Por Carlos Pagni
El empresario taiwanés, Robert Chien, ingresó a la residencia presidencial con su socio Hugo Gavassa, exdirector informático de la Presidencia, y con Diego Paolini, actual Coordinador de Informática.
El escándalo por las visitas deChie Chan Hong a la residencia presidencial surge como una derivación de los ingresos de una amiga de la Primera Dama -luego nos enteramos de que es colaboradora de ella y está en la planta del Estado-, Sofia Pacchi. Y este empresario taiwanés, Robert Chien, nacionalizado argentino, entraría a Olivos en principio como novio de ella. Ahora no es más el novio. Las versiones dicen que ella tiene otro novio, que es llama Fernando Whpei, que si uno tira de la piola de ese nombre se encuentra con un mundo de sensaciones.
Lo importantes es que cuando uno empieza a ver los ingresos de Chien,algunos son con Sofía Pacchi, para participar de reuniones sociales a la noche, en algunas de las cuales aparentemente tampoco estaba el Presidente. Pero lo interesante es que no entra solo él, y de noche y con Sofía Pacchi. Entra también en otros horarios con un señor que es su socio y se llamaHugo Gavassa.
Entre 2005 y 2017, es decir, en los Gobiernos de Néstor Kirchner, de Cristina Kirchner y de Mauricio Macri, Gavassa fue el director informático de la Presidencia de la Nación. Es una llave importante. En otras entradas, Gavassa y Chien entran con un señor que se llama Diego Paolini, excompañero de Gavassa, actual Coordinador de Informática de la Presidencia. Estamos hablando de la gente que maneja las comunicaciones del Presidente.
Lo que estamos viendo es que Chien, más allá de su encanto personal para seducir a su exnovia Sofía Pacchi, tenía un enorme encanto para seducir a funcionarios públicos y asociarlos a sus emprendimientos informáticos.
Probablemente el Presidente no lo supiera. Al que hay que preguntarle en este caso es al jefe de la Casa Militar (coronel Alejandro Guglielmi), que es el encargado de estas contrataciones. De un caso que tiene una continuidad, de funcionarios asociados a este tema, exfuncionarios socios de “El Chino”, actuales funcionarios, en un área de gran sensibilidad, con una empresa prestadora china. Si Alberto Fernández sabía estamos en problemas, si no sabía estamos en más problemas.
Quiero ir a otra dimensión de esto. Si yo soy un contratista del Estado, que peleo por contratos del Estado, me va a encantar tener una novia que departe todas las noches con su amiga la primera dama. Y si después me cuenta lo que habló, más todavía.
Acá tenemos un problema de conflicto de intereses, de borrosa línea entre lo público y lo privado, de un Presidente que sabe y que no sabe y de dos funcionarios: uno, el jefe de la Casa Militar; dos, la jefa de la AFI, Cristina Caamaño: ¿Qué está mirando respecto del círculo del Presidente y de la intimidad de Olivos?
Fuente TN