Después de varias semanas de negociaciones calientes, y con la necesidad de tratar de conformar a todos los sectores, Horacio Rodríguez Larreta cerró la lista de precandidatos a diputados nacionales de la Ciudad encabezada por María Eugenia Vidal, la ex gobernadora bonaerense que cruzó otra vez de distrito y que deberá enfrentar en las PASO a Ricardo López Murphy y a la UCR disidente, liderada por el ex funcionario Adolfo Rubinstein.
Hubo, según pudo reconstruir este diario, mucho menos nerviosismo que en la lista de la Provincia que encabeza Diego Santilli, y que obligó al jefe de Gobierno porteño a repartir ofertas y promesas para aglutinar a la mayoría de los dirigentes del PRO. Pero Rodríguez Larreta tuvo que sentarse mano a mano con Patricia Bullrich en reiteradas oportunidades para desactivar la disputa con Vidal, que amenazaba a la ex gobernadora y al jefe de Gobierno con una interna con un alto costo político.
Las negociaciones confluyeron al final en un acuerdo que exhibe en los primeros lugares de la boleta de diputados para las primarias de septiembre el equilibrio que se buscó con los socios de la coalición. A Vidal la siguen en los primeros lugares -se fotografió con ellos este sábado, en Belgrano- el economista Martín Tetaz -postulado por la UCR de Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti-, la diputada Paula Oliveto -de la Coalición Cívica-, Fernando Iglesias -aliado de Bullrich-, Carla Carrizo -también de la UCR-, Fernando Sánchez -de la CC de Elisa Carrió-, la historiadora Sabrina Ajmechet -una de las sorpresas, de la mano de la ex ministra de Seguridad- y Pablo Walter -del riñón de Esteban Bullrich-. Este último, nacido en Tucumán, fue parte del acuerdo para el apoyo del senador a la boleta bonaerense.
El décimo lugar quedó para Sergio Abrevaya, del GEN, el partido de Margarita Stolbizer que, en Provincia, selló un acuerdo con Facundo Manes. Una señal de las relaciones cruzadas de un lado y otro de la General Paz.
La vuelta de la ex gobernadora a la Ciudad había significado para Rodríguez Larreta un dolor de cabeza interno en su vínculo con el sector más duro de la oposición, liderado por Bullrich y Mauricio Macri. La demora en la confirmación de Vidal alteró los ánimos puertas adentro. Llenó de zozobra al espacio, y tensó los acuerdos extrapartidarios.
Una vez que se oficializó, la cúpula del PRO porteño habilitó entonces la primaria con López Murphy -el sello se llama Republicanos Unidos- para buscar contener a un sector del electorado liberal. El ex ministro de la Alianza lo secunda la científica Sandra Pitta, que en los últimos tiempos dedicó duras críticas al kirchnerismo. Y una particularidad: Darío Lopérfido, que dejó su cargo en Berlín con polémica durante la gestión de Macri, firmó simbólicamente en el puesto 13.
Los últimos sondeos encargados sobre su figura por la administración porteña daban cuenta de que López Murphy cosechaba poquísimas simpatías, según pudo saber Clarín. Esperan ahora los números encargados para la semana entrante. “Aspiramos a conseguir ocho diputados de los 10 que renovamos. En torno a los 48 puntos”, deslizaron a este diario desde la cúpula del Ejecutivo local.
En vísperas del cierre de listas apareció, sin embargo, una boleta con la que Rodríguez Larreta, Vidal y, en especial, el radicalismo de Lousteau y Yacobitti no contaban: la de la UCR disidente liderada por Adolfo Rubinstein, ex secretario de Salud de Cambiemos, y flanqueado por Luis Brandoni y Facundo Suárez Lastra, entre otros. “Es más una interna radical que un desafío a nuestro esquema de poder“, aseguran desde Uspallata. A este último, el jefe de la Ciudad le había ofrecido el octavo lugar de la boleta oficial. Primero aceptó. Al final, dijo que no. Y apareció detrás de Rubinstein.
Rodríguez Larreta piensa no solo en estas elecciones: su proyecto presidencial de cara al 2023 asoma de fondo. Analiza, en ese sentido, un relanzamiento de su gobierno en paralelo a la campaña. Para eso, las conversaciones con sus socios porteños se intensificaron. La vuelta de Vidal a la Ciudad le abrió, de todos modos, un nuevo frente en torno a la sucesión. Y una puja por los lugares en el gabinete. Por lo pronto, Marcelo D’Alessandro seguirá como ministro de Seguridad y Justicia: la ex gobernadora pugnaba por el desdoblamiento de esa cartera.
La última semana, de hecho, se abrió una intrigante danza por la cabeza de la lista de legisladores, un lugar de atracción por la renuncia de Santilli a la vicejefatura de Gobierno. Primero sonó Fernando Straface, el secretario General que tiene su oficina frente a la del jefe de la Ciudad y que, además, es el jefe de la campaña. Después circuló el nombre de Juan José Méndez, secretario de Transporte.
El lugar quedó finalmente para Emmanuel Ferrario, un joven del riñón de Vidal que Rodríguez Larreta tomó como propio. De viaje por Europa, Macri pudo colar a su secretario privado, Darío Nieto, en el noveno lugar. Nieto es investigado por el caso de supuesto espionaje durante la gestión del ex Presidente.
Para el inicio de la campaña, a partir de este domingo, tanto Vidal, como Tetaz y Oliveto, los principales precandidatos, tienen a disposición material de las principales áreas de gobierno como insumo para defender la gestión en los temas más complejos. Tetaz, el más novato, se mostró hasta ahora como el más interesado.
Fuente Clarin