Para sorpresa de muchos, el logo de Ualá brilló ayer durante varios minutos en la pantalla gigante del Nasdaq ubicada en el corazón Time Square de Nueva York. Así, la bolsa en la cual cotizan las mayores tecnológicas del mundo, celebró que la fintech creada por Pierpaolo Barbieri acaba de recaudar US$ 350 millones por parte de inversores privados, que la valuaron en US$ 2.450 millones.
Justamente por eso, Ualá es un nuevo unicornio argentino, tal como se denominan a las empresas que valen más de US$1.000 millones, como Mercado Libre, Globant y Despegar. Todo un mérito si se tiene en cuenta que la compañía todavía no cumplió los 4 años de vida. “Esto es un reconocimiento a la capacidad para resolver problemas concretos de la región. En latinoamérica, la mitad de la población nunca accedió a servicios financieros”, dijo Barbieri a Clarín.
Nacida en octubre de 2017, Ualá lleva recibió inversiones por US$ 520 millones. En esta última etapa, recibió aportes de varios fondos y compañías, entre las que destacan la china Tencent, SoftBank, George Soros y Goldman Sachs. A la fecha, se trata de la mayor ronda de inversión privada en el país, dijo la startup en un comunicado.
Eso puede cambiar, ya que las inversiones en startups latinoamericanas está en niveles récord. Según la ARCAP, la entidad que agrupa a 40 fondos, en el primer semestre de 2021 se volcaron US$ 6.200 millones en la región, más del doble de los últimos dos años. Esto no le quita méritos a Ualá, pero ya son varias las compañías argentinas que son parte del exclusivo club de los unicornios.
Ualá tiene 1.000 empleados y Barbieri asegura que piensan duplicar la plantilla en los próximos 18 meses. “¿Si pensamos salir a la bolsa? No y por varios años. Con el capital que recibimos podemos seguir creciendo sin necesidad de salir a la bolsa”, dice Barbieri, historiador vocacional, de 34 años y nativo de Caballito.
Por lo pronto, cuenta que están reclutando una persona por día, “a veces más”. Ualá es parte de la generación fintech, tal como se conocen a las tecnológicas volcadas a los negocios financieros. En concreto, ofrece tarjetas prepagas, préstamos, créditos en cuotas y pagos de servicios y seguros, entre otras cosas, unificado en una aplicación para celulares. Hace apenas 8 meses desembarcó en México, donde ya tienen 200.000 clientes.
La expansión a escala regional está dentro de los objetivos, pero Barbieri dice que por ahora “en México tenemos mucho para crecer”. El otro gran objetivo es completar la fusión de Wilobank, el banco digital de Eduardo Eurnekian, una operación anunciada meses atrás y que está supeditada a la autorización del Banco Central.
Con más de 3,3 millones de Mastercard prepagas emitidas en la Argentina, Ualá fue una de las pioneras en incursionar en el negocio de ofrecer tarjetas de crédito recargables, que la equipara a las de débito. Cerca de 22% de los argentinos entre 18 y 25 tienen una tarjeta de Ualá, señalan. En rigor, la fintech apunta a dos clases de público: los jóvenes y la población no bancarizada.
Ualá tiene su casa matriz en Palermo, y filiales de Rosario y Córdoba. Barbieri estudió historia, es autor de un libro sobre la economía en la guerra civil española “que no leyó nadie”. La startup, por otro lado, escaló posiciones en su corta historia y hoy compite mano a mano con bancos, financieras y sobre todo con Mercado Pago, el poderoso brazo financiero de Mercado Libre. En 2019 pegó un gran salto al recaudar US$ 150 millones, con una valuación estimada en US$ 900 millones.
Ayer, en una estudiada ronda de prensa, Barbieri le restó importancia a los títulos que otorga la jerga bursátil. “Ser unicornio o no realmente no importa. No cambia nada cuando se pasa el umbral de los US$ 1.000 millones de valuación. Lo importante es crear el mejor equipo de colaboradores. Tenemos 14 nacionalidades en Ualá y en 35 ciudades en más de 6 paises”, aseguró el emprendedor.
Más allá de todo, en lo que va del año fueron varias las compañías argentinas que calificaron como unicornio (Aleph Holding, por caso), o que están a punto de hacerlo, como Satellogic. Hay otras de difícil valuación, como Etermax, creadora del juego Preguntados, que nació rentable y crece con fondos propios.
Fuente Clarin