En medio de las internas y del recambio de ministros que Alberto Fernández se vio obligado a instrumentar, el Gobierno definió en los últimos días su principal objetivo de cara a las elecciones primarias de septiembre: empatizar con el electorado.
Fue, según pudo reconstruir este diario, el mensaje principal que bajaron los estrategas de la campaña oficial en los dos encuentros que los responsables de la comunicación y los candidatos de la Provincia y la Ciudad tuvieron el jueves y el sábado en Complejo C, el búnker del Frente de Todos del barrio porteño de Chacarita, propiedad de Ignacio Saavedra, uno de los encargados de las puestas en escena del oficialismo.
Hacía algunas semanas que los encuentros de los voceros de los socios de la coalición de gobierno se habían discontinuado por las negociaciones en torno al cierre de listas, que el pasado fin de semana terminó de allanar el camino de la campaña y que dejó, como suele ocurrir, un tendal de heridos.
En el encuentro del jueves, los responsables de la comunicación de la Casa Rosada, el kirchnerismo, el massismo y la administración bonaerense -una docena, entre funcionarios nacionales y provinciales-, se empaparon de lo que será la hoja de ruta de la campaña: la idea mostrar una salida a la pandemia -en línea con el slogan “la vida que queremos” con el que hace dos sábados presentaron a los principales precandidatos de la Ciudad y la Provincia- y de mostrar “cercanía” con el electorado, castigado por la crisis económica y sanitaria.
El mismo libreto que se repitió este sábado en la charla que cerró el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, con los postulantes a diputados nacionales de los distritos porteño y bonaerense, en el galpón en el que Fernández y Cristina Kirchner festejaron el triunfo del 2019. Los precandidatos, de hecho, se llevaron insumos para utilizar durante la campaña.
Alberto Fernández, en Merlo, en un acto con tono de campaña y secundado por Victoria Tolosa Paz y Axel Kicillof. Foto Presidencia.
“Hay que transmitir esperanza. Mucho hincapié en la necesidad de empatizar con la gente. No relajar, pero mostrar futuro“, sintetizó un funcionario que participó de las reuniones.
El Gobierno no quiere, en ese sentido, presentar los comicios de medio término como un plebiscito de gestión, si no más bien como una elección centrada en el Parlamento. Se resolvió, por ejemplo, que el proyecto de Ganancias que llevó cierto alivio a un sector de los trabajadores formales sea utilizado en la campaña.
Es que el inicio de la campaña encuentra al Frente de Todos enfrascado de nuevo en una serie de tensiones que quedaron al desnudo la última semana por el cierre de listas, y en medio de la preocupación por el impacto que pueda tener el avance de la variante Delta justo cuando la vacunación se había acelerado a buen ritmo, pero con un retraso notorio en la aplicación de las segundas dosis contra el COVID.
Según el monitor público de vacunación, este domingo se habían aplicado poco más de 25 millones de primeras dosis. Y siete millones de personas habían recibido las dos vacunas.
En el oficialismo preocupan tanto el avance de las nuevas variantes y la necesidad de completar los esquemas de vacunación como el impacto de los precios en la campaña -en especial en el Gran Buenos Aires-, y los tironeos puertas adentro.
La economía, por caso, volvió a poner a Martín Guzmán en el centro de las especulaciones: el ministro mantiene, desde hace tiempo, un vínculo oscilante con la ex Presidenta. El “affaire Basualdo” en torno al debate por las tarifas de la energía eléctrica lo hizo tambalear en la consideración de los socios de la coalición. El flagelo de la inflación hizo el resto.
Alberto Fernández con Cristina Kirchner y Kicillof junto a los candidatos Leandro Santoto, Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollan Foto Presidencia.
La necesidad del Gobierno de empatizar con el electorado tiene su correlato en los anuncios de gestión que se verán con más fluidez en las próximas semanas. La semana pasada fue el turno de un programa de empleo joven. Este lunes, Fernández encabezará de manera virtual la ampliación del programa Ahora 12.
En ese contexto, los cambios de funcionarios que el Presidente se vio obligado a instrumentar por las salidas de Daniel Arroyo y de Agustín Rossi volvieron a reanimar la discusión interna por el funcionamiento del gabinete, criticado por sus socios.
El jefe de Estado sabe que tiene que encarar una oxigenación de sus colaboradores. Pero primero debe resolver, ya decidida la incorporación del intendente de Juan Zabaleta por Arroyo, la danza de nombres alrededor del reemplazo de su ministro de Defensa. Fernández no pudo convencerlo de desistir de su precandidatura en Santa Fe. Y definió echarlo por televisión. Rossi se enteró en ese momento, mientras se dirigía casualmente a un estudio de TV. No fue el único: Cafiero también se anotició por la pantalla de C5N.
Fuente Clarin