autoridades sanitarias se presenten ante el Congreso.https://c0.pubmine.com/sf/0.0.3/html/safeframe.htmlREPORT THIS AD
Hace dos semanas, el 7 de julio, Cecilia Nicolini, asesora clave de Alberto Fernández dirigió una carta, vía mail, a Anatoly Braverman, la mano derecha de Kirill Dmitriev, el CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF). Los motivos de esa carta, a la que accedió el diario La Nación reveló la dura encrucijada a la que el Gobierno sometió al pueblo argentino en relación con la apuesta de su plan de inmunización. Apostaron por una vacuna cuya segunda dosis no estaba ni siquiera en proceso de fabricación. Ahora hay más de 3 millones de argentinos que esperan una segunda dosis que ni siquiera los mismos rusos tienen para ellos.
Por otra parte, este mail deja al descubierto que la preferencia por esa vacuna fue lisa y llanamente una opción política más que sanitaria; igual que el desinterés por otras vacunas.
La carta de Nicolini, dice: “Como le mencioné hoy, estamos en una situación muy crítica. Nosotros teníamos la esperanza de que, después de la conversación que tuvimos tú, Carla, Kirill y yo un par de semanas atrás, las cosas iban a mejorar. Pero han empeorado”. La funcionaria explica que no llega el componente 2, que es el que se aplica en la segunda dosis. Y reclama el envío para el 10 u 11 de julio, aunque más no sea, de un millón de unidades para inocular a los mayores. Pero no obtuvieron respuesta y recién el 13 entraron al país 550.000 vacunas Sputnik V. Si bien las autoridades y expertos admiten que las vacunas “no vencen”, la segunda dosis aumenta la inmunidad y la prolonga en el tiempo. Hoy esas 3 millones de personas no duermen tranquilas.
Hace 34 años atrás, la historia de la humanidad cambió cuando estalló el reactor 4 de la central nuclear de Chernobyl, en 1986, en Ucrania: debido a malos procesos de mantenimiento y negligencia, se desencadenó una reacción que hizo colapsar el reactor 4, que explotó y liberó material radiactivo a la atmósfera.
“Ocultaron la gravedad del accidente desde el principio y se negaron a evacuar Kiev”, contó tiempo atrás la periodista Irena Taranyuk, del servicio ucraniano de la BBC. Así fue cómo el gobierno de la Unión Soviética trató de ocultar la mayor catástrofe nuclear de la historia. Sin hacer caso a los que la historia enseña, Argentina hizo negocios en medio de una pandemia con uno de los países con menos credibilidad en el mundo. ¿Les sorprende que Rusia no cumpla con su trato? Hoy el Gobierno argentino llora pidiendo la segunda dosis para inocular a los ciudadanos.
El presidente de Rusia Vladimir Putin, que ha definido otras veces la Sputnik V, la vacuna rusa estrella, autorizada en más de 60 Estados e implantada en países como México, Argentina, Bielorrusia o Serbia como un producto “tan fiable como un rifle de asalto Kaláshnikov”. esta vacuna es la primera en registrarse en el mundo; cuando todavía no habían concluido los ensayos clínicos. Hoy Putin presiona para promover las inmunizaciones rusas cuando el país afronta cifras récord de mortalidad por coronavirus.
El cuatro de junio Fernández dijo: “Un avión partirá de Moscú trayendo el principio activo para que empiece de inmediato la producción en Argentina”, y destacó: “Estamos muy conformes con los logros que hemos alcanzado con esa vacuna porque millones de argentinos han visto preservar su vida gracias al desarrollo científico de Rusia, en el que siempre confiamos”. Aún no hemos vista dicha producción.
Nicolini en ese mail, trata de explicarle de manera lastimosa a Braverman que el Gobierno ya no puede hacer más cosas para beneficiar al fondo ruso y al laboratorio Richmond, de Marcelo Figueiras, con el que ese fondo contrató la elaboración local de la Sputnik V: “Finalmente, la producción local fue un gran paso para todos nosotros. Nuestro Presidente participó del evento de lanzamiento, incluso esperando por más de 2 horas. Nosotros estamos muy felices y con gran apoyo a Richmond. Solo le pedimos que tenga los primeros resultados antes del 9 de julio, ya que es una fecha muy importante para nosotros, el Día de la Independencia, lo que es muy significativo. Richmond envió las primeras dosis para pasar el control de calidad el 16 de junio. Nos habían dicho que este proceso podría demorar entre 10 y 15 días. Es 7 de julio y todavía no está listo y no estará listo para el 9 de julio, como el Presidente les pidió amablemente, teniendo en cuenta los días que se necesitan. Las dosis están en Rusia por más de 21 días ahora… nosotros esperamos que Usted ponga especial atención a esto, que fue el único y más importante pedido del Presidente Fernández y fue, otra vez, una decepción para él y para el país”.
Con esto quedó al descubierto que Fernández necesitaba hacer campaña política y mejorar su imagen. Por eso, quería anunciar que Rusia iba a aprobar la fabricación local de la Sputnik V, el 9 de julio. Algo que no sucedió.
La guerra por las vacunas y los negocios que cada gobierno quiere hacer con los laboratorios es algo que nos toca atravesar como humanidad. Estamos prácticamente imposibilitados de poder hacer algo. Y el Gobierno que tenemos con Alberto Fernández es funcional a esta guerra. No debemos dejar que nos engañen con las mentiras que dijeron desde un principio: “De la economía se vuelve, de las muertes no”, dijo el presidente Fernández. Hoy tenemos una economía destruida y más de 100.000 muertos.
La pandemia ha dejado al descubierto cuáles son los intereses particulares de cada funcionario. La pandemia hizo caer muchas máscaras y ha dejado de bruces al sol la verdadera piel de los políticos que los ciudadanos han elegido. Hoy llevamos casi dos años de incertidumbre, crisis económicas, problemas de salud mental, familiares que se han ido para siempre. Y tenemos que escuchar todos los días a un presidente que comete errores, que dice cosas incomprensibles. ¿Alberto Fernández es un presidente saludable para enfrentar la situación que vive el país?
Les dejo estas dos frases recientes del presidente para que reflexionen
“Nosotros fuimos con nuestra prédica para que nadie tuviera”. Al darse cuenta de que había dicho “nadie tuviera” volvió sobre sus palabras: “Para que nadie temiera. Para que todos tuvieran la convicción de que estaban encontrando en esa vacuna una solución”.
“Por favor, vayan y contágiense. Perdón, vayan y vacúnense, eviten el contagio”, fue la frase de Fernández durante un acto mientras hablaba de la situación epidemiológica del país y prorrogaba las restricciones de circulación de los ciudadanos.