Por Alejandro Borensztein
Si el comité olímpico instituía la categoría chanta, nos traíamos de Tokio las de oro, plata y bronce.
Lo único que se puede agregar al affaire de las visitas que ingresaban a Olivos es que, aunque el “presidente” militó los diez años completos del neoliberalismo menemista, es evidente que de Carlos Menem no aprendió nada. Sobre el expresidente se podrá decir cualquier cosa, pero estos detalles al turco no se le escapaban.
De este modo, vuelve a quedar claro que el kirchnerismo se embala con el poder pero no entiende su esencia: se pasaron diez años al lado de Menem indultando genocidas, privatizando empresas públicas, servilleteando jueces y al final no aprendieron ni el ABC del poder. Bastó que un par de chicas entraran a Olivos violando la cuarentena para que nos terminemos enterando todos. Papelón.
Para evitar que estas cosas se multipliquen y el gobierno siga dando estos espectáculos es fundamental acordar algo básico, sobre todo ahora que arrancó una nueva campaña electoral. Veamos.
Está claro que acá no habrá Pacto de la Moncloa, ni acuerdos sobre políticas de Estado ni ningún tipo de diálogo civilizado entre nadie. Olvidémonos de cualquier camino racional porque eso ya está descartado. No le interesa a nadie. Así nos va y, por supuesto, así nos seguirá yendo.
Sin embargo, hay algo mínimo que debemos acordar: cada bando debe presentarse tal como es. El kirchnerismo debe hacer kirchnerismo puro y la oposición debe hacer oposición pura. No podemos aceptar ningún tipo de ambigüedades o chantadas. Para chanta ya tenemos en Olivos al campeón del mundo. Lástima que el Comité Olímpico todavía no implementó el rubro como disciplina olímpica, sino el quía se traía de Tokio la de oro.
Nunca nos olvidemos, amigo lector, que en una misma semana pasó de decir “no me gustaría que haya un títere en la Rosada y el poder esté en Juncal y Uruguay” a “acepto con honor esta candidatura presidencial”. Luego apareció esa catarata de videos que circulan mostrando los sketchs de Alberto contra el Memorándum, Ciccone, Boudou y demás logros de Cristina y finalmente llegaron las filminas, la vacunación, los 100.000 muertos, las frases inolvidables y todas esas cosas que muestran al “presidente” como algo que no es exactamente lo que el mundo define como un estadista.
En este contexto, lo mínimo que debemos exigirle a nuestros flamantes candidatos es que se muestren tal cual son y no sean chantas. Cada bando en su rol. Es decir, el kirchnerismo tiene que defender a Boudou, a las democracias cubana y venezolana, a la pedofilia de Ortega en Nicaragua, a la homofobia del nuevo presidente peruano que esta semana se abrazó con Alberto, y al viejo sueño de ir por todo, reformar la Constitución, controlar la justicia, perseguir a los medios y todas esas cosas que a ellos les encanta.
Y el rol de la oposición es patalear reclamando democracia y República, sin perder de vista que al final del camino se van a terminar encolumnando, como siempre, detrás del más inútil. Recordemos que para salir del menemismo elegimos a De La Rúa y para terminar con Cristina buscamos a Macri. Resultado: en 2003 la primera vuelta la volvió a ganar Menem y hoy gobierna otra vez Cristina. Todo bien clarito y sobre la mesa.
Abrimos este paraguas porque lamentablemente arrancamos mal. Por ejemplo, la principal candidata que presenta el bando oficialista es Victoria Tolosa Paz. Para quienes no la conocen, es la dueña del departamento en Puerto Madero que alquilaba Alberto Fernández hasta que un día el tipo dejó de garpar la renta porque viste como está el mercado del usado pero no te preocupes porque en unos días cobro una guitita de un gil que me compró una camioneta que volcamos en el Camino de Cintura el día que salimos en caravana de campaña con Cavallo.
Lo primero que dijo la señora Tolosa Paz, en adelante “LA LOCADORA”, cuando aceptó la candidatura ofrecida por Alberto, en adelante “EL LOCATARIO”, fue textualmente: “Construyo políticamente, soy de la ciudad de La Plata a la que aspiro a gobernar en 2023”. Caramba, todavía no arrancó la campaña, no ganó ninguna elección y ya te avisa que va a dejar su banca en la mitad del mandato y que en 2023 va a ser candidata a otra cosa. ¿Podemos decir que “LA LOCADORA” es tan chanta como “EL LOCATARIO”? Deberíamos decirlo, pero aclarando que su principal contrincante, Diego Santilli, ya está haciendo lo mismo: deja su cargo de Vicejefe porteño en la mitad del mandato y sale en busca de nuevos horizontes bonaerenses.
Los kirchneristas dicen que Santilli es un chanta de la Capital que se pasa a la provincia de Buenos Aires y que Vidal es una chanta de la provincia que viene a probar suerte a la Capital. Nada que ver con la seriedad de Kicillof que fue diputado por Capital (2015/2019) y ahora es el gobernador de la provincia, ni con la de Scioli que era el guapo del Abasto y terminó disfrazado de gobernador bonaerense (2007/2015). Pensándolo bien, si el Comité Olímpico instituía la competencia de chantas nos traíamos de Tokio la de oro, la de plata y la de bronce.
Manes, el neurólogo radical que va a la interna contra Santilli, arrancó suavecito dinamitando todo el frente opositor, que es lo que suelen hacer los opositores cuando enfrentan al peronismo. Yo creo que si a Manes le damos un poco más de tiempo va a dar síntomas más divertidos aún. Esperemos que no se produzca ninguna neurodegeneración antes de tiempo, no sea cosa que JXC haga un ACV político y que los posibles hematomas subdurales o epidurales dejen secuelas en la alianza electoral que requieran neurocirugías. Esto dicho así para que vayamos acostumbrándonos a Manes.
El publicista de Manes es el mismo que en 1999 nos vendió a De La Rúa con aquella campaña en la que Don Fernando inmortalizó su famoso “dicen que soy aburrido”. Y el mismo que en 2003 intentó vendernos a Menem con el recordado “¡Vamo’ Menem!”.
Suerte que aquel año aparecieron Néstor, Cristina, los secretarios de Néstor y Cristina, Uberti, De Vido, Jaime, Cristóbal López, Aníbal, Lázaro Báez, Moreno, Alberto y entre todos le ganaron a Menem. De la que nos salvamos, ¿no?
En cambio, al publicista de Santilli ya lo deben haber rajado. No tuvo mejor idea que anticipar la candidatura con un tweet de Macri que mostraba un mechón de pelo rojizo, algo enemistado con el shampoo, al que solo le faltaban algunos piojos como para hacerlo más impactante. Pensar que hay gente que todavía no entiende cómo fue que volvió Cristina.
Detrás de “LA LOCADORA” va Gollan, el Ministro de Salud a quien lo premiaron con una candidatura, no sabemos si por la demora en la llegada de la primera dosis o por la ausencia de la segunda. Para festejar la nominación y su reemplazo por Kreplak hicieron un pogo, todos juntos apretados y abrazados, en el que participaron funcionarios, militantes y diversas cepas. Este muchacho es el mismo que insultaba a la gente que corría en Palermo y a los que abrieron las escuelas.
Completan el cuadro los libertarios, la izquierda (la verdadera) y Randazzo que abrió su tradicional boliche de medio término.
Mientras tanto, la pandemia sigue. Según informó oficialmente Télam, hasta esta semana Argentina había recibido 41.883.930 vacunas. Ponele 42 millones. Y hasta ayer, el gobierno publicó en el monitor oficial que había aplicado 31.900.000. O sea que tienen 10 millones de vacunas sin aplicar. Son datos oficiales.
Se murieron 105.000 argentinos, parte de ellos por lo inevitable de la pandemia pero muchos también por el manejo irresponsable de la vacunación. Al día de hoy, agosto, sólo el 15 % de los argentinos están realmente vacunados.
No solo bloquearon vacunas, compraron mal, vacunaron vip y aplican lento sino que encima pretenden que les festejemos la campaña de vacunación.
Alguien debería avisarle a “EL LOCATARIO” que en Ezeiza hay 3 millones de vacunas Moderna que regaló Biden y que están dando vueltas en la cinta de las maletas hace 15 días sin que nadie las retire y las aplique.
En el fondo, hay que comprenderlos. Mirando el registro de visitas, se ve que es toda gente muy ocupada.
Fuente Clarin