Por Lars Fischer
Los datos podrían estar indicándolo: la capa de hielo está en un punto crítico. El análisis se basa en una peculiaridad estadística de los sistemas que van a colapsar.
Las señales de aviso estadísticas apuntan a que la capa de hielo de Groenlandia empezará pronto a descomponerse de modo irreversible. Las oscilaciones anuales de la capa de hielo del oeste de Groenlandia presentan signos de un fenómeno denominado critical slowing down, o «lentificación crítica», tal y como explican Niklas Boers, del Instituto de Potsdam de Investigaciones del Clima, y Martin Rypdal, de la Universidad Ártica Noruega, en Tromsø. Esta peculiaridad estadística indica que un estado que hasta este momento era estable ahora es inestable y podría pasar enseguida a un estado estable nuevo. También para los climatólogos es señal de la cercanía de un punto crítico del sistema climático. Boers y Rypdal la interpretan, en concreto, como indicio de que la capa de hielo de Groenlandia se acerca a un «punto de vuelco climático» a partir del cual se activa un círculo vicioso y se funde irreversiblemente.
El origen del colapso es una retroalimentación entre la altura de la capa de hielo y la pérdida de hielo al fundirse. Por debajo de una temperatura crítica, una capa de hielo más delgada pierde menos masa, porque ya no fluye tan deprisa; al contrario, una capa gruesa se va haciendo más delgada por el impulso de su propio peso. De esta forma, la superficie de la capa de hielo se mantiene duraderamente a una altitud estable. Pero si la temperatura sube por encima de un valor crítico, el derretimiento en la superficie de la capa de hielo determina el flujo. La superficie de la capa se encuentra entonces a alturas cada vez menores, con lo que la temperatura ambiente es cada vez mayor, así que la capa de hielo se derrite cada vez más deprisa y se va adelgazando: un círculo vicioso que solo acaba con la fusión total.
Como explican los dos investigadores en la revista científica PNAS, el desarrollo en el tiempo de la fusión del hielo deja ya ver la tendencia del sistema desde antes de la puesta en marcha de ese círculo vicioso, si se saben interpretar las señales. Según Boers y Rypdal, la capa de hielo de Groenlandia está casi directamente en la transición entre el estado estable y el círculo vicioso. La varianza y la autocorrelación de la serie de datos aumentan claramente desde mediados del siglo XX. Y estos dos parámetros estadísticos sirven como señales de aviso.
La estadística de la caída
La varianza es una medida de la anchura de la banda en que se dispersan los datos (la intensidad, pues, con que oscila el sistema). La autocorrelación dice lo semejante que es el sistema de un momento al siguiente. Cuando estos dos valores aumentan, en mayor medida se aleja el sistema de la norma histórica y más tiempo le lleva «recuperarse» de esa desviación. Este es el meollo de la «lentificación crítica». Cuando un sistema se acerca a la transición crítica entre un estado estable y otro, siempre reacciona más despacio.
En la investigación climática se llama a una transición crítica así «punto de vuelco». Cuando se alcanza uno, el sistema ya no vuelve tras una perturbación a su estado normal, sino que se «vuelca» hacia un nuevo estado estable: en este caso, una Groenlandia completamente libre de hielo y un nivel del mar unos siete metros más alto. El resultado concuerda con predicciones obtenidas independientemente por los modelos climáticos; según ellas, la capa de hielo de Groenlandia alcanza un punto crítico ya con un calentamiento de menos de tres grados con respecto al período de referencia. Según los modelos, ese punto crítico podría llegar con solo 1,6 grados de calentamiento.
Según los análisis de Boers y Rypdal, pues, Groenlandia está cerca de una pérdida irreversible de hielo. Un patrón estadístico de esa especie, originalmente una predicción teórica, se manifiesta antes de una transición crítica en muchos sistemas diferentes. Se conocen inestabilidades biológicas y técnicas, no solo climáticas. Los expertos encuentran señales comparables, que apuntan también a una «lentificación crítica», asociadas a otras oscilaciones climáticas bruscas, por ejemplo a los eventos de Dansgaard-Oeschger del último período glacial.
Una vez se ponga en marcha la pérdida de hielo, podría avanzar bastante deprisa. Según las simulaciones, si el hielo se encontrase sometido a las condiciones del pesimista caso hipotético de emisiones RCP8.5, para el año 3000 habría desaparecido por completo. No obstante, evaluaciones así solo se pueden enunciar con una gran incertidumbre, pues el comportamiento de la capa de hielo es en muy buena medida desconocido. Por ello, los investigadores no pueden hacer predicciones acerca de cuánto falta hasta el punto de volteo y cuándo empieza el círculo vicioso realmente a actuar. Tampoco se sabe si el hielo se fundiría de verdad del todo, o si no habría con una capa más delgada un estado de equilibrio estable nuevo. Por ejemplo, un aire más cálido y húmedo podría hacer que nevase más y ello compensase la pérdida de hielo. En cualquier caso, eso solo ocurriría si la temperatura global no sigue subiendo demasiado.
Lars Fischer
Referencia: «Critical slowing down suggests that the western Greenland Ice Sheet is close to a tipping point», de Niklas Boers y Martin Rypdal, en PNAS, 25 de mayo, 2021 118 (21) e2024192118.