Un nuevo cortocircuito dentro de Juntos por el Cambio obligó a ponerle el freno de mano al “manual de convivencia” que iba a difundirse este sábado como símbolo de paz. Elisa Carrió dijo que denunciará al candidato radical Facundo Manes por haber asegurado que ella le ofreció ser candidato a vicepresidente en 2015 y la UCR -que acusa al PRO por la escalada de tensión- estalló.
Este lunes habría una reunión de la Mesa Nacional clave para intentar descomprimir la situación que fue desatada por una discusión banal pero esconde una profunda disputa de poder.
“Voy a denunciarlo y ya instruí a mis abogados. No voy a tolerar más”, confirmó en una entrevista a Infobae la líder de la Coalición Cívica, quien ya había tildado de “mitómano” al neurocientífico.
Sus palabras encendieron las alertas del presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, quien no tardó en levantar el teléfono para llamar a sus pares, poner en “stand by” la publicación del código ético y pedirles una reunión urgente para este lunes.
En un sector del PRO buscaron bajarle el tono y aseguraron que ya estaba previsto el encuentro. “Las reuniones son lunes por medio. Como la última fue el 19, tocaba este lunes”, aseguraron. Pero los radicales recuerdan que el próximo encuentro estaba planificado para el 9 de agosto y exigen adelantarlo.
Lo cierto es que dado el nivel de virulencia algunos analizan qué tan conveniente sería reunirse en este clima y proponen “esperar un poquito” a que baje la espuma.
Horas más tarde del estallido, Carrió ratificó vía Twitter que presentará una demanda. “Frente a la no rectificación de Facundo Manes de sus dichos, lo único que voy a hacer es una demanda por daño moral y prestigio académico, para que la sociedad no piense que tengo tal grado de limitación intelectual al elegir un desconocido (Manes) como candidato a vicepresidente”, aseguró.
A “Lilita” le indignó que Manes diga que ella le ofreció ser su vice en 2015. Lo desmintió y aseguró que en esa época solo fue a su casa “acompañada e invitada por Toty Flores” y que discutieron sobre política y neurociencia.
“Con la mentira no hay confianza. Solo de la verdad surge la confianza. Mi testigo es Toty Flores quien me invitó a esa cena”, sentenció Carrió.
En la Coalición Cívica creen que acusar a Carrió como “la problemática” para impedir el código es una farsa. “Que no nos usen de excusa. Hay algunos que hace un tiempo vienen buscando conflictos”, aseguran.
En esa línea acusan a Manes de haber “empezado” los ataques cuando declaró que esperaba que “no se gasten los impuestos de los porteños en la campaña” de la Provincia, en un claro dardo a la cúpula porteña.
Si bien en el PRO solo hacen declaraciones para calmar las aguas de lo que a simple vista parecen cruces entre dirigentes de la UCR y la Coalición Cívica, también es protagonista del conflicto.
La UCR acusa directamente al jefe de gobierno porteño por la situación. “El responsable de esta campaña de desprestigio es Horacio Rodríguez Larreta“, señaló el gobernador radical Gerardo Morales y lo acusó de creerse “el dueño de Juntos por el Cambio”.
El jujeño incluso amenazó con no sentarse en la mesa del espacio “hasta que no paren con los ataques a Facundo”.
El centenario partido asegura que Carrió no hubiese dicho lo que dijo sin respaldo de Carrió y considera que todo es producto de haber “impuesto” un candidato en la Provincia, con desagrado de parte de su propio espacio.
“El adelantamiento de los objetivos personales con miras a 2023 generó esta situación”, coinciden sectores dentro del PRO. “Solo observan y descansan en la defensa de Lilita”, reconocen algunos en la Coalición.
Mientras tanto, Manes no va a contestarle a Carrió. “No va a subirse a esa”, aseguran en su entorno. Se mantendrá en el discurso de que está “para pelear contra problemas de la argentina y no contra dirigentes”.
Su competidor directo, Santilli, tampoco levanta la voz por este tema. “Tenemos que tener calma, bajar las tensiones. Lo único que hacen es lastimar la primaria, nuestro verdadero adversario es el kirchnerismo”, respondió este sábado, durante su recorrida por Quilmes.
En este contexto, el código de ética que iban a presentar y que pretende justamente evitar internas sangrientas quedó desdibujado. El texto que fue redactado por la jefa del PRO, Patricia Bullrich, su par de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro y Cornejo (UCR) es un decálogo de conductas para que los candidatos se comprometan, a modo de juramento, y lo firmen.
El punto uno es una claúsula prohibitiva a la mentira. También plantea actuar y expresarse “con respeto y lealtad” hacia los competidores; no utilizar las redes sociales “de manera agraviante y desleal”; aceptar “con grandeza de espíritu” los resultados de las internas; y “unificar fuerzas” con el oponente después de las PASO.
La idea, igual, es retomarlo. Hay un punto que los obliga a acercar posiciones: todos coinciden en el riesgo que puede significar la pelea interna en la performance electoral.
“La exigencia ciudadana hacia nosotros es abismal”, insisten cerca de la Bullrich, que bajó su candidatura en la Ciudad en post de la unidad.
“Las PASO en @juntoscambioar son la forma de darle a los ciudadanos la posibilidad de elegir a los candidatos para derrotar al proyecto kirchnerista y avanzar hacia una Argentina de todos y para todos”, publicó Cornejo en medio de los cruces.
La ex gobernadora bonaerense y actual candidata porteña, María Eugenia Vidal, también llamó a la reflexión en declaraciones radiales.
“Seguimos juntos, pero tenemos que hacer una reflexión necesaria de lo que pasó esta semana y entender que este no es el camino. Es una falta de respeto que nos vean peleando entre nosotros”, afirmó en diálogo con CNN.
Fuente Clarin