A pesar de haber permanecido la mayor parte de su existencia en el más absoluto anonimato, la cooperativa Lara se volvió una constante fuente de noticias en los últimos meses. Sus fuertes lazos con el gobierno y las acusaciones de utilizar sus contactos políticos para forzar la obtención de licitaciones, la posicionaron en el centro de escena.
Las principales culpas recayeron sobre su joven presidente, Matías Abinet, quien trabaja junto a los hermanos Lucas Nicolás y José María Olazagasti. El primero de ellos se desempeña como asesor en el ministerio de Obras Públicas de la Nación que conduce Gabriel Katopodis, y José María fue un reconocido habitué entre los círculos más íntimos de los ministros nacionales del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. A su vez, los Olazagasti son hermanos de la joven Carolina, quien a su vez es pareja del nuevo ministro de Desarrollo Social de la Nación, “Juanchi” Zabaleta.
En las últimas horas, sin embargo, se sumó un nuevo conflicto. Los trabajadores que la cooperativa Lara emplea en la línea de trenes San Martín denunciaron ante este medio encontrarse bajo una situación de explotación laboral y precariedad inusitada. “Si bien somos asociados, como ocurre en cualquier cooperativa, nos obligan a hacernos monotributistas sociales, por lo que dejamos de tener nuestro rol natural para estar tercerizados”, comenzaron a explicar.
“Por otro lado, la empresa no nos proporciona ropa de trabajo, mamelucos ni botines. Todo debe entregarlo Trenes Argentinos, que de algún modo avala este tipo de explotación. Cobramos un magro salario de 26 mil pesos por trabajar seis horas por día, de lunes a sábados. Ante cualquier falta, incluso algunas justificadas como compañeros que van a vacunarse, nos descuentan 3.200 pesos de presentismo, más los viáticos y el día de trabajo”, aseguraron.
La gravedad de las irregulares de la cooperativa Lara pareciera no tener fin. La mayoría de los trabajadores de la sociedad son personas en extrema necesidad, que provienen de localidades como José C. Paz, Merlo, Morón, Mariano Acosta y Lanús, entre otras. “Aprovechan nuestra desesperación y nos obligan a pagar nuestro propio monotributo, que son 720 pesos mensuales. No podemos negarnos a esto, porque si damos de baja el monotributo nos despiden”, afirmaron.
En una de las notas más llamativas, la cooperativa Lara se hizo cargo de la fumigación de la línea San Martín, pero no se encuentra capacitada para llevar adelante el trabajo. En consecuencia, utiliza para tal fin a los mismos empleados que llevan adelante la desinfección, sin pagarles ningún tipo de dinero por el trabajo extra. “La situación es desesperante. Los chicos no tienen conocimientos sobre cómo combatir una plaga o manipular los venenos. Están en permanente riesgo”, aseguraron.
Mientras tanto, la cooperativa Lara, de Matías Abinet, lejos de buscar una solución para los trabajadores y a pesar de dedicarse al rubro de la limpieza, presentó recientemente una oferta de 29 millones de pesos para construir una carpa para el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán.
Fuente Realpolitik